El pavimento resbaladizo del Casco Antiguo era uno de los principales problemas de los encierros de San Fermín. En numerosos recorridos, los astados patinaban a causa de los adoquines, con el consiguiente riesgo tanto para el resto de la manada como para los mozos. De ahí que el Ayuntamiento de Pamplona decidiera buscar una solución. Desde 2006, la empresa madrileña Pavitec es la encargada de aplicar un antideslizante patentado a lo largo del recorrido.
La empresa cuenta con sedes en Madrid, Andalucía y Galicia. En Pamplona tiene un almacén “circunstancial”
Es una compañía “pequeña”. Así la define José Vicente García Nogueira, su responsable técnico. Cuenta en sus filas con dieciséis empleados fijos, a los que se les suelen sumar cinco más en caso de necesidad, siempre a través de agencias de trabajo temporal.
A lo largo de su trayectoria, Pavitec ha experimentado un crecimiento sostenido. En el último año, facturó 1,5 millones de euros, un 0,67 % más que en el ejercicio anterior pero un 25 % más que hace cinco años, cuando la cifra se acercó a los 1,2 millones. Hoy cuenta con sedes en Madrid, Andalucía y Galicia, desde donde transporta el material y acude al lugar donde opera. En Pamplona posee un almacén “circunstancial”.
PROYECTO EN CATAR
García afirma que no exportan exclusivamente el producto, sino que dan el servicio con sus propios equipos y materiales. “No tenemos límites. Si la operación vale la pena, es subirse a un avión y punto”, añade. El material de trabajo, debidamente guardado en cajas preparadas ad hoc, es enviado al lugar a través de barcos o aviones.
Entre sus proyectos, destaca el realizado en Catar, donde la firma trabajó en 220 baños que pulió con discos de diamantes. La fricción producida por la herramienta abrillantaba el suelo y evitaba resbalones.
En el caso de Pamplona, diez empleados aplicaron el antideslizante de los encierros durante la noche del 3 al 4 de julio. Un proceso en el que aplican un líquido con una baja cantidad de ácido, que reacciona de manera química contra el suelo, produciendo la ventosidad necesaria para las fiestas.
La solución se transporta desde Madrid, donde tres personas trabajan en su elaboración en las instalaciones de la compañía. No es necesario tomar grandes medidas de seguridad, ya que no se trata de un material peligroso. Y, una vez aterriza en Pamplona, el líquido se esparce con regaderas por las diferentes zonas marcadas, siempre con la ayuda de escobas. Gracias a ellas, el antideslizante se adhiere a los adoquines para producir el efecto deseado.
A pesar de que García no puede desvelar la composición del fluido, sí afirma que ha ido evolucionando: “Surgen nuevos aditivos que obligan a reformularlo. Esta solución también ha sido empleada en otros lugares de España como la plaza de la Catedral de Cuenca, en calles de Barcelona y en cadenas de hoteles como Barceló y Meliá.