Hay ocasiones en las que, en medio de la vorágine, del ajetreo del día a día, del estrés y de la fatiga, uno decide poner punto y aparte. Hacer una pausa. Desconectar. Olvidarse por un momento de móviles, de ordenadores, de agendas… Y es entonces cuando lo que se busca es disfrutar de lo simple, de lo cotidiano; pero con elegancia, dándose un capricho, un pequeño lujo que compensa con creces el camino que nos ha llevado hasta ese momento.
Lo bueno, lo estupendo, cabría decir, es que no hace falta coger un avión e irse a una isla paradisíaca o a un lugar recóndito de los Alpes suizos para tener esa recompensa. Navarra tiene no una, sino ocho propuestas inmejorables para disfrutar, como nunca lo has hecho, de la tierra. Ocho establecimientos sorprendentes, que beben de la tradición, de la historia y de la tierra, para invitar a sus huéspedes a descubrir los secretos de una comunidad tan diversa y rica como ésta. Son los ocho Nobles del Reyno. Una denominación que agrupa hoteles con encanto, clásicos y singulares, repartidos por toda la geografía navarra.
Esta marca “de excelencia turística” busca promocionar establecimientos en el medio rural de Navarra que tengan alguna singularidad y peculiaridad con respecto al conjunto de la oferta hotelera de la Comunidad foral. Y, sin duda, la tienen. Son, edificios originales, “con un fuerte componente histórico y humano” y, en muchos casos, forman parte del patrimonio histórico. Son, en definitiva, ocho joyas por su arquitectura, ubicación y exquisitez.
DEL VALLE DE BAZTAN A MARCILLA
El abanico de posibilidades se extiende desde el Pirineo navarro hasta la Zona Media, con rincones que bien merecen una escapada lejos del ruido y el ajetreo de la ciudad. En la pequeña localidad de Arantza, por ejemplo, abre sus puertas Arantza Hotela, un exclusivo hotel de cinco estrellas considerado el ‘Mejor Hotel de Escapadas 2017’, por la revista Conde Nast Traveler. Inaugurado en 2013, este hotel boutique apuesta por el diseño minimalista y los detalles artesanales, que combina con una gastronomía de cuatro tenedores y un spa de uso privado. La privacidad y la calidad son su seña de identidad.
A escasos veinte kilómetros de este idílico lugar se encuentra otro no menos atractivo: el Hotel Balneario Elgorriaga. Un espacio para el relax en medio de un enclave natural único, en el que las aguas del balneario son el punto de distinción. El de Elgorriaga es el manantial con la mineralización más fuerte del mundo. Sus aguas son las que tienen la mayor salinidad de Europa, propiedades que han convertido a este pequeño lugar en un punto de referencia. La estancia en el hotel, el balneario y la naturaleza que les rodea son la combinación perfecta.
El norte de Navarra aún esconde dos Nobles más. Lugares de ensueño ambos. Uno en Arizkun, otro en Amaiur. El primero es un antiguo caserío del siglo XVII reconvertido en hotel, pero sin olvidar el encanto de lo añejo, de lo antiguo, de la tradición. El Señorío de Ursúa, que así se llama el establecimiento, domina desde lo alto de una colina un paisaje embriagador, rodeado de bosques y prados, como lo hacía antaño, pero con las comodidades de hoy en día. En Amaiur, el Palacio de la familia Borda, catalogado como Patrimonio Histórico de Navarra por la Institución Príncipe de Viana, hace ya unos años que se transformó en un hotel. Sin embargo, aquí también prevalece la historia; sus gruesos muros de piedra roja, su fachada porticada y su escudo heráldico. Un guiño al pasado en pleno siglo XXI.
Pero estos maravillosos lugares no sólo se concentran en los verdes bosques de Baztán. Hacia el sur, Navarra también esconde alojamientos increíbles. Uno de ellos, como no, en una localidad tan emblemática y mágica en sí misma como es Olite. Allí, el Hotel La Joyosa Guarda de cuatro estrellas se levanta en una formidable mansión del siglo XVIII, en pleno casco antiguo. Reformado para adaptarse a las nuevas necesidades, este tranquilo y hogareño hotel conjuga lo antiguo y lo moderno para hacer sentir a sus huéspedes como auténticos reyes en la villa que un día fue la sede de Carlos III El Noble.
En la misma Valdorba, a quince kilómetros de la medieval Olite, otro Noble reivindica el papel de esta zona navarra, a medio camino entre el Pirineo y las Bardenas Reales. El Hotel Valdorba, de cuatro estrellas, se alza en la pequeña localidad de Sansoáin, de apenas una treintena de habitantes. Allí la calma, el silencio y la tranquilidad son un plus, de la mano de la naturaleza y el arte románico de la zona. El hotel, una construcción totalmente nueva, se adapta a las construcciones del lugar y asume como propia una zona, del siglo XVIII, también catalogada por la Institución Príncipe de Viana como singularidad de la época.
El recorrido por los ocho Nobles del Reyno aún depara dos nuevas sorpresas. Una de ellas es el Hotel Villa Marcilla, en la localidad del mismo nombre. Un edificio ecológico de cuatro estrellas que se mimetiza con el entorno rural. Un oasis en la Ribera de Navarra. Y, por último, pero no por ello menos apetecible, el Hotel Tximista, en Estella. Pocos hubieran imaginado en plenos siglo XIX que la que fuera una antigua fábrica de harinas iba a dar lugar a un hotel con encanto. Pero así ha sido. El lugar mantiene el atractivo de las construcciones industriales del siglo XIX, con pinceladas contemporáneas que conjugan el interior con el exterior. Sin duda, una experiencia única.
En próximas semanas iremos desgranando cada uno de estos singulares lugares en detalle. El primero será Arantza Hotela. ¡No os lo perdáis!