Es sabido y padecido por todos, los estragos que la crisis económica y financiera ha causado, pocos son los lugares que ha dejado sin visitar y por supuesto no se ha querido olvidar de nuestra zona, la Ribera de Navarra. He visto con mis propios ojos, al igual que todos vosotros, que esta tierra rica en recursos propios naturales, con una ubicación privilegiada y un tejido empresarial e industrial referente para muchos, ya no existe, es otra. El cierre de empresas y la destrucción de empleo han afectado a todos los sectores productivos, aunque no de igual manera. Sin duda el sector de la construcción ha sido el que ha sufrido unos efectos más nefastos, prácticamente ha desaparecido más del 50% de las empresas. Los sectores agrarios y de servicios, han podido sortear con mayor éxito las zancadillas que la crisis les ha puesto por el camino, pero aun así, la reducción de empleo ha azotado a la inmensa mayoría. Según estudios recientes la Ribera de Navarra ha perdido entre 2007 y 2013 más de 8.000 empleos.
Quiero destacar que más del 80% de las empresas de la zona somos pymes , teniendo que luchar muchas veces sin armas. Considero que las empresas que han podido mantenerse en estos tiempos, casi con seguridad han sido empresas que han apostado y arriesgado por innovar, exportar, aumentar su competitividad…; pero no ha sido tan sencillo para algunas e incluso imposible para muchas.
Siendo positiva y, porque no optimista, debemos pensar que tenemos un producto de máxima calidad, exclusivo y único: nuestra tierra. Una tierra que ahora necesita que volvamos a abonarla, creando nuevas infraestructuras, remodelando sus polígonos, sus empresas, innovando, internacionalización, no dejando escapar ninguna oportunidad de futuro, valorar objetivamente que supondría la parada del tren de mercancías o el canal de navarra.
Y la formación, la formación de nuestros jóvenes, debemos luchar por ella. Es un pilar estratégico e imprescindible, puede ser un sueño pero me gustaría que algún día, y no muy lejano, se convirtiera en realidad, que la Ribera fuera un referente. Tenemos potencial para ello y podemos hacerlo. Las empresas, la industrias, toda la sociedad, debemos de estar unidos. Es la única manera de alcanzar objetivos y metas.
Pero, ¿quién podría ayudarnos? Soy de la convicción de que cada uno tiene que luchar y trabajar por lo suyo, pero ahora todos necesitamos de todos, también de nuestra administración, de nuestro Gobierno. Que no nos ponga trabas para salir adelante. Necesitamos empatía, ayuda, impulso, acompañamiento. Los cambios siempre son difíciles y actualmente el reciente cambio de gobierno y la nueva reforma fiscal nos crea incertidumbre y desasosiego. Es imprescindible que exista una colaboración entre la administración pública y la empresa, que ambas partes se conozcan perfectamente permitiendo alcanzar objetivos seguros a corto, medio y largo plazo y que permitirían sin ninguna duda iniciar y continuar este cambio hacia la reactivación socio-económica de nuestra zona, La Ribera de Navarra.
Entre todos debemos y tenemos que conseguir volver a reactivar el tejido industrial, el motor de la economía, las empresas.
Laura Sandúa Escribano
Presidenta AER