Guillermo Reglero, director del Instituto IMDEA (Instituto Madrileño de Estudios Avanzados) Alimentación, ha participado en el foro Alimenta Navarra Meeting Point en el que pronunciado la conferencia titulada ‘Innovación en productos alimentarios para la salud: valor añadido y competitividad’. Brevemente, ha explicado el trabajo que realiza el IMDEA Alimentación, que consiste en realizar actividades de investigación, desarrollo tecnológico e innovación en el ámbito de la nutrición, alimentación y salud. Es conocido por sus estudios de la relación entre los genes y los nutrientes con especial incidencia en el estudio del metabolismo y la prevención de enfermedades crónicas (fundamentalmente enfermedad cardiovascular, obesidad y cáncer) a través de la alimentación.
Reglero ha partido de la pregunta de si la alimentación para la salud puede ser una base de valor añadido y competitividad para la industria alimentaria, y a lo largo de su intervención ha ido desvelando las razones por las que, a su juicio, la respuesta tiene que ser afirmativa.
“La dieta de nuestros abuelos reduce los infartos”, según un titular de prensa facilitado el conferenciante: “¿Para qué innovar entonces? ¡Nos bastaría con dar marcha atrás!”, ha comentado para añadir a continuación que no está de acuerdo con dicha tesis, aunque ha reconocido que “tras la revolución industrial la dieta tiende a la catástrofe en términos saludables” y que existen evidencias de la influencia de la alimentación deficiente con enfermedades crónicas y el cáncer, sin que ello quiera decir que la de nuestros abuelos era más sana.
PAGAR MÁS POR COMER MÁS SANO
Guillermo Reglero ha analizado a continuación el sector agroalimentario desde el punto de vista económico para llegar a la conclusión de que es el que “puede sacarnos del atolladero, pero para ser la locomotora necesita dar un salto en su capacidad de generación de riqueza”, y puede hacerlo porque dispone de un amplio margen de mejora. Y en la relación entre las consideraciones económicas y sanitarias entra en juego el enunciado de la ponencia: Innovación en productos alimentarios para la salud: valor añadido y competitividad.
Guillermo Reglero: “Estamos en condiciones de saber cuáles son los efectos que la alimentación tiene sobre la salud y de modularlos, de forma que podríamos utilizar la dieta para evitar enfermedades”
Ha afirmado que “estamos en condiciones de saber cuáles son los efectos que la alimentación tiene sobre la salud y de modularlos, de forma que podríamos utilizar la dieta para evitar enfermedades”, y que conocemos que al menos un 30% de la población está dispuesta a pagar más por disponer de alimentos que les ayuden a prevenir problemas de salud. Es lo que se denomina la nutrición personalizada o nutrición de precisión, porque no todas las dietas tienen efectos idénticos sobre las personas, en la que Guillermo Reglero ve una clara vía para mejorar el valor añadido del sector.
EL ESFUERZO EUROPEO
Ha admitido que no es fácil llevar la nutrición personalizada al mercado “y la Unión Europea lo sabe, porque para conseguir que el conocimiento se convierta en riqueza a través de la innovación ha ideado un proyecto con 50 socios promotores, el Food Community, que, en el seno del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), reúne a industrias, científicos y consumidores para liderar el cambio global en el campo de la alimentación, nada menos”.
Este consorcio se compromete a transformar la forma en la que actualmente producimos, distribuimos y consumimos nuestros alimentos y para ello sus integrantes invertirán cerca de 1.200 millones de euros en los próximos siete años, a los que se sumarán otros 400 millones financiados por el EIT. En la práctica, esto se traducirá en la creación de unas 350 empresas en el periodo mencionado. La representación española está compuesta por tres socios productivos, en concreto los grupos Acesur, Angulas Aguinaga y el navarro Grupo AN, dos centros de investigación, el CSIC y AZTI y la Universidad Autónoma de Madrid.
Guillermo Reglero ha abogado por aprovechar el proyecto para cambiar la industria alimentaria española. Se trata de un modelo que va del laboratorio, del investigador, al consumidor, “pero se trata de un consumidor concienciado e informado, dispuesto a pagar más dinero por alimentos que le pueden resolver problemas importantes de salud, en definitiva por la nutrición de precisión”. El ponente ha terminado su intervención con un mensaje que invita a creer en sus tesis: “La alimentación para la salud es fuente de riqueza y de felicidad”.
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