¿Compartir piso ya no es lo que era? Adiós a las peleas por fregar los platos y al compañero de piso que se apropia de tu yogur. El coliving ha llegado para revolucionar la forma en que vivimos: espacios compartidos, servicios incluidos y una comunidad con la que, con suerte, no tendrás que pelearte por la factura del WiFi. Lo que empezó como una tendencia en Silicon Valley y algunas capitales europeas, ahora está ganando terreno en España, convirtiéndose en una alternativa real al alquiler tradicional.
La crisis de vivienda y los elevados precios de alquiler han propiciado que el coliving, una modalidad de vivienda en la que se comparten espacios comunes mientras se dispone de áreas privadas, se convierta en una opción para sortear los precios de alquiler. «Aunque está más extendido en países como Estados Unidos y algunas ciudades europeas, en España está ganando terreno, especialmente en núcleos urbanos con alta demanda de vivienda y entre jóvenes profesionales que buscan flexibilidad», explica Robin Decaux, CEO y fundador de Equito, una aplicación móvil de inversión en bienes inmuebles tokenizados en España.
Un estudio de CBRE, una compañía inmobiliaria estadounidense, señala que el coliving en España alcanzará las 20.000 camas en 2025, más del doble de las 8.000 que había en 2023. Según la misma fuente, en 2020 había solo 2.000 camas y, actualmente, el 75 % de las plazas están en Madrid y Barcelona, aunque áreas como Valencia, Málaga y Vizcaya también están captando nuevos proyectos.
Este auge se enmarca en un contexto en el que, según cálculos del Banco de España, faltan 500.000 viviendas nuevas para hacer frente al aumento de los hogares. «Esta coyuntura sumada al incremento del precio de la vivienda en las grandes ciudades, convierten al coliving en una buena alternativa habitacional para casi todos los públicos», añade Decaux.
UN MODELO FLEXIBLE Y SOCIAL
Para el CEO de Equito, el coliving «es ideal para jóvenes y trabajadores locales que aún no tienen capacidad económica para adquirir una vivienda completa, pues les ofrece mucha más flexibilidad a la hora de alquilar una habitación que el régimen de alquiler habitual, servicios incluidos, y la posibilidad de convivir en comunidad».
Los precios varían según la ubicación, los servicios incluidos y el tipo de espacios ofrecidos. Según datos del sector, las mensualidades oscilan entre los 300 y 700 euros, dependiendo del nivel de exclusividad y los servicios extra. Comparado con el alquiler compartido tradicional, ofrece un «todo incluido que simplifica la vida de sus inquilinos».
Para el experto, el coliving ofrece ventajas que van más allá de lo económico y destaca la oportunidad de sociabilizar y combatir la soledad en un entorno urbano: «Es un modelo que fomenta las relaciones sociales en un contexto profesional y personal, pero también exige adaptarse a dinámicas compartidas que no siempre son fáciles para todos».
RETOS Y PERSPECTIVAS
A pesar de sus ventajas, el coliving se enfrenta a varios retos. Decaux remarca que «aunque está en auge en ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga, el reto principal radica en satisfacer las necesidades de los inquilinos, que requieren espacios de calidad, flexibles y a precios asequibles». Además, subraya que «es necesario desarrollar más espacios para satisfacer esta demanda creciente y convertirlo en una solución masiva».
Por otro lado, incide en que el modelo tiene potencial para cubrir necesidades específicas, «especialmente en grandes ciudades donde la vivienda es un desafío cada vez mayor». Sin embargo, advierte que no es una solución universal: «es ideal para ciertos perfiles, pero no para quienes buscan estabilidad a largo plazo o mayor privacidad», sentencia.