Vivimos tiempos donde palabras como «sostenibilidad», «propósito» o «impacto social» resuenan en cada esquina. ¡Y eso es fantástico! Pero, como en todo, existe el riesgo de que se conviertan en ecos vacíos, en simples checklist para cumplir con la norma o, peor aún, en maquillaje para parecer lo que no se es.
En EnREDaRSE, hemos elegido un camino distinto. No nos «agarramos» a la «sostenibilidad», el «propósito» o el «impacto social» porque estén de moda o porque lo exija una nueva directiva europea. Lo hacemos porque creemos firmemente en ello. Nace de una convicción profunda, de entender que no hay otro modo coherente de estar en el mundo y de hacer empresa u organizaciones con futuro hoy. Así nacimos en 2022 y así continuamos nuestro camino, si cabe con más fuerza, en momentos de «desregulación» y dudas.
Una cosa es implementar medidas de reciclaje porque toca, y otra muy distinta es integrar la economía circular en el «ADN» de tus proyectos porque entiendes que los recursos son finitos y que nuestro futuro depende de ello. Una cosa es tener un plan de igualdad porque la ley lo pide, y otra es fomentar activamente un entorno donde cada persona, con su diversidad única, se sienta valorada, escuchada y con espacio para crecer, porque sabes que ahí reside la verdadera riqueza y diferenciación.
LA IMPORTANCIA DE LA AUTENTICIDAD
Cuando actúas desde la convicción, todo cambia. Las decisiones no se toman pensando únicamente en el beneficio a corto plazo o en la foto bonita para la memoria anual. Se toman pensando en el impacto real: en las personas que forman parte del equipo, en la comunidad que nos rodea, en el planeta que habitamos. Y creedme, esa autenticidad se percibe.
Esta autenticidad es, quizá, nuestro mayor valor diferencial. No necesitamos gritar a los cuatro vientos que somos «sostenibles» o «humanos». Preferimos hacerlo día a día, en cómo nos relacionamos, en los proyectos que elegimos, en cómo medimos nuestro éxito (que va mucho más allá de la cuenta de resultados).
Y esto tiene un doble efecto maravilloso:
- Para quienes ya estáis dentro. Sentir que formas parte de un proyecto con alma, donde tus valores personales y profesionales no tienen que divorciarse al cruzar la puerta, genera un orgullo y un compromiso que ningún bonus puede comprar. Es saber que tu esfuerzo contribuye a algo más grande, algo con sentido. Es remar juntos porque compartimos el rumbo y el porqué.
- Para quienes nos miráis desde fuera. En un mundo laboral cada vez más consciente, el talento ya no busca solo un buen sueldo. Busca un propósito, un lugar donde sentirse realizado, donde sus principios éticos encajen. Cuando una organización transpira autenticidad en su compromiso social y ambiental, cuando demuestra con hechos que las personas son el centro, se convierte en un imán para ese talento que busca más que un simple empleo. Quieren sumarse a un proyecto genuino, no a una fachada.
TEJIENDO REDES CON HILOS DE CONVICCIÓN
En EnREDaRSE, no somos perfectos. El camino de la sostenibilidad real y de la empresa verdaderamente humana es un aprendizaje constante, lleno de desafíos. Pero lo recorremos con honestidad y, sobre todo, con esa convicción que nos mueve. No buscamos la etiqueta como un trofeo que colgar en la pared; buscamos ser esa red consciente, responsable y humana en cada acción.
Porque al final, la sostenibilidad y poner a las personas en el centro no son estrategias de marketing ni obligaciones regulatorias, sino la única forma inteligente, ética y también rentable a largo plazo de construir futuro. Un futuro que queremos tejer juntos, con hilos de pura convicción.
Javier Aguirre
Gerente de la Asociación EnREDaRSE