«Yo de mayor quiero ser periodista», constataba con firmeza la tafallesa Susana Garayoa con apenas diez años. Lo tenía muy claro: deseaba presentar los informativos de televisión o escribir noticias en una importante redacción. «¿Por qué?», se pregunta ahora, a sus 46 años. Al sopesar la respuesta, sonríe. Lo cierto es que esa vocación periodística nació en los infinitos partidos de fútbol que contemplaba entusiasmada junto a su padre. «Íbamos a ver a Osasuna. Los periodistas hacían entrevistas fantásticas a los futbolistas, y a mí enseguida me entró la curiosidad. Me imaginaba acudiendo a ruedas de prensa o entrevistando a los jugadores», relata risueña.
Muchos de los futbolistas a los que admiraba provenían del extranjero: «Era una época en la que no había caído el Telón de Acero, y en Osasuna teníamos a Jan Urban, que era polaco, por ejemplo». Quizá por eso, pronto comenzó a crecer en su interior una curiosidad inmensa por conocer el mundo: «Con el fútbol se puede aprender mucha geopolítica, y eso me interesaba mucho». Así, no lo dudó demasiado y, a la hora de escoger una carrera universitaria, se decantó («para sorpresa de nadie») por estudiar Periodismo en la Universidad de Navarra. Nuestra protagonista recuerda aquella etapa con especial cariño, sobre todo debido a las bonitas amistades que décadas después todavía conserva. «Para mí, la universidad fue como descubrir una ventana nueva a través de la que ver el mundo», apostilla.
TELEVISIÓN Y REDACCIÓN
Al finalizar su formación, escogió el ámbito televisivo para poner en práctica todo lo aprendido durante la etapa universitaria. Así, permaneció unos meses en Aragón TV y Antena 3. Pero, aunque sentía que estaba cumpliendo el sueño que había cultivado desde niña, apareciendo en las pantallas de numerosos hogares, poco a poco la vida le fue llevando por otro camino…
Susana trabajó durante un año como redactora en Europa Press para cubrir noticias políticas. «Desarrollé versatilidad. Tenía que escribir muy rápido y tener mucho control de los temas», recuerda orgullosa tras haber «exprimido al máximo» cada experiencia que ha forjado su trayectoria profesional.
«A veces, tú misma creas tu propio futuro sin apenas darte cuenta. Zabala Innovation me parecía una empresa interesante y, de repente, aquí estoy, trabajando en ella»
Más tarde, aterrizó en la Fundación Centro de Recursos Ambientales de Navarra (CRANA), promovida por el Gobierno de Navarra. Fue precisamente ahí donde comenzó a florecer en su interior una gran expectación por descubrir una región muy concreta: «Diseñé estrategias de comunicación para implementar proyectos europeos en Navarra y organicé eventos institucionales. Ahí empecé a entrar en contacto con Bruselas. Y enseguida quise abrir esa otra ventanita al mundo y conocer aquellas tierras. La concebía como la capital administrativa de Europa».
Durante la década en la que permaneció en CRANA, tuvo la oportunidad de conocer la compañía navarra Zabala Innovation, que posee ocho sedes en España (Barcelona, Bilbao, Madrid, Pamplona, Sevilla, Valencia, Vigo y Zaragoza), dos en Francia (París y Burdeos), Reino Unido (Londres), Portugal (Lisboa) y, por supuesto, también en su soñada Bruselas. Susana todavía no lo adivinaba, pero su futuro se ubicaba precisamente allí.
RUMBO A BÉLGICA
«Es curioso, a veces tú misma creas tu propio futuro sin apenas darte cuenta. Zabala Innovation me parecía una empresa interesante y, de repente, aquí estoy, trabajando en ella», sonríe al matizar que ya son más de diez los años que lleva en la compañía.
En un inicio, se unió a la firma navarra como responsable del Departamento de Comunicación Internacional, cargo que luego evolucionó hasta convertirse en gerente de Relaciones Institucionales en Bruselas. «Somos una consultora líder en proyectos europeos, escribimos y gestionamos más de 200 propuestas al año para nuestros clientes», concreta satisfecha tras remarcar que también representa a Zabala Innovation como miembro de la Junta Directiva de la Cámara de España en Bélgica y Luxemburgo.
En concreto, Susana se enfoca en la relación con las instituciones europeas y en la gestión de aquellos proyectos centrados en la transición energética o la Inteligencia Artificial: «Actúo como líder de diseminación o apoyando la coordinación para desarrollar la red institucional y maximizar el impacto de los proyectos de I+D. Universidades, empresas, administración pública, ‘startups’… Tenemos clientes de todo tipo». Pensativa, reconoce que su rama favorita quizá sea el sector eólico, por su especial vínculo con Navarra, a la que concibe como el «Silicon Valley» de las renovables.
RESOLVER DESAFÍOS
Poner el foco en la innovación es el principal reto de nuestra protagonista. A su manera de ver, el hecho de innovar supone también «abrir una nueva ventana». Lo cierto es que su vida está repleta de ellas. Y eso le ilusiona. «Si no innovas, pierdes. Te tienes que poner por delante de las necesidades y ofrecer soluciones. Hay desafíos que solo se pueden resolver innovando e invirtiendo en I+D», defiende convencida.
«Si no innovas, pierdes. Te tienes que poner por delante de las necesidades y ofrecer soluciones. Hay desafíos que solo se pueden resolver innovando e invirtiendo en I+D»
Cuando Susana se mudó definitivamente a Bruselas hace unos cinco años, sabía que echaría de menos su querida Navarra. Sobre todo, anhela ese característico «ambientillo» que inunda los bares de Pamplona un jueves cualquiera. Pero Bélgica es el destino perfecto para una gran amante de la cultura, y eso le llena de entusiasmo: «Voy todas las semanas al cine. Los museos, los conciertos, la danza… Es un país muy interesante».
Pero hay algo que no cambia, ni en Bruselas ni en Pamplona: su gran afición por captar detalles. Observar todo lo que hay a su alrededor le hace sentirse «viva». «Pasear por la calle, subirme al metro, visitar un parque… Es importante estar en contacto con la sociedad y contemplar todo lo que nos rodea. ¡Juraría que esto me viene de mi experiencia como periodista!», concluye entre risas.
Esta entrevista forma parte de la Estrategia NEXT del Gobierno de Navarra.
