El número de matriculados en carreras STEM, que engloban las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, está cayendo a gran velocidad en España. Aunque nunca antes se habían demandado más perfiles tecnológicos como ahora, ha bajado un 30 % desde el año 2000.
El informe ‘La contribución socioeconómica del sistema universitario español’, realizado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), pone el foco en un preocupante problema: actualmente, los estudiantes que cursan estas carreras en España solo suponen el 24 % del total de los universitarios, cinco puntos por debajo de la media de la Unión Europea.
Además, mientras en Europa han perdido peso las ciencias sociales y jurídicas en favor de la ingeniería y la arquitectura, en España ha sido la ingeniería la que ha caído en favor de las artes y humanidades. Así lo sostiene el informe, en el que se deja constancia de que las titulaciones STEM son fundamentales «para que el desarrollo de actividades económicas basadas en la digitalización no se vea frenado por escasez de trabajadores con estas cualificaciones».
LAS CAUSAS
Los motivos de esta caída apuntan en una dirección muy concreta: aunque se trata de carreras más duras y exigentes, el mercado laboral español no premia ese esfuerzo extra que conllevan. Esa dificultad para desarrollar una trayectoria profesional exitosa supone un freno para muchos estudiantes españoles.