El currículum de Alfonso Sánchez-Tabernero, rector de la Universidad de Navarra, es larguísimo en estudios, docencia, investigación, trabajo y publicaciones. Nacido en Salamanca hace 55 años, es licenciado y doctor en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra. En la actualidad, es profesor de Empresa Informativa, ha dirigido másteres, ha sido profesor en otras áreas y vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Información en la Universidad del País Vasco. Entre 1996 y 2005, fue decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y, desde 2012, es el rector. Este forofo del fútbol nos recibe en pleno europeo al tanto de todos los partidos, a pesar de estar también inmerso en el final de curso y las matriculaciones del próximo curso. Habla con orgullo y mucho sentido de la responsabilidad de la Universidad de Navarra que abarca la universidad, la Clínica Universidad de Navarra (CUN), diversos centros de investigación como el CIMA, el Museo y otros centros académicos.
LA SEGUNDA EMPRESA NAVARRA
PREGUNTA (P): ¿Qué datos avalan que la Universidad de Navarra sea conocida como la segunda empresa más potente de la Comunidad Foral?
RESPUESTA (R): Somos la segunda empresa en número de empleados. En este momento, en el que es tan importante la creación y el mantenimiento del empleo, nosotros empleamos a 5.000 personas, de las cuales 4.000 están en Navarra.
P: Pero hay otras cifras, como la riqueza que genera en otros sectores gracias a los alumnos y sus familias, a los pacientes, a los investigadores y a todos los que pasan por aquí cada año y que, en muchos casos, se quedan durante largos periodos.
R: No es tan difícil sacar ese dato, de hecho, hemos encargado a Deloitte que haga ese estudio, que está a punto de concluir y que presentaremos públicamente en septiembre en una rueda de prensa; porque tenemos esa percepción, que una parte de la riqueza que se genera en Navarra tiene que ver con la universidad: taxistas, hoteles, restaurantes, peluquerías, panaderías, tiendas de ropa, autobuses, etc. Pero espero que también ese impacto se refleje en la cultura, en la educación, en el desarrollo, en las patentes…
P: Qué arriesgado por su parte dar datos justo ahora que estamos saliendo de la crisis, muy seguros tienen que estar… Por cierto, ¿cómo han vivido estos años?
R: Dos cosas, dar datos y la crisis. Para nosotros, dar datos es fundamental, porque hay mucha gente que nos apoya, que nos ayuda, que viene aquí a estudiar o que decide que su salud se atienda en la Clínica y nosotros estamos empeñados en ser una institución extraordinariamente transparente.
Con respecto a la crisis, nos ha afectado como a todo el mundo, porque nuestros alumnos no llegan de Marte, sino del planeta tierra; tampoco quienes necesitan curarse en la Clínica llegan de Júpiter, todos son personas que viven en un mundo que ha tenido una crisis muy importante. Creo que internamente hemos afrontado bien la crisis, de hecho, el número total de empleados de la UNAV, ha crecido, poco, pero ha crecido en este tiempo; frente a lo que ha pasado en nuestro país, donde se ha solucionado la crisis echando a gente a la calle, que es un mal modo de solucionar una situación así. Aquí, hemos hecho frente a la crisis incrementando nuestra oferta docente, con más internacionalidad, investigación o fortaleciendo nuestro posgrado. Por tanto, durante la crisis, que ha sido muy dura y muy larga, nuestros ingresos han crecido un poco y nuestro número de empleados ha crecido un poco, después de trabajar mucho.
P: Todo un triunfo, sin duda.
R: Hombre, para nosotros, que la gente que trabaja aquí sepa que nuestra prioridad es proteger su puesto de trabajo es importante; y a nosotros nos va bien, porque tenemos a gente comprometida trabajando aquí, pero ojo, una persona es capaz de trabajar así si percibe que es tratada con justicia. Y la justicia pasa porque la protección de los puestos de trabajo sea una obsesión, luego vienen otras cosas: que el trabajo sea interesante, que haya unos beneficios sociales o que la retribución sea adecuada, entre otros.
EMPLEO, INVESTIGACIÓN, INNOVACIÓN, FUTURO
P: Entiendo que cuidar de sus empleados es una de las patas fundamentales que sustentan el prestigio de esta Universidad y que, por tanto, en los ranking aparezca como una de las más valoradas.
