“¡Mira, ya llegan!”, exclama una niña con la mirada apuntando al cielo. A hombros de su padre, espera impaciente la llegada de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona. Hoy es un día especial para la pequeña, ya que tiene una sorpresa para Toko-Toko, su gigante favorito: quiere enseñarle la calcomanía del rey americano que luce en un brazo.
Para dar forma a la iniciativa, la pareja se inspiró en sus hijos Alaine y Eiker, ya que la primera adora los tatuajes y el segundo es un fiel seguidor de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos
Detrás de este original producto que ha triunfado en los Sanfermines se encuentran Carlos e Itziar Jiménez, un riojano y una navarra que durante el año ejercen como profesores de Educación Física. Fueron sus hijos Alaine y Eiker quienes les inspiraron para lanzar las calcomanías (tienen un tercer niño llamado Nahier). La mayor, de seis años, siempre ha sido muy creativa. Suele pasar las tardes pintando y haciendo manualidades y, en 2023, pidió a los Reyes Magos una máquina para hacer tatuajes. Los brazos de sus padres estuvieron meses llenos de dibujos. Sin embargo, Eiker es más de fútbol y gigantes.
De esas aficiones tan distintas nació, precisamente, Kilikitattoo, una firma dedicada a la creación de calcomanías de los gigantes y kilikis pamploneses. “Los pequeños siempre encuentran la manera de inventar aventuras divertidas. No se parecen nada, pero no pueden estar separados”, apunta la pareja, de 38 años.
En concreto, la marca cuenta con once modelos diferentes, cuyo precio es dos euros y que duran entre cinco y seis días: los ocho gigantes, dos kilikis (Barbas y Caravinagre) y un zaldiko. “Todos los diseños son nuestros, solo tenemos ayuda en la parte de la estampación”, explican a Navarra Capital. En su primera tirada han producido 3.000 unidades, que se comercializan en tres puntos de venta: las tiendas Gigantes Platero y Olentzero, en la Estafeta, y la panadería Lur Gorri de Barañáin. “Los que más éxito han tenido son las parejas americana y europea, así como Caravinagre”, destacan.
EL ORIGEN
La idea surgió hace menos de un año, y el proceso ha sido “a contrarreloj”: “Queríamos llegar a tiempo para Sanfermines, así que todo ha sucedido muy rápido”. La premura con la que tuvieron que poner en marcha la iniciativa precipitó la elección del nombre, “algo fácil en euskera y reconocible para todo el mundo”, así como el logo, decorado con una verga. “Buscamos algo relacionado con el tema y que estuviera disponible”, relatan.
“El otro día vimos a una niña con uno de los tatuajes, y su madre nos comentó que era lo único que la había calmado durante una rabieta. Es gratificante”
De cara al futuro, pretenden “realizar mejoras y pulir algunos detalles”, pero agradecen el trabajo de la Administración pública al facilitarles el proceso de registro de la marca: “Gracias a su colaboración y eficacia y a la disposición de las tiendas para la venta, hemos conseguido sacar el proyecto adelante”. Además, quieren “meter caña” en las redes sociales, un área en la que la hermana de ella los apoya.
Los tres comercios ya les han solicitado más unidades, por lo que también ampliarán la colección próximamente. “Nos han pedido que saquemos calcomanías de los gigantes de otros pueblos y barrios. Será nuestro próximo paso”, apuntan. Eso sí, conciliar su vida laboral y familiar en estos momentos es “complicado”, de modo que irán “poco a poco”.
Tras el éxito cosechado, el matrimonio se muestra “ilusionado y agradecido”. “El otro día vimos a una niña con uno de los tatuajes, y su madre nos comentó que era lo único que la había calmado durante una rabieta. Es gratificante ver algo que les encanta plasmado en su piel”, remarcan emocionados.
