Hace veintitrés años, Antonio Apalategui, empresario donostiarra dedicado a la industria de la metalurgia, vio una oportunidad de negocio en el mercado de las bebidas personalizadas. Así nació Juice & World, una empresa de Villatuerta que distribuye sus productos en los cinco continentes.
Saioa, una de las tres hijas de Antonio, es la directora comercial de la firma. “En su día detectamos un nicho de mercado exterior que demandaba un producto que simulase una bebida normal, pero que realmente fuera un zumo sin alcohol, sin azúcares ni conservantes. Sobre todo, era un servicio dedicado a personas musulmanas, de cara a eventos y celebraciones. A nivel nacional nunca se ha dado esta tendencia”, explica a Navarra Capital.
Los primeros clientes de la compañía fueron grandes superficies de Estados Unidos como Costco, Kroger o Safeway, de ahí que el nombre de la empresa sea en inglés. Después se sumaron supermercados ingleses como Asda y Tesco, Walmart en China u otros en Sudáfrica. Hoy, las exportaciones suponen el 99 % de la facturación, de las que África concentra el 43,61 %.
Unos diez millones de botellas salen cada año de las instalaciones, cuya superficie total es de 15.000 metros cuadrados. Entre ellas, se encuentran bebidas a base de zumos, mocktails (cocteles sin alcohol como piña colada, mojito o daiquiri de fresa), sangrías y frizzantes. Todas ellas se comercializan bajo sus marcas JW, la líder original que triunfa en África y China; Fiesta; My moment; y Shiny mind.
Estas dos últimas están enfocadas en sus nuevos productos bio: “Llevamos tiempo desarrollando una nueva línea de productos bajo esta gama sostenible. Intentamos estar atentos a las tendencias internacionales para no quedarnos atrás”. A su vez, Juice & World ofrece la posibilidad de etiquetar las botellas con marcas de otros clientes, tanto de distribuidores locales como de grandes superficies.
UN PRODUCTO LISTO EN QUINCE DÍAS
El proceso cuando opera para terceros es sencillo. Primero, el cliente solicita un producto a medida y, acto seguido, Juice & World adquiere las materias primas: “Lo que más utilizamos es fruta, sobre todo uva, que viene de Castilla–La Mancha. Además, trabajamos con vidrieras que nos suministran diferentes modelos de botellas. El 90 % de nuestros proveedores son nacionales”.
A continuación, los trabajadores del laboratorio de I+D desarrollan la mezcla, que se hace realidad en la bodega. “Nos ajustamos a las necesidades de los clientes. Si quieren un zumo de frambuesa con vitaminas y extracto de limón, lo hacemos posible. Podemos llegar a incluir hasta seis referencias diferentes, aunque no es lo ideal desde el punto de vista de la rentabilidad”, apostilla Apalategui.
En la planta de llenado embotellan, etiquetan, empaquetan y se encargan de la logística. La pasteurizadora, con capacidad para 14.000 botellas, permite prescindir de conservantes. Pero la directora comercial incide en que no hay ningún tipo de microorganismo que pueda afectar a la salud de los consumidores: “Desde que nos entra un pedido hasta que lo servimos, pasan quince días. El segundo semestre es el más fuerte, por lo que puede alargarse un poco, sobre todo los últimos meses de cara a Navidad o el Año Nuevo chino”.
La empresa, que emplea a veinte trabajadores, solo utiliza vidrio, tapones de corcho y de aluminio. En materia de certificados de calidad, es auditada anualmente por la BRC, FDA e IFS y posee el certificado Halal para el mercado musulmán. “Ahora mismo trabajamos con un cliente de Inglaterra que nos ha encargado bebidas para el Ramadán”, añade la directiva.
EL FUTURO DE LA COMPAÑÍA
De cara al futuro, la compañía quiere reforzar el área comercial, por lo que pretende acudir a las próximas ferias gastronómicas más importantes, como SIAL París en octubre, y potenciar sus relaciones internacionales con nuevos colaboradores en el extranjero.
Al mismo tiempo, los beneficios generados se están reinvirtiendo en mejorar la planta automatizada navarra. “Hace unos años cambiamos la etiquetadora para producir todo en adhesivo y que las botellas resistan al frío de las cubiteras. Adquirir el carbonatador también fue una apuesta para producir tónicas o refrescos, así como la máquina para los packs“.
El encarecimiento del transporte en África y Norteamérica es una de sus principales preocupaciones ya que les condiciona tanto a ellos como a sus clientes. Quizás por eso, en Juice & World no cierren la puerta al mercado nacional, que por ahora no han explotado en exceso. “De todas maneras, continuamos colaborando con bodegas nacionales, ya que muchas solicitan nuestro carbonatador para producir sus frizzantes”, precisa la donostiarra mientras observa las botellas que partirán hacia Arabia Saudí esa misma tarde.