R: Los ranking miden las consecuencias de si está el alumno satisfecho o si encuentra trabajo, pero las causas son que el trabajo sea bueno y es bueno cuando hay talento y compromiso. A veces, puede parecer que la universidad es una torre de cristal que está fuera de las circunstancias del mundo, pero mi primera preocupación es pagar 5.000 nóminas todos los meses y eso fuera del mundo no se puede pagar, porque además ese dinero no llega de fondos públicos. Aquí, cada día nos examinamos, los alumnos se examinan solo a final de curso, nosotros, todos los días. Y si la Universidad de Navarra fuera una universidad mediocre, sería inviable, no podría subsistir. Con lo cual, así como una empresa, como Google o Apple, tienen la presión por innovar para mantener su valor en bolsa o sus puestos de trabajo, nosotros tenemos el mismo o más para innovar, porque queremos servir a la sociedad, a los alumnos, a los pacientes y, además, crear más empleo.
P: ¿Y por dónde van esas vías de investigación?
R: Somos una universidad omnicomprensiva, nos dedicamos a un gran número de ciencias. Los profesores nuestros dedican la mitad de su tiempo a la docencia y la otra mitad del tiempo a la investigación, pero tenemos la convicción de que una persona sola no progresa mucho, con lo cual desde la universidad potenciamos mucho la investigación en equipo. Y además de eso, en los últimos 15 años, hemos puesto en marcha 6 centros de investigación, 5 de ellos están en Pamplona y el más grande de ellos es el CIMA. Estos centros investigan en áreas variadas y buscan recursos para avanzar en cuestiones que son relevantes para la sociedad como el ámbito biomédico, las ciencias sociales, lo tecnológico… Y nosotros que lo medimos todo, en la última década, hemos multiplicado por dos la producción científica. En esta línea estamos, en la de trabajar en servicio de la sociedad, porque si avanzamos en cuidados paliativos, en cáncer o en cualquier ámbito, es porque nos parece que podemos tener algo que decir que sea útil para la sociedad.
P: La innovación también tiene que ver con la docencia, ¿algún grado nuevo a la vista para seguir ampliando y mejorando?
R: Tenemos para este curso próximo dos grados nuevos: Diseño en la Escuela de Arquitectura y de Marketing en la Facultad de Comunicación. Y para septiembre del año 2017, habrá un grado nuevo en Literatura y Escritura Creativa, en la Facultad de Filosofía y Letras. Así hemos ido evolucionando en los últimos años, con nuevos grados, licenciaturas bilingües, grados dobles, postgrados, etc. Por cierto, ahora que estamos cerrando matriculaciones, tenemos un 8% más de solicitudes de admisión que el año anterior; y esto es consecuencia de este proyecto de mejora continua.
COLABORANDO EN EL TEJIDO EMPRESARIAL NAVARRO
P: Y hay otro ámbito en el que también trabajan y es en el contacto directo con otras empresas con las que llegan a proyectos conjuntos.
R: Nosotros hacemos muchas cosas con los empleadores. No solo les escuchamos para ampliar o mejorar nuestra oferta de grado y postgrado, que es muy importante, sino que también trabajamos mucho con ellos, por ejemplo, en los centros de investigación, como con Cinfa y Viscofán; o una cátedra de empresa con Volkswagen, la primera empresa de Navarra y con la que tenemos una relación extraordinaria y con quien acabamos de anunciar 6 proyectos conjuntos con ellos.
Pero siempre digo que la oferta docente no tiene que ser la que el empleador potencial dice, porque el empleador tiene una visión a muy corto plazo y nunca te dice ‘Es importante que los alumnos lean Anna Karenina’, tampoco te dice ‘Que vayan al museo a ver las obras de Tapies’ o ‘Qué interesante es que escuchen música clásica’. Sin embargo, los alumnos cultos son los más flexibles, los que tienen más criterio, los que saben evolucionar mejor. Por tanto, creo que es muy importante escuchar al empleador, pero mantener la perspectiva del largo plazo, que es propia de la universidad. La universidad es una cosa, la empresa es otra, dos lógicas distintas, pero es importante que hablen, que se escuchen, que hagan cosas juntos.
