El ciclismo femenino de primer nivel vuelve a la Comunidad foral con las ‘Navarra Women’s Elite Classics 2021′. Dos pruebas que forman parte de la UCI World Tour y que se disputarán los días 13 y 14 de mayo con dos etapas. La primera recorrerá un total de 128,3 kilómetros, los que separan el Hostal Ibaisek (Zudaire) y Lekunberri. La segunda, algo más corta, consiste en un recorrido de 124,8 kilómetros, con salida y final en Pamplona. Supone una oportunidad de oro para poner a Navarra en el foco del ciclismo profesional.
“Para que la gente se haga una idea, hemos conseguido que Eurosport la emita a nivel mundial”, destaca Miguel Sabalza, director de la organización. En concreto, se retransmitirán en cinco idiomas: japonés, alemán, inglés, francés e italiano. Y también se podrán seguir a través de la plataforma ‘GCN’ para todo el mundo. “Van a tener una repercusión bestial”, vaticina el director.
Las pruebas contarán con veintiocho equipos nacionales e internacionales y 176 ciclistas.
El evento cuenta con un presupuesto de 120.000 euros, en buena medida gracias a sus patrocinadores. “Por suerte, tenemos varias empresas que llevan muchos años confiando en nosotros y que dicen ‘sí’ a todo lo que les proponemos”, agradece Sabalza, quien pone en valor que, pese a la pandemia, siguen confiando en el proyecto: “Es verdad que hay más más compañías que viven con cierta incertidumbre, pero tenemos marcas que creen en el ciclismo y en lo que hacemos. Eso nos sirve para mantenernos”.
En total, las carreras contarán con veintiocho equipos nacionales e internacionales y 176 ciclistas. Entre ellas, se encuentra la ganadora de la pasada edición, Annemiek Van Vleuten (Movistar Team), así como la segunda y tercera clasificada, Elisa Longo (Trek Segafredo) y María Giulia Confalonieri (WNT-Ceratizit), respectivamente. “El deporte femenino está creciendo mucho y las corredoras están encantadas de venir aquí”, asegura.
En 2020, más de 5.500 mujeres contaban con licencia ciclista en España, lo que supone un crecimiento de más del 70 % desde 2015.
Sabalza reconoce que aún “falta cultura del ciclismo femenino”. Pero, al mismo tiempo, enfatiza que el año pasado había más de 5.500 licencias de ciclistas femeninas en España, lo que supone un crecimiento de más del 70 % desde 2015.
Así mismo, resalta la importante repercusión económica que supone una cita deportiva de estas características para Pamplona y Lekunberri. Un impacto que va más allá de las propias ciclistas (habrá treinta motoristas, cincuenta coches y cuatro ambulancias en la carretera). “Hay que tener en cuenta toda la gente que mueve”, advierte para confirmar acto seguido que ya hay siete hoteles llenos “porque la normativa no deja meter más de un equipo por planta”. En un momento en que el 40 % de los alojamientos de la capital navarra se encuentra en riesgo de quiebra técnica, se trata de una buena noticia sin duda para el sector.
“Nos gustaría crecer, subir de categoría y convertirnos en un referente del ciclismo femenino”.
Aún no se han disputado las carreras de este año, pero la organización ya trabaja a contrarreloj para cerrar los recorridos y el calendario de 2022: “En diciembre nos ponemos con la búsqueda de patrocinios y, en enero, ya redactamos las invitaciones de los equipos para empezar a organizar los alojamientos durante la prueba”. Entre los objetivos de cara al futuro, Sabalza tiene claro dónde poner el foco. “Nos gustaría crecer, subir de categoría y convertirnos en un referente del ciclismo femenino. Pero es muy difícil”. Para lograrlo, tendrían que aumentar el presupuesto y abonar 35.000 euros por cada etapa que se emita en televisión.
Respecto a los aficionados, el director de la organización destaca que “no es fácil controlar la presencia del público”. Por eso, él y su equipo estarán en contacto permanente con las fuerzas de seguridad para tratar de que se mantengan las distancias de seguridad.
“PRESIÓN SOCIAL Y POLÍTICA”
La edición de 2020, que se disputó en julio, será recordada por ser la primera carrera ciclista del mundo en disputarse tras el estado de alarma. “Tiramos adelante con el apoyo del Gobierno de Navarra y la consejera Esnaola, a la que se lo tengo que agradecer mil veces”, recuerda. Y hace hincapié en este punto porque, según rememora, existió una fuerte “presión social y política” para impedir que se disputase. “Había mucha tensión entre los equipos y en la organización, pero por suerte todo salió bien”.
“En la pasada edición, ante todo, fuimos profesionales y los equipos que no accedieron a hacerse PCR no corrieron”.
El año pasado, la organización cumplió con el protocolo exigido por el Ejecutivo foral, aprobado a su vez por el Departamento de Salud. “Fueron medidas más que restrictivas”, admite.
Por eso, llegaron a un acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra (CUN) para realizar pruebas PCR a los equipos que venían sin habérselas hecho. “Era una normativa que habíamos establecido nosotros y que había pedido la UCI, pero no todos los equipos la cumplieron”, lamenta. Una semana antes de las pruebas, se envió una carta a todas las escuadras pidiendo que viniesen a Pamplona con las PCR ya practicadas: “Hubo algunos equipos que no se lo tomaron muy en serio y pensaron que podrían salir sin tenerlas hechas. Ante todo fuimos profesionales y los equipos que no accedieron a hacerlas no corrieron. A día de hoy, lo que más nos preocupa es que salte un positivo”.
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