Jugó en Osasuna de 2011 a 2014. Y, tras pasar por el Recreativo de Huelva y el Real Zaragoza, decidió colgar las botas hace seis años. Después de una extensa carrera como futbolista profesional, el ilerdense Marc Bertran se incorporó hace año y medio al equipo de A&G Banca Privada, que cuenta con una delegación en Pamplona.
Bertran recuerda con orgullo cómo siempre supo compaginar el deporte con los estudios. Quizás por eso remarque la importancia de la formación. “La carrera deportiva dura pocos años. Después tienes toda la vida por delante y es importante prepararte para ello”, subraya a Capital Sport.
“En el mundo del fútbol hay potencial y necesidad para este tipo de trabajo”.
Hoy, a sus 38 años, es licenciado en Educación Física por el Instituto Nacional De Educación Física (INEF) y está finalizando el grado en Economía por la UNED. Además, posee varios títulos del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB): el de European Financial Advisor (EFA), el de Especialista en Banca Privada y Asesoramiento Financiero y el del Programa Directivo de Planificación Financiera (EFP). “A los 19, comencé mis estudios de INEF y me saqué la carrera. Luego quise hacer el grado de Economía, y ya en los últimos cursos tenía bastante claro que me iba a dedicar a esto. En el mundo del fútbol hay potencial y necesidad para este tipo de trabajo y ahí empezó mi aventura”, comenta Bertran.
No es habitual que un futbolista profesional se abra paso en el sector financiero cuando cuelga las botas. De hecho, apenas se conocen casos como el suyo, más allá de Javier Arizmendi, que fue jugador del Deportivo y el Real Zaragoza y ahora trabaja como asesor: “Es algo extraño porque lo lógico es que, una vez acabas tu carrera deportiva, te encamines a algo específico de fútbol, ya sea entrenador, director deportivo o algo parecido”.
“La parte importante de la cartera tiene que estar en activos líquidos. Lo que más trabajamos son fondos de inversión”.
Comenzó su nueva andadura profesional JDS Capital, donde trabajó tres años hasta que, en septiembre de 2019, dio el salto a A&G Banca Privada. Atrás quedaron los entrenamientos, los partidos de los fines de semana y los viajes, que no echa de menos. “Meterte en otra faceta tiene sus complicaciones. Te plantas con gente de tu misma edad, pero con un recorrido y una experiencia mayores. Como todo en la vida, la experiencia y la formación es importante. Esto último creo que lo tenía. Ahora voy adquiriendo experiencia y creciendo en este mundo”, añade.
LOS SECTORES
Actualmente, Bertran; su socio, César Izco; y Eduardo Olazabal gestionan patrimonios de empresarios, deportistas y otro tipo de perfiles profesionales. “Al hablar de tipo de inversión, no diferencio entre deportistas y otras profesiones. Tengo clientes futbolistas, pero también empresarios y te puedo decir que las carteras son las mismas. Cada uno con su perfil de riesgo. No hay algo en lo que inviertan específicamente ellos. Lo que es bueno para uno es bueno para todos”, señala el exjugador rojillo.
“Durante la carrera profesional, es importante llevar una planificación. Hay que intentar acumular el máximo posible para sacar después una rentabilidad”.
El sector inmobiliario ocupa un lugar importante en las carteras de los grandes deportistas. Pero en los últimos años, los fondos de inversión, las bodegas, los restaurantes o incluso los videojuegos, como es el caso del jugador del Barcelona Gerard Piqué, han logrado hacerse un hueco. “La clave en la inversión es la diversificación. La parte importante de la cartera tiene que estar en activos líquidos. Lo que más trabajamos son fondos de inversión, por el diferimiento fiscal y porque hay muchísima calidad en la gestión de los fondos. Y, después, tener una parte pequeña de tu portfolio en inversiones alternativas como pueden ser inmobiliarias o fondos de renovables, que son muy interesantes y por los que estamos apostando últimamente”, destaca.
Su trabajo se resume en una idea: “La clave es intentar identificar sectores de presente y de futuro, donde podamos obtener el mayor retorno gestionando muy bien el riesgo. Los clientes, como todos, no quieren perder. Y hay que gestionar no solo la parte buena, sino sobre todo la parte mala, que es el riesgo”.
“Con el perfil de riesgo conservador, no vamos a objetivos de rentabilidad muy ambiciosos, se trata de preservar el patrimonio y crecer poquito. Entre un 3 % y un 5 % es un objetivo asumible”.
Para un futbolista profesional, gestionar bien su carrera no es tarea fácil, ya que genera mucho dinero en poco tiempo, en apenas diez o quince años. “En esa etapa, es importante llevar una planificación. Hay que intentar acumular el máximo posible para después sacar una rentabilidad. Con el perfil de riesgo conservador, no vamos a objetivos de rentabilidad muy ambiciosos, se trata de preservar el patrimonio y crecer poquito. Entre un 3 % y un 5 % es un objetivo asumible”.
Después llega una segunda fase: la etapa de la distribución o las rentas, cuando ya se ha retirado. “El futbolista debe haber acumulado una bolsa lo suficientemente grande como para poder vivir de esos rendimientos y que su patrimonio no solo se mantenga estable, sino que pueda crecer algo en términos reales. Por eso es importante marcar un plan con un objetivo”, remarca.
En ese contexto, la figura del asesor financiero se ha convertido en primordial a la hora de tomar decisiones y, en especial, para los futbolistas que ostentan grandes patrimonios. “Todo el mundo necesita a alguien que sepa ayudarle y asesorarle para que, después, sea el propio cliente quien tome las decisiones con la mayor y mejor información posible”, concreta.
LOS EFECTOS DEL COVID-19
La pandemia también ha cambiado los hábitos de inversión de los futbolistas. Es más, sectores como las energías renovables o las residencias de estudiantes se han convertido en la joya de la corona para muchos. “Probablemente haya sectores que, a día de hoy, lo han hecho muy bien en los últimos meses y sean presente y futuro: las renovables, el tema de la movilidad y los coches eléctricos, la tecnología, salud… Nuestro trabajo se basa en identificar estas tendencias y meter una parte pequeña del patrimonio de cada cliente ahí para que obtenga un retorno favorable”, desgrana.
“Los futbolistas actuales hablan cada vez más de sus inversiones. Hay más inquietud y conciencia de lo importante que es una buena gestión del patrimonio”.
En este sentido, resalta Bertran, se está produciendo un cambio de paradigma, ya que los futbolistas cada vez hablan más de sus inversiones dentro del propio vestuario. Este fenómeno crece día a día. “En mi carrera, no lo viví tanto con mis compañeros, pero hoy sí veo que muchos de mis clientes hablan entre ellos. Hay más inquietud y conciencia de lo importante que es una buena gestión del patrimonio”.
Quizás porque, tal y como recoge una guía realizada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y la firma PKF Attest, los futbolistas pueden llegar a perder una parte importante de su patrimonio por una mala gestión. “No conozco a mucha gente que esté arruinada habiendo sido futbolista, pero sí hay estudios que han demostrado cómo la probabilidad de acabar así es más alta cuanto más ganas. Eso es una realidad”, remata.
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