Los acontecimientos políticos globales están redefiniendo el futuro de la economía. La victoria de Donald Trump hasta los conflictos en Oriente Medio, las tensiones entre China y Taiwán o el avance de los populismos están condicionando la evolución de los mercados, la inversión y el crecimiento económico. Ante este escenario, ESIC Business & Marketing School en Navarra invitó este viernes a Mario Weitz, consultor del Banco Mundial y de la Comisión Europea que ofreció la conferencia ‘Geopolítica actual, análisis e impacto en la economía y empresas navarras’.
En su ponencia, Weitz explicó que Trump se guía en su acción política por la denominada «teoría de los juegos». «Su postura siempre es maximalista, de tal forma que inicia toda negociación buscando el cien para obtener el diez», subrayó. Por eso, consideró poco probable que se cumplan gran parte de sus promesas electorales como la anexión de Groenlandia, Canadá o el canal de Panamá.
Por otro lado, valoró que esa forma de actuación «solo ha incrementado la incertidumbre y ha debilitado a la propia economía estadounidense». Como ejemplo de esto último, se refirió a la política arancelaria, que en su opinión «ha sido un error y se ha hecho con poca seriedad». «Si no hay una rectificación, lo normal es que sus políticas generen un cierto repunte de la inflación, en todo caso asumible, y que no haya recesión», resaltó.
TENDENCIAS DE FUTURO
El economista, además, se refirió a otros asuntos que marcan también el panorama económico global. En materia de energía, aseguró que el hidrógeno verde es «la que más futuro tiene y hay que potenciar». Igualmente, defendió la necesidad de impulsar la sustitución gradual del petróleo y las fuentes fósiles «por un modelo compartido en el que la nuclear también debe tener su sitio».
Por otra parte, dejó claro que la reducción de la jornada laboral va a ser algo ineludible: «En diez años trabajaremos menos horas seguro». Sin embargo, criticó la rebaja unilateral del Gobierno de España «porque perjudica a unas pymes que pierden competitividad». Y, con respecto a la Inteligencia Artificial, vaticinó que «creará tantos empleos como los que destruirá». Aunque lo más positivo es que «impulsará los salarios» al ser una tecnología «que reduce los costes de las empresas». De ahí la necesidad de que las personas se preparen para esta revolución a través de un plan de formación continuo.
Con vistas al futuro, recomendó invertir a medio plazo «en todo lo que tenga que ver con la economía de la tercera edad o ‘silver economy’ porque va a ir a más». Precisamente, alertó de que el principal problema al que se enfrentará la economía española será la gestión del envejecimiento de la población y las pensiones. Como posibles soluciones enumeró el retraso de la edad de jubilación, fomentar una política de subsidio y desgravación por hijo o incentivar fiscalmente los planes de previsión privados.
MESA REDONDA
El acto se completó con una mesa redonda posterior en la que, con la moderación del propio Weitz, intervinieron Beatriz Ochoa, CEO de Bodegas Ochoa; el presidente y CEO de ACR, Michel Elizalde; y el gerente de Jata, Guillermo García.
En su turno, Ochoa detalló que su sector está viendo a Canadá y México «como nuevos mercados alternativos al de Estados Unidos». «República Dominicana y Brasil también son interesantes, pero en este último caso Portugal nos lleva ventaja», afirmó. Sin embargo, la realidad es que no hay muchos países «con la cultura del vino de Norteamérica». De ahí que, para este año, vaticinó un ejercicio «sin grandes inversiones» y enfocado en el mercado nacional.
Por otro lado, Elizalde habló del «momento de transformación» que está atravesando su sector de la mano de la construcción industrializada, «que se plantea como una alternativa a la falta de mano de obra», y de la eficiencia energética en la edificación: «Son dos vectores que en nuestro caso están en crecimiento, a los que estamos dedicando muchos esfuerzos y recursos porque creemos que el mercado los terminará valorando».
Así mismo, García dejó constancia de que el pequeño electrodoméstico «también está buscando su sitio» y de que, frente a un crecimiento de la marca blanca, su apuesta principal está siendo «la humanización» de sus productos y la mejora del servicio postventa. El objetivo es dar a su oferta «un valor añadido que pueda ser apreciado por los consumidores».