P: ¿Percibe esta Universidad, como el resto de empresas, que estamos en un cambio de era?
R: Internet ha cambiado las reglas del juego. Cambia el modo de competir, el modo de distribuir, fíjate cómo ha cambiado el mundo de la música, Amazon ha modificado el mundo del comercio, eBay las subastas; las redes sociales condicionan el marketing de las empresas, sin duda. Ahora, nadie se puede dormir en los laureles. La clave de la diferencia es lo intangible como talento, creatividad, relaciones, cultura, espíritu de equipo, emprendimiento, innovación, marca… Con eso se compite, ya no con economías de escala, red de distribución, capacidad financiera o instrumentos productivos. Y claro, es mucho más fácil enseñar geometría descriptiva, derecho mercantil o bioquímica, que enseñar a una persona a ser creativa, innovadora, a trabajar en equipo o a tener empatía. Por eso es mayor desafío para la universidad como lugar de formación; y desde luego un mayor desafío para las empresas.
P: ¿Y dónde está la fortaleza de la Universidad de Navarra para estar ahí, en la frontera de la ciencia y el conocimiento?
R: Pues está en tres cosas: Primero, en que tenemos una misión y unos principios que tienen que ver con una herencia de San Josemaría Escribá, que es el fundador de esta Universidad de Navarra, quien quiso que estuviera en esta tierra, inspirada por las grandes propuestas del pensamiento cristiano que son la base de la cultura de occidente: la veracidad, la honradez, la solidaridad, el compromiso con las personas. Y son muy importantes, porque nos hacen no ser erráticos. A nosotros no nos da igual que un estudiante que se forme aquí trabaje en una ONG o vendiendo armas en Asia, no nos da igual, nosotros tenemos principios, tenemos misión.
Otra clave de éxito la decía antes y es que aquí trabajan 5.000 personas con un enorme compromiso. Con la ilusión de hacer las cosas bien, de investigar bien, de dar clase bien, de asesorar a los alumnos bien, con la ilusión de curar bien a los pacientes de la CUN.
Y la tercera causa del éxito es que hay miles de personas que ayudan y apoyan a la universidad. Miles de personas que son antiguos alumnos, cientos de personas que son amigos del museo, muchas personas que ayudan de modo desinteresado, que vienen a dar clase, que hablan bien de la universidad, que recomiendan la Clínica para una segunda opinión en una enfermedad grave de un familiar y un largo etcétera.
P: Estamos hablando de muchos proyectos, trabajo, esfuerzo… Y todavía hay más, por ejemplo, el Proyecto Emprendimiento.
R: Buenísimo, acabamos de anunciarlo y es una de nuestras grandes ilusiones para estos próximos años. Su origen está en el principal problema social que tiene nuestro país: el desempleo. Nos preguntamos qué puede hacer la Universidad de Navarra para aportar un granito de arena y vamos a ver si conseguimos formar más emprendedores que creen empresas que contraten personas. Vamos a introducir el emprendimiento en el ADN de la Universidad. Así que con esta idea nos presentamos a un concurso, hace ya más de un año en el ICO (Instituto de Crédito Oficial), ganamos el concurso y conseguimos 4 millones de euros, luego incorporamos otras empresas, por lo que en este momento tenemos un fondo de 8 millones de euros, mitad capital público mitad capital privado, que van a financiar ideas de emprendimiento de nuestros empleados, profesores e investigadores, graduados, alumnos que, a juicio de un comité de expertos, sean viables.
LA RSC, EN EL ADN DE LA UNAV
P: Y tienen otro proyecto muy bonito, que se inició en el 2007 y trata de que nadie con capacidad para estudiar deje de hacerlo por falta de recursos.
R: Esto está en el propio origen de la universidad, porque fue San Josemaría quien dijo una de las veces que estuvo aquí que debíamos trabajar para que nadie dejara de estudiar aquí por carecer de recursos humanos. Y puesto que la enseñanza de calidad es cara, desde hace tiempo tenemos este proyecto que básicamente está encomendado en nuestros antiguos alumnos, que es que apoyen un fondo de becas, propio de la universidad para que ese sueño sea una realidad. Y en la actualidad, más de un tercio de nuestros alumnos tienen algún tipo de beca o descuento relevante en la matrícula.
