Los costes de la construcción en edificación residencial disminuyeron un 3,8 % en 2020, frente al aumento del 5,23 % que registraron en el ejercicio anterior. El descenso, reflejado en el Índice de Costes Directos de Construcción que elabora Construcciones ACR, se vio influido “principalmente por la incertidumbre provocada por la pandemia de Covid-19“.
No obstante, el director general de la compañía, Guillermo Jiménez, explicó que estas cifras “deben tomarse con gran cautela y responsabilidad, porque están muy influenciadas por la crisis sanitaria y no está claro que se vayan a mantener en el tiempo”. Algunos oficios, por ejemplo, contuvieron sus precios ante el descenso de proyectos en otros segmentos de mercado, anticipando también el previsible descenso de nuevos proyectos residenciales para la venta.
Guillermo Jiménez (ACR): “Estas cifras deben tomarse con gran cautela y responsabilidad, ya que están muy influenciadas por la crisis sanitaria y no está claro que se vayan a mantener en el tiempo”.
A través de un comunicado, Construcciones ACR aseguró que “cuando la situación mejore y se recuperen los niveles de producción, es posible que los precios retomen la senda de crecimiento que mantenían desde 2015, aunque quizá de forma más moderada”.
En este contexto, según Jiménez, las constructoras “que hayan tensionado sus márgenes en exceso a la hora de contratar, estimando bajadas de precios que finalmente no se mantengan en el tiempo, podrían encontrarse en dificultades”.
La empresa destacó que, aunque las perspectivas macroeconómicas “no son las mejores y parece dilatarse el final de la situación provocada por la pandemia”, el sector inmobiliario “continúa dinámico, al tiempo que cauteloso, lo que lleva a dilatar los procesos de contratación, pero no a parar los proyectos”. Esto llevó al director general de ACR a mostrarse “moderadamente optimista”: “Detectamos demanda de vivienda, interés entre los inversores y promotores dispuestos a iniciar proyectos. Además, cada vez más actores comienzan a explorar nuevas vías de negocio -como el ‘build to rent‘- y nuevas formas de trabajar -como la construcción colaborativa-, avanzando en materia de industrialización. Todo ello debe ser positivo y estimamos que va a tener un efecto tractor en la evolución necesaria de nuestro sector”.
ESCASEZ DE MANO DE OBRA
Desde la constructora navarra estimaron que el posible descenso de la producción ligada a ventas de vivienda, por la difícil situación de la economía y el empleo, se podría compensar con la construcción de vivienda en alquiler, “lo que podría hacer que los precios retomen la senda prevista”.
Por otra parte, la empresa instó a “no perder de vista” el problema “estructural” de escasez de mano de obra, “que ha sido la principal causa de la constante evolución al alza de los costes de construcción en los últimos años”. Este condicionante, a su juicio, “volverá una vez que se replique el desequilibrio entre la demanda para realizar nuevos proyectos y la escasez de mano de obra para atenderla”. Y aunque consideró que “los proveedores son cautelosos a la hora de crecer y asumir riesgos, algo que ha sido positivo para afrontar esta crisis en mejores condiciones que otros sectores”, la firma navarra sostuvo que este aspecto “no dejará de ser un contratiempo mientras se siga apostando por las formas tradicionales de construcción”.
El coste del acero, no obstante, se incrementó más de un 40 % en los últimos meses.
La crisis sanitaria provocó que los costes directos de construcción hayan cerrado el año 2020 con un descenso del 3,8 %. Así, el Índice de Precios Pagados se colocó en 128,51 puntos, retrocediendo al mismo nivel que el segundo trimestre de 2019. De esta forma, se rompió la tendencia alcista iniciada en 2015, con subidas de doble dígito a todas las partidas, y que tuvo su punto más alto en el IVT de 2019. Pese a ello, todavía se encuentran “muy por encima” de los niveles registrados en 2018 y principios de 2019.
Antes de que comenzara la crisis sanitaria, los costes directos de construcción comenzaban a situarse en niveles “razonables” de márgenes para la mano de obra, tras recuperar un 33,6 % en cinco años y producirse una moderación de la producción, “más coherente con la capacidad del sector”.
Todo esto “apuntaba a un crecimiento moderado y estable de los precios a medio plazo y, prueba de ello, eran los precios de cimentación y estructura de las nuevas obras, indicadores adelantados del resto de partidas”, que crecieron un 3,9 % y un 4,2 % en 2019 respectivamente. Para ACR, “una vez superadas las incertidumbres y recuperada la normalidad en el arranque de nuevos proyectos, es muy probable que los precios recuperen los niveles anteriores e incluso continúen por la senda alcista”.
BAJADA DE PRECIOS
Los datos reflejan un comportamiento irregular según la partida analizada. Los descensos están protagonizados por los capítulos que entran primero en obra, principalmente acusando la corrección en el coste de la mano de obra y, en menor medida, en el menor precio de algunos materiales. La excepción es el coste del acero, que se incrementó más de un 40 % en los últimos meses.
Las bajadas más notables afectan a divisiones interiores (-7,9 %), estructura (-7,1 %) y cimentaciones (-6,6 %). Los precios de movimiento de tierras y vidriería bajaron un 4,5 %, mientras que en fachadas descendieron un 1,6 %.
Por el contrario, cuatro partidas continuaron registrando crecimientos de precio, aunque más suaves que en 2019. Así, la de pinturas subió un 5,1 %, seguida de falsos techos y revestimientos (+3,1 %), alicatados y solados (+2 %) e impermeabilizaciones y cubiertas (+1,8 %). Los costes directos representan alrededor del 85 % del coste total de la obra. Entre las partidas más representativas destacan las impermeabilizaciones y cubiertas, la carpintería de madera y la vidriería.