El rector de la Universidad de Navarra, Alfonso Sánchez-Tabernero, presentó en estas últimas horas la memoria económica del último ejercicio para, según manifestón, “que se entienda también la realidad y las singularidades” de la Institución que dirige. Dicho balance arrojó la cifra de 3,9 millones de euros negativos, aunque paradójicamente, para el rector, se trate de “un año mejor que el anterior” y todo pese a que, en un año antes, hubo unos beneficios de 2,2 millones.
En este punto, cabe recordar, sin embargo que, dado el peso del año académico, el balance se realiza entre el 1 de septiembre y el 31 de agosto, y no durante el año natural como es corriente en las empresas ordinarias. Teniendo en cuenta esos condicionantes, junto a los ingresos, “lo que refleja la salud de la Universidad de Navarra“, según su máxima autoridad, son el número de estudiantes, la asistencia a los pacientes de la CUN y el empleo que ofrece.
La Memoria revela que los ingresos llegaron hasta los 348 millones de euros en este pasado curso, lo que supone una cifra record y un aumento de 14 millones con respecto a los del ejercicio anterior. El área de la docencia es el que más ingresos aporta con 163 millones, por 144 de la CUN y 13.5 de la investigación . Las donaciones y ayudas representaron 19 millones del total de ingresos.
Existen, además, dos datos que en opinión del rector de la UN no son significativos para una empresa sin ánimo de lucro como es la Universidad: el resultado y el endeudamiento. Sánchez-Tabernero ha explicado que dada su naturaleza el resultado a largo plazo tiene que ser cero, lo que supone que la diferencia entre sus perdidas y ganancias fluctúe a lo largo de los años alrededor tan sólo del 1 por ciento. Por otra parte la deuda de la universidad equivale a cero, ya que la institución no solicita prestamos a inversores ajenos.
Las cuentas consolidas de este ejercicio económico han sido auditadas por KPMG y, de ellas, han quedado excluidas el Centro de Investigación Médica Aplicada, CIMA; , el Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Gipuzkoa, CEIT y; las actividades de los centros de IESE en Nueva York y Munich.
La memoria no incluye el CIMA porque ésta nació como una Unión Temporal de Empresas, UTE, hace doce años. El caso de CEIT es similar, surgió como una alianza entre tres centros tecnológicos mientras que el IESE de Nueva York y Munich son dos realidades más pequeñas surgidas recientemente y regidas por la legislación de los países en los que se encuentran. Tanto el Centro de Investigación Médica Aplicada como el Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas de Gipuzkoa son entidades similares en cuanto a facturación y empleados; algo más de 250 investigadores y unos 15 millones de euros de facturación en cada una. El IESE de Nueva York factura, por su parte, tres millones por tan sólo uno el de Munich.
El ámbito de la investigación ha visto un crecimiento gracias a que los fondos provenientes de Europa han aumentado mucho. El rector advirtió que estas ayudas son muy competitivas, ya que la Universidad tiene que pugnar por conseguirlos con otras instituciones de toda la Unión Europea, mientras que la investigación biomédica llevada a cabo por la universidad consigue buena parte de sus fondos del Ministerio de Sanidad.
La cifra de fondos regionales recibida para la labor investigadora es comparativamente mucho menor. Sánchez-Tabernero explicó que el Gobierno de Navarra mermó la cantidad de dinero empleado en estos fondos hace ya años, fundamentalmente a causa de la crisis económica.
Otro de los puntos a los que hizo referencia el rector son los proyectos destacados o “grandes inversiones” en las que está inmersa la universidad. Se trata del Edifico Amigos, que tuvo un coste de 15 millones y que ya ha sido pagado, el recientemente inaugurado Museo de Arte Contemporáneo, que ha tenido un coste de 35 millones , la mitad ya pagados, y tres centros de investigación: el Instituto de Cultura y Sociedad, el Instituto de Salud Tropical y el de Nutrición, que en un primer momento se iban a instalar en el Campus de Pamplona pero que, finalmente, se han implantado en San Sebastián. Las obras de mayor calado se pagan gracias a las donaciones, ya que “no es justo hacer a los alumnos o a los enfermos pagar por éstas”, consideró el rector de la UN.
Finalmente, Alfonso Sánchez Tabernero afirmó que los 4.532 trabajadores (5.000 si se incluyen CIMA, CEIT e IESE) constituyen “una una obsesión para la UN” quien recalcó en varias ocasiones el compromiso con el mantenimiento y la creación de empleo por su Institución.
CRISIS Y ALUMNNOS
Según Sánchez-Tabernero la Universidad también ha tenido que enfrentarse a la crisis, aunque ha conseguido minimizar su impacto gracias a la puesta en marcha de nuevos grados, algunos de ellos bilingües, el aumento de becas o la mejora del servicio de admisión. “Se han hecho muchas cosas para que el impacto de la crisis fuera cero”, refrendó el rector.
A pesar de la mejora coyuntural económica la UN espera mantener un número de nuevos graduados en torno a los 1.800 alumnos, una cifra alcanzada durante éste pasado curso y el de 2009-10.
El rector indicó que, pese al reciente incremento de estudiantes, los planes para el futuro establecen un tope de 12.000 alumnos (el año pasado hubo 11.181 alumnos), ya que el objetivo es “que la Universidad de Navarra sea uno de los mejores lugares para estudiar del mundo y pasar de esa cifra traería una masificación de las aulas”.
Sánchez-Tabernero incidió en que la Universidad tiene el compromiso de ser formativa, favorecer el empleo y además “ayudar al que tiene problemas para venir”. Para este propósito desde su Institución se gestionaron 7 millones de euros anuales para becas y 14 millones para descuentos en la matrícula. La Fundación Amigos de la Universidad y algunos bancos, en particular Banco Santander y Banco Popular, son los principales contribuidores al programa de becas.
GOBIERNO DE NAVARRA
En el tuno de preguntas, se le cuestionó al rector sobre la ruptura del convenio sanitario entre la Clínica Universidad de Navarra, CUN, y el Gobierno de Navarra y la tensión que esta decisión ha creado entre ambas instituciones.
Sánchez-Tabernero manifestó que en estos momentos “la relación con el Gobierno de Navarra no está en su mejor momento” y que la pérdida económica de los cinco millones destinados a este convenio “es muy significativa para un ente como la Universidad a pesar del volumen financiero manejado”.
Los fondos del convenio representan un tres por ciento de los ingresos de la clínica y un uno por ciento de los de la Universidad, “poco para una empresa que tiene un margen de beneficios sobre ventas del 25 por ciento”, pero importante para una institución “que busca el empate”. A los cinco millones del convenio habría que añadir además 2,5 millones de gastos fungibles y los sueldos de los empleados. Según el rector, esta cantidad es suficiente para desequilibrar la cuenta de resultados.
Pese a que “el convenio está muerto actualmente” Sánchez-Tabernero no cierra la puerta a un acuerdo antes del 31 de junio, fecha hasta la que el Gobierno de Navarra ha prorrogado oralmente el convenio.
Sobre una posible futura deslocalización fuera de Navarra de las actividades de la UN, Sánchez-Tabernero reiteró que “el compromiso de la Universidad de Navarra con la Comunidad Foral es completo”.