P: ¿Se puede decir que ahí reside la RSC de la Universidad de Navarra?
R: Así es, pero hacemos más cosas: la generación de empleo también va a ser una segunda RSC, también tenemos la institución Tantaka, el banco de tiempo solidario, por el que miles de personas (empleados y alumnos) colaboran con su tiempo para ayudar a ONGs de Navarra, que hay muchas y muy buenas y que necesitan brazos, además ayuda especializada como nutricionistas a Banco de Alimentos, médicos a la Asociación de niños con cáncer en la CUN, médicos haciendo voluntariado en África y América Latina en verano. Y eso en sí mismo es formativo, porque la solidaridad no se enseña con teoría.
P: ¿Cómo se siente uno siendo el máximo responsable de todo esto que estamos hablando?
R: Me siento un privilegiado de estar al frente de una institución con tantos proyectos, con tantos sueños, con tanta gente solidaria, con tantos alumnos llenos de ilusión por formarse bien y luego tener un impacto positivo en la sociedad. Es evidente que también hay dificultades, complicaciones, sinsabores…
IMPRESCINDIBLE LA COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
P: Vamos con esas dificultades a las que aludía. La más obvia, después de desgranar todo el potencial de esta empresa que usted capitanea, parece claro que el Gobierno de Navarra tiene que apoyarla, por tamaño, por contribución al tejido empresarial navarro y por empleabilidad. Sin embargo, no está siendo así. ¿Existe relación con el actual Gobierno de Navarra?
R: Sí, existe relación. Verás, nosotros tenemos la voluntad y la práctica habitual de llevarnos bien con los gobiernos, y digo los gobiernos porque la tenemos con el Gobierno Vasco, ya que tenemos un campus en San Sebastián; con el Gobierno de Cataluña, porque tenemos una escuela de negocios muy importante en Barcelona; y también con el Gobierno de Madrid, donde tenemos una presencia menor que ahora vamos a fortalecer. Esta buena relación siempre la hemos mantenido, desde hace más de 50 años y eso que hemos tenido gobiernos de todos los colores en las diferentes comunidades. Siempre ha sido así y fue así con el actual Gobierno Foral cuando comenzó la legislatura, porque muchas de las personas que forman este gobierno son conocidas, se han formado aquí o tienen hijos estudiando aquí. Pero tuvimos un momento de crisis.
P: Que es cuando decidieron no renovar el convenio de medicina de familia con la CUN, ¿cómo recibieron esa noticia?
R: De forma inesperada y para nuestros empleados fue una noticia muy dura. Habían empezado bien las relaciones y no esperábamos esta no renovación. Verás, la relación médico paciente es muy estrecha y tuvimos que decir a las más de 7.000 personas que estaban acogidas a ese convenio (empleados, hijos de empleados y jubilados) que su médico dejaba de serlo. Por otra parte, ese convenio aportaba 5,1 millones de euros a la Clínica. Por ese hecho, por lo inesperado y por el modo de acabar, la relación se deterioró, como es lógico.
Pero también como es lógico mi tarea ha sido tender puentes y buscar otras vías de colaboración. De hecho, hace poco hemos renovado el convenio de derivaciones de pacientes de la red pública a la CUN, que incluye también los trasplantes. Y yo siempre digo que nunca buscamos un convenio que no sea bueno para Navarra, por ello, si miramos los indicadores de trasplantes, Navarra es número 1, por lo que la colaboración público-privada es buena para los ciudadanos, para la economía y para el prestigio de Navarra. Nosotros nunca buscamos privilegios, sino servir para el bien de Navarra, además de que la Universidad se fortalezca y se desarrolle, por supuesto.
La firma de este convenio de derivaciones ha sido muy buena y es un punto de inflexión positiva en esas relaciones deterioradas. Y tenemos otros muchos proyectos en marcha de los que hablamos con frecuencia y creo que se pueden ir poniendo en marcha en los próximos meses. Se trata de mirar poco para atrás y mucho hacia adelante para ver qué cosas podemos hacer juntos, porque el futuro, sin ninguna duda, tiene que ver con la colaboración público-privada. Y el futuro de una comunidad no es la especulación, no es la cultura del ladrillo; es la investigación, es el conocimiento, es la innovación, es el emprendimiento, son las patentes. Y ahí estamos nosotros, ese es nuestro mundo.
