Fotos Miguel Ciriza©
PREGUNTA (P): ¿Estamos en un buen momento para invertir?
RESPUESTA (R): En mi opinión, cualquier momento es bueno porque, al final, las valoraciones que se hacen del mercado son relativas. La persona que decide dar el paso, sin ir más lejos, lo hace porque piensa que lo que compra ahora valdrá más en términos relativos en el futuro. Por lo tanto, la decisión depende en muchas ocasiones de si estás forzado o no a invertir. Hay empresas o entidades que sí están obligados porque no pueden tener sus recursos ociosos. Otros, por el contrario, pueden esperar. Yo, particularmente, pienso que éste sí es un buen momento para invertir.
(P): ¿Y dónde se puede invertir? ¿Bolsa, ladrillo, otros activos…?
(R): Ahora mismo hay que tener en cuenta que ha pasado un poco la “tormenta” que hemos vivido entre los años 2008 al 2014. Es decir, en este tiempo todos los activos, independientemente de si las compañías eran buenas, malas o regulares, se comportaban prácticamente igual. Eso ya no es así en este momento. El mercado ha empezado a discriminar y, por ejemplo, en la bolsa, las compañías que lo hacen bien han empezado a ser premiadas del mismo modo que las que lo hacen mal están siendo penalizadas por su propia evolución. Por lo tanto, ya no influye tanto la macroeconomía y la prima de riesgo como el trabajo diario y eso es un aliciente para los inversores.
Yo soy muy de “zapatero, a tus zapatos”. Si una empresa tiene excedentes de liquidez y piensa que tiene oportunidades de crecimiento, debería invertirlo en su propia organización
(P): Entonces, una vez decididos, ¿qué tres aspectos debe tener en cuenta un inversor?
(R): Para las inversiones a largo plazo, en primer lugar tiene que fijarse en la capacidad de generación de flujo de caja que tiene aquello en lo que va a invertir, independientemente de si se trata de una empresa cotizada o no cotizada. Por el contrario, los inversores cortoplacistas, que invierten en bolsa para entrar y salir, exigen otro tipo de análisis basado más en un estudio de las tendencias del mercado.
Sin embargo, lo habitual entre los inversores profesionales es el largo plazo y ahí el factor más importante es que el activo tenga la capacidad para generar flujo de caja suficiente como para remunerar al accionista. Una empresa, por ejemplo, puede tener unas cuentas fantásticas pero si no genera el suficiente efectivo para repartir dividendos …
El segundo factor depende mucho del ‘expertisse’ que tenga el inversor. Hay muchos inversores que tienen un enfoque sectorial y que conocen perfectamente el mundo de la energía, de las renovables, del ladrillo, entre otros. En definitiva, es muy importante centrarse en aquella actividad vinculada en la que que tengamos una experiencia o unos conocimientos mínimos. Si no puedes explicar tu inversión, malo.
Finalmente, un tercer criterio estaría vinculado con los perfiles de riesgo que, a su vez, está condicionado por la capacidad que tengamos para aguantar una previsible volatilidad de nuestros valores y, también, la regulación del sector en el que invirtamos. A más regulación, menos volatilidad, por ejemplo. En todo caso, ambos aspectos, al final, (volatilidad y regulación) acaban equilibrándose porque, al final, nadie da duros a cuatro pesetas.
Es muy importante centrarse en aquella actividad vinculada en la que que tengamos una experiencia o unos conocimientos mínimos. Si no puedes explicar tu inversión, malo.
(P): En su ponencia habla de la importancia que desempeña la información en los procesos de información, ¿cuáles son, en su opinión, las mejores fuentes que debe controlar una persona que quiera invertir su dinero?
(R): Aquí hay que hacer una distinción previa ya que no es lo mismo invertir en compañías cotizadas que hacerlo en aquellas no cotizadas. Son dos mundos completamente distintos y, aunque en teoría los procesos de análisis debieran ser iguales, las fuentes de información son distintas.
En el caso de las cotizadas, que es lo más accesible al final, las fuentes de información son múltiples incluso en un mercado no muy profundo como es el español. Para empezar tenemos la propia información que publican las compañías obligadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, CNMV. En realidad, esas entidades deben ofrecer una cantidad de información cada ve más numerosa y, en muchas ocasiones, no solo financiera sito también sobre planes de negocio, estrategias de crecimiento, …, aspectos que pueden ser muy interesante para los analistas del mercado. De un tiempo a esta parte, por ejemplo, la CNMV, por ejemplo, está poniendo mucho énfasis en temas de buen gobierno.
Otra fuente de información muy interesante es el denominado “Informe Anual de Gobierno Corporativo”, un documento bastante tedioso pero que aporta mucha información y nos da muchas pistas sobre si una compañía está siendo bien gestionada o no algo que es muy favorable para todos los accionistas, no solo los que han adquirido títulos de la compañía.
Después está la información que ofrecen terceros y ahí están los análisis de los bancos de inversión que siguen muy de cerca a las cotizadas y emiten informes que, en muchas ocasiones, son accesibles para el gran público. Es más, muchas de las empresas analizadas difunden los más favorables a sus intereses por lo que, hay que tener cuidado aunque siempre te pueden dar una cierta idea de qué es lo que piensa alguien independiente y profesional sobre cuánto puede valer la compañía en la que quieres invertir en función de determinados parámetros.
Finalmente, no podemos olvidarnos del canal que representan los medios de comunicación, la prensa general o especialista
Invertir es arriesgado, evidentemente porque si no, lo haría todo el mundo. Yo creo que lo importante en esta vida es tratar de aprender de los errores y cuando te equivocas en una decisión de inversión tratar de analizar por qué te has equivocado y buscar la forma de que no vuelva a pasar.
