La Asamblea Anual Ordinaria de la Academia Navarra de Gastronomía, presidida por Martín Sarobe, votó y aprobó la concesión de sus XVII Premios Anuales. Estos galardones cuentan con la Acción Social de Caja Rural de Navarra como colaborador principal, además del apoyo de Aceites Castillo de Monteagudo, Reyno Gourmet y Bodegas Ochoa. Su propósito es «visibilizar el esfuerzo» de los protagonistas, presentes y futuros, de la cocina navarra (restauradores, cocineros, bodegueros, renovadores de la cocina, etc.).
La afamada cocinera Pilar Idoate obtuvo el galardón en la categoría de Trayectoria Profesional. Entre sus méritos, el jurado destacó «su impecable» carrera como chef del restaurante Europa y el hecho de que fue la primera mujer en obtener una estrella Michelin en Navarra, «que mantiene desde entonces». Además, los académicos navarros destacaron su papel «como defensora de la más elevada cocina navarra tradicional, de la que es uno de sus máximos exponentes». «Pilar es y ha sido pionera entre los grandes chefs de alta cocina en España», añadió.
«Este premio es un reconocimiento muy especial para mí, ya que representa el esfuerzo, la pasión y la dedicación de toda una vida en la cocina», aseguró Pilar Idoate al conocer la decisión de la Academia Navarra de Gastronomía. En este sentido, resaltó también que «es un homenaje» al equipo que le ha acompañado y, sobre todo, a quienes han disfrutado de su propuesta gastronómica. «Recibir este galardón es un motivo de orgullo porque significa poner en valor nuestras raíces, cultura y la esencia de nuestra cocina, que con tanto cariño hemos trabajado para mantener viva», señaló Idoate.
Los reconocimientos se entregarán en una gala que se celebrará en Cámara Navarra el 3 de abril
Por otro lado, la Academia también reconoció Jaione Echarri como Mejor Jefe de Sala; a Enrique Castel Ruiz, en Promoción y Defensa de Producto Agrícola Navarro; a Carlos Rodríguez, como Mejor Coctelero; y a Fermín de Prados, como Mejor Gestión de Restauración.
De la primera ensalzó «su excelente trabajo como perfecta correa de transmisión de la cocina a la sala» para crear «una experiencia única para el comensal». Un elemento «esencial» de un establecimiento, El Molino de Urdániz, reconocido con dos estrellas Michelín. Además, subrayó que «esa excelente labor se ve complementada por su reconocida bodega y conocimiento de los vinos navarros».
La premiada agradeció un reconocimiento «que significa muchísimo no solo a nivel personal, sino porque pone el foco en un trabajo que pasa desapercibido». Así, percibió este galardón como la señal de que algo está cambiando: «Ojalá sirva para que más gente se dé cuenta de lo importante que es nuestro trabajo y del impacto que tiene en cada detalle del servicio». Al mismo tiempo, señaló que su elección le hizo «especial ilusión» y le confirmó que «la pasión y el compromiso no tienen edad».

En el caso de Enrique Castel Ruiz, el premio se debió a «su intensa labor en favor de la conservación, divulgación y posicionamiento gastronómico de alcachofa blanca de Tudela tanto a nivel nacional como internacional». Otro de los motivos que se tuvo en consideración fue «su contribución para lograr la declaración de este producto como Indicación Geográfica Protegida».
Precisamente, el galardonado quiso compartir este último hito «con todas aquellas personas, organismos e instituciones» que le ayudaron a conseguirlo. «La primera de todas mi madre, la famosa Sebastiana, que tomó el relevo de mi padre, agricultor de secano, así como numerosos hortelanos que con su trabajo y sacrificio diario nos legan un producto único», comentó. Castel Ruiz relató que le ha dedicado toda su vida, «más de 60 años». «Hoy puedo decir con orgullo que he vivido del campo y del agua, otra de mis grandes pasiones. El premio es, por tanto, una culminación a todo ese trabajo por el que me siento muy agradecido y feliz», remató.
DOS PREMIOS MÁS
De Carlos Rodríguez, se puso en valor «su trayectoria profesional como bartender, su apuesta por la coctelería en Navarra y su labor de divulgación de los vinos y los licores navarros a través de la innovación en el arte de la gastronomía líquida».
Rodríguez recordó que, cuando empezó en 1985, la coctelería «solo se podía degustar en los hoteles». Por tanto, sintió este premio como «un estímulo» para seguir en su línea de impulso y promoción de los productos navarros. «He recibido muchos reconocimientos tanto fuera como en casa, pero que te lo dé la Academia Navarra de Gastronomía es muy especial, una enorme alegría que supone muchísimo para mí», recalcó. Y es que, bajo su punto de vista, pone en valor un trabajo de marcado carácter humano «en tanto el cliente de coctelería quiere interactuar contigo y establecer una relación de casi intimidad que se consolida con los años»: «Que te premien por ello significa que estás haciendo muy bien esa función».
Finalmente, el cuadro de honor de los XVII Premios Anuales de la Academia Navarra de Gastronomía se completó con un galardón a la Mejor Gestión de Restauración. En este último caso, el reconocimiento fue para Fermín de Prados por «su excelente trabajo en el relanzamiento, gestión e innovación del bar-restaurante La Olla, al que ha posicionado en un lugar preeminente de la hostelería navarra».
Para su protagonista, estas palabras suponen un importante respaldo a su trayectoria y esfuerzo por ofrecer una propuesta gastronómica de calidad, combinando tradición e innovación. «Este reconocimiento es el fruto de años de trabajo, pasión y compromiso con nuestros clientes, así como del apoyo que siempre he tenido del maravilloso equipo de profesionales que trabajan conmigo en La Olla. En nuestro caso, apostamos por una cocina honesta y de producto que respeta la esencia de la gastronomía navarra, pero siempre con un toque de evolución y mejora», afirmó.
Los reconocimientos de la Academia Navarra de Gastronomía se entregarán en una gala exclusiva que tendrá lugar en la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Navarra el próximo 3 de abril.