La presidenta de Navarra, Uxue Barkos, ha entregado el XV Premio Internacional Navarra a la Solidaridad a la guatemalteca María Canil en representación La Vía Campesina, un movimiento mundial nacido para ser la “voz” del campesinado y potenciar la soberanía alimentaria.
Con este premio, promovido conjuntamente por el Gobierno de Navarra y Laboral Kutxa, se quiere destacar y reconocer la tarea llevada a cabo por instituciones, ONG, y personas físicas que hayan destacado por su trayectoria en cualquiera de los ámbitos de la Cooperación Internacional al Desarrollo. El galardón está dotado con 15.000 euros, diploma y un ejemplar de la escultura Arri Ernai zaintzailea (piedra vigilante) de Jorge Oteiza.
La entrega se ha celebrado en el Salón del Trono del Palacio de Navarra y a ella han acudido el presidente de Laboral Kutxa, Txomin García; el vicepresidente de Derechos Sociales, Miguel Laparra, así como la consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, Isabel Elizalde, y la de Relaciones Ciudadanas e Institucionales, Ana Ollo, entre otras autoridades presentes.
En la actualidad, La Vía Campesina agrupa a 200 millones de pequeños agricultores de cuatro continentes.
La Vía Campesina fue fundada en 1993 y, entre sus principales ‘hitos’ está el alumbramiento y extensión a todo el mundo del concepto “Soberanía Alimentaria” por el que se reconoce el derecho de los pueblos a poseer sus propios sistemas alimentarios.
En ese sentido, sus postulados se plantean como una alternativa real al libre comercio, las políticas privatizadoras y actividades extractivistas. Igualmente, ha contribuido a que la producción campesina se sitúe en el centro de la política global, partiendo de la crisis alimentaria de 2008.
DISCURSOS
Tras recibir el galardón, María Canil se ha dirigido a los presentes agradeciendo el premio que ha calificado como el reconocimiento “a un proceso de resistencia y de construcción de una alternativa más justa y humana”.
Según ha recalcado, su organización ha aportado una nueva mirada a las políticas agrícolas, a la alimentación y al campesinado al tiempo que ha subrayado la importancia de las mujeres campesinas en la defensa de una agricultura ligada al cuidado de la tierra. “Alimentamos nuestros pueblos y construimos movimiento para cambiar el mundo”, ha sentenciado.
Por su parte, Uxue Barkos ha alertado sobre “las variaciones de los precios que repercuten en el medio de vida de los pequeños agricultores, el cambio climático que pone en peligro las cosechas y los acuerdos comerciales que distorsionan los mercados”.
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En ese contexto, la presidenta foral ha hecho hincapié en el valor de unos pequeños agricultores que se han convertido “en los únicos o principales productores de alimentos en muchos países en desarrollo” por lo que, ha añadido, “es importante respetar, proteger y hacer cumplir los derechos de las campesinas y campesinos, tal y como está intentando conseguir La Vía Campesina”.
Finalmente, Txomin García, en nombre de Laboral Kutxa, ha manifestado que impulsar el concepto de “soberanía alimentaria” que defiende la entidad premiada “no es tan sólo una cuestión ética, sino que debe constituir un imperativo social y global, ya que resulta una alternativa muy eficiente para luchar contra el cambio climático, impulsar la paz y paliar una de las lacras más vergonzantes de este siglo XXI: el hambre”.