La variedad Chardonnay ha encontrado en la finca de Legardeta de Bodegas Chivite un reducto único, con unas condiciones climáticas y de suelos perfectos para obtener tipicidad, complejidad y una gran capacidad de envejecimiento.
Junto al cambio de imagen, pasa a envasarse en botella borgoña para destacar su procedencia un terroir de 138 hectáreas
La influencia del clima atlántico-continental, en cuanto a temperatura así como el régimen de pluviometrías hace que la uva Chardonnay pueda madurar a su ritmo, lenta y suavemente manteniendo buenos niveles de acidez, pH y potencial aromático lo que le permite mostrar su frescura y expresividad.
El viñedo, por lo demás, presenta una elevada densidad de plantación de más de 6.000 plantas por hectárea. Se trata de una alta densidad que provoca una competencia entre las plantas que redunda en una alta calidad de uva.
Precisamente, esa misma uva se vendimia a mano para que llegue en perfecto estado a la bodega donde es seleccionada. Después de una pequeña maceración, es prensada a baja presión y el mosto resultante, una vez desfangado, se lleva a depósitos de acero inoxidable o a barricas donde fermenta y se mantiene sobre lías unos 5 meses.
El resultado final es un vino de brillante color amarillo verdoso donde Legardeta Chardonnay 2015 muestra un aroma intenso y complejo donde sobresale la fruta blanca de hueso, cítricos y flores blancas. Un final mineral con recuerdos tostados y cítricos lo completan en boca es fresco y vivo, amplio, graso y equilibrado.
Un perfecto acompañante para, por ejemplo, pescado a la plancha, mariscos, carnes blancas, quesos frescos, pescados blandos, ahumados, pollo asado, lasaña o berenjenas rellenas siempre a una temperatura entre 8 y 10 grados.