El delivery engorda durante la pandemia y no solo a sus usuarios más acérrimos. El sector ha doblado sus cifras gracias al empuje de la hostelería y la restauración, por lo que facturó en España 1.770 millones de euros en 2020, según la consultora NPD. Y, de entre todos los productos, la pizza sigue viviendo la más intensa relación de amor con los pedidos a domicilio. En la actualidad, estas especialidades italianas suponen «un 80 %» de los encargos.
El reparto a domicilio de las pizzas triunfa desde 1889, cuando se empezó con el servicio. Según el responsable de Roman Pizza, Diego Roman, el fenómeno responde a que la pizza es «muy sencilla de transportar, manteniendo su sabor y su textura y, además, es muy popular desde hace años». De hecho, esta pizzería aumentó un 30 % sus pedidos durante la pandemia, lo que augura un buen futuro a un producto ideal para delivery «del que no nos cansamos».
La pizza en España gusta, principalmente, de 20:00 a las 22:30 de la noche. Los clientes valoran la versatilidad de un producto en el que convergen diferentes sabores, texturas e ingredientes. Tiene un largo recorrido y las marcas han sabido crear nuevas tendencias como las veganas, las gourmet o las elaboradas con producto exclusivamente local como sobrasada, butifarra o quesos gallegos.
El auge del ‘delivery’ propició la aparición de las llamadas cocinas fantasma, locales en los que trabaja un equipo de cocineros exclusivamente para comida de reparto a domicilio.
Sin embargo, los expertos pizzeros de Flipdish analizaron sus pedidos para llegar a la conclusión de que el ingrediente «más deseado» en la pizza para los españoles es el jamón dulce, o prosciutto. También, según el Gourmet Journal, la pizza con jamón está entre las diez más populares del mundo. En segundo lugar, se encuentra la pizza al gusto, es decir, la elaborada por el propio consumidor con los ingredientes que quiere.
En palabras de Daniel Hernández, country manager de Flipdish en España, el sector pizzerías no ha parado de crecer durante los últimos años y, durante la pandemia, aún con más velocidad. «El consumidor tiene muy claro que los tiempos de elaboración cortos permiten una entrega rápida. Además, los precios populares invitan a una mayor repetición de pedidos, lo que la convierte en una opción fiable para ocasiones de reuniones con amigos y familia. Siempre es un acierto seguro», valoró.
Así mismo, Hernández ha sido testigo de un boom en el sector de la restauración que se ha visto aupado por el fin de las restricciones más prohibitivas: «Hemos visto cómo varios de nuestros clientes siguen inaugurando nuevos restaurantes en puntos de la geografía donde la oferta no era suficiente y el público estaba esperando una mejor opción. También hemos sido testigos del nacimiento de nuevas marcas que materializan un concepto 100 % digitalizado y basado en el delivery«.
LAS COCINAS FANTASMA
En este sentido, el reparto a domicilio ha revolucionado por completo cómo interactúan los clientes con los restaurantes. Lo que antes nos parecía imposible ahora es una realidad: restaurantes sin mesas y sin clientes presenciales. No, no es el desastroso resultado de la pandemia. Hablamos de las cocinas fantasma o dark kitchens: un modelo de negocio de reciente aparición que está siendo dinamizado por la crisis del coronavirus.
El ‘boom’ de las plataformas de ‘delivery’ ha propiciado la proliferación de cocinas fantasmas en España.
El aumento de la demanda combinado con su canalización por la vía online ha dado lugar a este método ya consolidado en Estados Unidos: las cocinas en instalaciones no abiertas al público y creadas por y para las plataformas digitales. Son, en esencia, locales en los que trabaja un equipo de cocineros, pero en el que no hay ni mesas ni camareros.
Se estima que un 25 % de los pedidos online para reparto a domicilio son gestionados por este tipo de local. Este porcentaje no hará sino crecer a corto y medio plazo, por lo que conocer los entresijos de tales restaurantes es crucial para los hosteleros.