(P): ¿Y no puede ser que estemos pecando de ‘sobreinformación’?
(R): Sí, hay un dicho que suele decir “a la parálisis por el análisis” Llega un momento en el que el papel lo aguanta todo pero hay que tomar una decisión. Si sobreanalizas una cuestión seguramente estarás dándole todos los pros y te estarás saltando los contras. Al final, mi experiencia profesional es que sí los grandes hombres de empresa tipo Warren Buffett analizan las cosas pero luego hay un llamémosle “instinto” en plan “esto lo saco sí o sí” que es muy difícil poder vincularlo con un proceso de análisis y que también influye a la hora de tomas posiciones en una u otra entidad…
(P): Reconoce que en muchas decisiones hay un peso emocional importante…
(R): No debería pero sí que es cierto que hay una cosa que se llama “olfato” y que grandes inversores lo tienen y son capaces de entender, de mirar por encima de la colina y ver lo que, para nosotros, pasa desapercibido. No obstante, también es cierto que las historias que se conocen son las de éxito, no las de fracaso. Cuando hablamos de Warren Buffett no sabemos cuántos se han quedado en ese camino hacia el éxito.
(P). ¿Y cómo evitarlo?
(R): Invertir es arriesgado, evidentemente porque si no, lo haría todo el mundo. Yo creo que lo importante en esta vida es tratar de aprender de los errores y cuando te equivocas en una decisión de inversión tratar de analizar por qué te has equivocado y buscar la forma de que no vuelva a pasar.
Es evidente que en España en los años 2006 al 2008 por ejemplo se tomaron decisiones que se han demostrado totalmente fallidas pero que en ese momento, con la información que había, pues eran razonables. O, incluso, yendo un poco más cerca. Dos meses antes del desplome de los precios del petróleo, en octubre de 2014, se había pronosticado un aumento del precio del crudo por encima de los 200 dólares…
(P): Puede resultar paradójico buscar una inversión a largo plazo en una época en la que prima tanto el corto y en la que existen tantos riesgos, ¿cómo poder afrontar ese proceso?
(R): Ahí resulta fundamental saber en qué estás invirtiendo tu dinero y, sobre todo, hacerlo en activos reales. Tal y como he comentado, tienes que hacer un análisis muy cuidadoso para poder llegar a la conclusión de que la compañía en la que has decidido invertir va a seguir existiendo independientemente de lo que le pueda pasar y del ciclo económico .
Entonces si tú ves una empresa que ofrece un producto o un servicio que piensas que en largo plazo va a ser necesario para la sociedad, qué mejor sitio. Porque, sin duda, siempre es mejor tenerlo en un activo real que en un activo fiduciario como es el dinero en una cuenta bancaria.
Nuestra decisión, además, debe servir para entornos de inflación como de deflación. Porque al final lo que tú quieres es poner unos recursos que son excedentarios para asegurarte poder utilizarlos en el futuro. Si vives en un entorno inflacionario y estás en liquidez, te arriesgas a que tus excedentes valgan menos en el futuro. Por el contrario, si lo pones en un activo real que va a producir unos bienes o servicios que van a ser demandados por la sociedad en el futuro, te garantizas que puedas recuperarlo en un futuro con un valor superior al actual.
TIPOS DE INVERSIÓN
(P). ¿Recomendaría a una empresa que tenga esos recursos ‘excedentarios’ que ha mencionado invertir en otra empresa?
(R): Yo soy muy de “zapatero, a tus zapatos”. Si una empresa tiene excedentes de liquidez y piensa que tiene oportunidades de crecimiento, debería invertirlo en su propia organización. Y si una empresa tiene excedentes de liquidez y no ve oportunidades de crecimiento en su sector, lo que tiene que hacer es devolvérselo a los accionistas. Historias de diversificación como ocurría hace unos años, no. Eso lo tienen que hacer los accionistas, no las empresas. Las empresas solo pueden tomar esa decisión en un proceso de integración vertical y con el objetivo de ganar peso y tamaño dentro de su sector a medio plazo pero invertir por invertir, no.
(P): ¿E invertir en nuevas empresas o Start Up?
(R): Sí, sería favorable pero no sé si ese tipo de inversión es el más recomendable para el inverso profesional o, por el contrario, lo mejor es que dichas compañías recurran antes a los fondos de capital riesgo específicos que ya existen para este tipo de nuevas actividades. Si te fijas, incluso las empresas grandes que se dedican a hacer este tipo de inversiones como por ejemplo Telefonica con Wayra crean divisiones que, además, no están integradas plenamente. Son elementos aparte.
(P): Por lo tanto, ¿qué debemos hacer para comportarnos como un inversor profesional?
(R): Lo primero, realizar un análisis pormenorizado y profundo antes de tomar cualquier decisión de inversión. En segundo lugar, debemos tener muy claro cuál es nuestro perfil de riesgo ya que condicionará nuestra selección de activos y, finalmente, tener un objetivo y unas estrategias claras y definidas. No es lo mismo tomar una decisión a largo que a corto plazo, buscar un rendimiento sostenible y a futuro que otro rápido y a corto o que la empresa donde vayamos a invertir esté o no cotizada.
Por ejemplo, en el caso de una inversión a largo plazo, los tres aspectos más importantes debieran ser: buscar un activo que nos garantice una estabilidad en los flujos de caja; que desempeñe su actividad en un sector donde nos sintamos cómodos y que sea en un producto o servicio que creas que puede ser necesario en el largo plazo. En definitiva, como hemos explicado al principio, solo se puede invertir en aquello que entiendas. Si no eres capaz de explicar el modelo de negocio donde juegas con tu dinero entonces, no lo hagas