P: Hablaba de cierto malestar en la Universidad, pero también en la sociedad se ha palpado mucha opinión al respecto de esta decisión del Gobierno de Navarra y también ha habido malestar. De hecho, se dice que su decisión por ampliar en Madrid es una forma de enseñar los dientes y de decir: “Si nos aprietan, nos vamos”.
R: Yo creo que la Clínica es una institución muy querida en Navarra, entre otras cosas, porque muchas personas o sus familiares han sido atendidas en la clínica y la mayoría de las veces se tiene la percepción de que han sido atendidas con gran calidad técnica y con una gran humanidad, por tanto, muchos ciudadanos de Navarra piensan que la CUN es un bien prestigioso, el de mayor reputación por muchos años en España… Por ello, protejamos a la Clínica, ayudémosla.
P: Entonces, ¿irse a Madrid no es una pataleta?
R: No sé si ha habido pataletas o no, desde luego, no en el rectorado, porque nosotros tenemos que gobernar con la cabeza fría y nunca con rencor ni con amargura. Desde hace tiempo teníamos el proyecto de fortalecer nuestra presencia en Madrid, porque nuestro criterio de análisis no son las legislaturas, sino por lo menos las décadas. Y para que quede claro, comenzamos las obras de una clínica en Madrid, al final de la legislatura anterior. La clínica ya está construyéndose y, en breve, se empieza a construir en el mismo campus una sede de posgrado para algunos programas máster que habrá en Madrid. Va a tener una actividad importante, pues abrirá en el otoño de 2017, empleará a 400 personas y facturará unos 45 millones de euros cuando esté a pleno rendimiento. Tiene como finalidad dar un servicio médico en Madrid, pero también estamos convencidos de que eso dará más notoriedad a la CUN y atraerá a pacientes a Pamplona. Por tanto, nuestro proyecto son dos sedes de la CUN. Esperamos que la clínica en Madrid vaya bien y sea un éxito, para que fortalezca la Clínica en Navarra.
P: Pero tampoco puede ir por libre, necesitará ser apoyada desde las instituciones, ¿cierto?
R: Por supuesto, no hay ninguna institución que pueda sobrevivir sin apoyo y nosotros somos una institución necesitada de ayuda del gobierno, de los ciudadanos, de la sociedad. Y cuanta más ayuda tengamos, más podremos servir a la sociedad. Ahora mismo, el 80% de los empleados están en Navarra, ¿se mantendrá ese porcentaje? Depende. Depende del apoyo. Ya me gustaría a mí que no se mantuviese sino que creciera. Pero eso tiene que ver con el apoyo. Si nosotros percibimos que tenemos un gran apoyo, la universidad crecerá, poco a poco, porque somos lentos pero seguros. Porque hay que reconocer que en otros lugares, donde hay gobiernos muy variados, tenemos un gran apoyo y de gran sintonía, como es lógico.
P: ¿Es consciente de que, a pesar de las dificultades, deben pelear su histórico lugar aquí?
R: El corazón de la Universidad de Navarra está en Navarra. Y yo creo que entre todos tenemos que conseguir que la UNAV no solo tenga aquí su corazón, sino la gran mayoría de su actividad, de su empleo y de sus proyectos.
P: ¿Han podido hablar con el Gobierno, sentados tranquilamente, después del tsunami de la no renovación?
R: Sí, hablamos con mucha frecuencia, hablamos con mucha experiencia y yo veo el futuro con esperanza en este ámbito concreto del entendimiento de la universidad con el Gobierno. Creo que podemos entendernos.
P: Ya para terminar, aunque se nos quedan muchos más temas por tocar, ¿cuál sería el sueño de Don Alfonso Sánchez-Tabernero como rector de la Universidad de Navarra?
R: A mí me gustaría que la Universidad de Navarra fuera uno de los mejores lugares del mundo para estudiar, uno de los mejores lugares del mundo para trabajar, uno de los mejores lugares del mundo para recibir asistencia sanitaria y uno de los mejores lugares del mundo donde se hiciese una investigación más útil para resolver los problemas sociales de la humanidad.