El viento azotaba el mástil y las olas rompían contra el casco. «De esta no salimos», pensaba Lourdes para sus adentros en algún punto del mar de Noruega. La aventurera pamplonesa había partido del puerto de Vigo junto a otras cuatro compañeras rumbo al Círculo Polar Ártico hacía solo unos días. Formaban parte del Reto Pelayo Vida, una expedición de más de 2.500 millas náuticas. ¿El motivo? Celebrar que habían vencido al cáncer de mama.
Hoy, Lourdes Arana ya está curada y sonríe de oreja a oreja. Es la cualidad que más destacan Pilar Anta y Mikel Pro, los emprendedores con los que acaba de fundar Nordika Hiru, una compañía navarra que promueve la marcha nórdica entre particulares y empresas. «Queremos fomentar el team building en estas últimas. Para ello, estamos recibiendo asesoramiento de empresas que ya han implementado este modelo deportivo en Cataluña«, señalan los tres a Capital Sport. «Se estima que la marcha nórdica activa hasta el 90 % del cuerpo. También mejora la postura, protege las articulaciones, fortalece el corazón y quema calorías sin necesidad de movimientos bruscos», agregan.
Mikel y Lourdes son pareja desde hace casi año y medio, cuando coincidieron en un curso de marcha nórdica celebrado en Bilbao. Ella conoció esta disciplina gracias a que forma parte de Montañeras Adebán, un club aragonés formado en su mayoría por mujeres. Algunas de ellas, como Lourdes, son supervivientes de cáncer. «Me tuvieron que hacer un vaciado axilar y aplicar quimioterapia y radioterapia. Fue un año de médicos y tratamientos para después continuar con cinco años más de tratamiento hormonal», explica la navarra para matizar acto seguido que volvió a la montaña en cuanto pudo abandonar el hospital.
Mikel y Pilar se conocen desde hace cuatro años, cuando obtuvieron juntos la titulación de técnicos deportivos en marcha nórdica a través de la Federación Vizcaína de Montaña. Mikel es monitor de actividades y entrenador en el Club Oreka Marcha Nórdica Ansoáin, disciplina que descubrió como una extensión natural de su pasión por los deportes de montaña. «Aprendí lo útiles que pueden llegar a ser unos bastones, sobre todo cuando tienes una rodilla bastante tocada como la mía», señala. Este navarro ha llegado a competir a nivel regional y nacional, aunque recientemente se ha visto obligado a reducir el ritmo por el cáncer de riñón que padece. «Parar es lo peor. Hay que fortalecerse y seguir en movimiento», recalca antes de destacar el apoyo que supone contar a su lado con otra luchadora como Lourdes.
EL TRIDENTE
La tercera integrante del grupo es Pilar, natural de Alsasua. «Mi deporte era la escalada en media y alta montaña, pero tuve que dejarlo tras una caída hace veinte años mientras ascendía al Bisaurín (2.670 metros). Me rompí el hombro derecho», recuerda. Durante la recuperación, caminar le resultaba aburrido y correr no era una opción, pero los beneficios de la marcha nórdica acabaron por convencerla de tomar los bastones. «Los tres somos muy disfrutones y compartimos la misma filosofía de trabajo. Estoy segura de que esta empresa saldrá adelante», confía Pilar, técnica ambiental y guía micológica acreditada por el Gobierno de Navarra.
Nordika Hiru ha recibido asesoramiento de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Navarra de cara a la constitución de la empresa. «Formamos un equipo muy completo porque nos complementamos muy bien. La marcha nórdica es una disciplina con mucho margen de crecimiento en Pamplona«, resalta. Para empezar, Nordika Hiru ha organizado varios cursos de iniciación y tecnificación en mayo y, de cara al verano, colaborará con un club de Huelva que vendrá a practicar esta disciplina a la Comunidad foral. Además, la empresa navarra es, junto al Club Oreka Marcha Nórdica Ansoáin y la Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada, uno de los organizadores de la IV Copa Vasco Navarra de Marcha Nórdica.