La falta de liquidez ha sido el principal motivo que ha llevado a la constructora navarra Arian, cuya sede central se encuentra en Aizoáin y cuya plantilla está formada por un centenar de profesionales, a registrar en el juzgado de lo mercantil de Pamplona su solicitud de preconcurso de acreedores.
De este modo, se abre para la compañía el período legal de tres meses para presentar un plan de viabilidad negociado con acreedores y proveedores en el que quede establecido un calendario que deberá afrontar la firma para poder devolver la deuda que tiene acumulada y que impide la continuación de su actividad empresarial. En caso de no alcanzarse dicho acuerdo, el concurso pasaría a ser declarado como “definitivo”.
Cabe recordar que Arian, fundada en 1981 y que en los últimos años había afrontado un importante proceso de Internacionalización focalizado fundamentalmente en China, ya aplicó un primer Expediente de Suspensión del centenar de personas que emplea en el año 2011.
Además, los cierres de los dos últimos años, 2014 y 2015, han sido en negativo lo que vendría a confirmar la delicada situación de una empresa que ha concentrado gran parte de su actividad histórica en la construcción de inmuebles en los territorios del País Vasco y de Navarra además de Colombia, Polonia, Kuwait o la ya mencionada China.
La constructora, asimismo, es propietaria en la actualidad del tres por ciento de Aguacanal, la sociedad concesionaria de la zona regable del Canal de Navarra.