El pasado mes de noviembre el Gobierno de Navarra aprobó en Plan Director de Banda Ancha de Navarra 2021. Con una inversión media de 6 millones de euros anuales en los próximos 5 años, pretende llevar Internet de alta velocidad a todas las esquinas de nuestra Comunidad Foral, lo que podría darnos a entender que la conectividad podría estar resuelta, aunque quedan sueltos muchos flecos en lo que a igualdad de oportunidades se refiere, o lo que es lo mismo, la vertiente social brilla por su ausencia a pesar de que, físicamente, trata de llegar a todos.
Sin embargo, la conectividad por sí sola no nos hace más competitivos, y es necesario centrar nuestra atención en el inseparable binomio que suma conexión y digitalización, siendo ésta última la gran asignatura pendiente que debe rodar en paralelo al Plan que tiene como objetivo temporal el primer año de la próxima década. Sin digitalización de poco vale la conectividad, y sin conectividad de nada vale la digitalización. Un tándem tan indivisible como necesario.
En Navarra, la ya desgastada ‘Estrategia de Especialización Inteligente (Smart. Specialization Strategies S3)’, no ha tenido a bien incluir la digitalización entre sus prioridades. Un error de incalculables consecuencias que tendríamos que enmendar a la mayor brevedad, no siendo por falta de iniciativas parlamentarias que en ese sentido se han presentado, como la petición de inclusión de la Inteligencia Artificial en ese mismo documento, materia íntimamente ligada al ámbito digital.
“La conectividad por sí sola no nos hace más competitivos. La digitalización es nuestra gran asignatura pendiente”.
Si nos fijamos en lo que pasa en el mundo, Omar bin Sultan al Olama, se convirtió el año pasado en el primer ministro de Inteligencia Artificial del planeta, siguiendo la estela de otros muchos países que están volcando todos sus esfuerzos en posicionarse ante el desafío tecnológico y económico del presente y del futuro. China, decidida a liderar la economía digital en 2030, o Estonia, que se presenta ante el mundo como el primer país 100% digital, deberían servirnos de ejemplo, como también pudiera serlo el Reino Unido, que ha creado un centro ético para el uso de datos y la innovación.
Por lo tanto, en nuestra Comunidad Foral, de poco nos servirán los esfuerzos de conectividad si no lo dotamos de inteligencia, si no lo dotamos de digitalización. Nuestra labor, desde cualquier ámbito de la Administración, debe ser mostrarnos fuertes ante los retos de la transformación digital, y así acotar todos y cada de los mecanismos que debemos de activar para ser competitivos en los próximos años y no quedarnos en la más absoluta obsolescencia, que nos condenará a abandonar las altas cuotas de bienestar y empleo a las que parece que, afortunadamente, nos hemos acostumbrado.
TODAVÍA ESTAMOS A TIEMPO
Apoyar la digitalización de las empresas y su dotación inteligente con independencia de su tamaño, asegurándonos de la solvencia de su adaptación, debe ser el primer paso. No se trata solo de apoyo económico, consiste en ofrecer asesoramiento, conocimiento y acompañamiento, alejando -y si es posible sancionando- a los oportunistas del momento que ya están ofreciéndose para ‘ayudar’, como ya lo hicieron hace años con webs inservibles, SEOs inútiles o estrategias de movilidad sin sentido.
“Apoyar la digitalización, el talento y la capacitación deben ser tareas prioritarias. Navarra tiene los mimbres necesarios. No perdamos un segundo más“.
Del mismo modo, el talento y la capacitación digital deben ocupar la línea prioritaria de trabajo, conjugando todos los estamentos educativos con la realidad ocupacional actual y futura. De nada nos vale vanagloriarnos año tras año de tener la generación mejor preparada de la historia si esa preparación no está acorde con la demanda. Por último, y a sabiendas que hay otros aspectos de relevancia, la regulación no puede quedarse a la espera de acontecimientos. El daño en la evolución que provoca el vacío legal es sinónimo de éxodo de oportunidades a otros entornos seguros y regulados que, en un mundo globalizado, a buen seguro que estarán encantados de atraer proyectos, ideas y, por supuesto, talento.
Estamos a tiempo. Es mucho el que se ha perdido, tanto como el papel y la tinta de la Estrategia de Especialización Inteligente que se olvidó de la digitalización. Entiendo que Navarra cuenta con los mejores mimbres para liderar la transformación digital, con unas universidades punteras, reconocidas y con margen de maniobra ágil para adaptarse a la realidad, como lo harán, sin duda alguna, las empresas y trabajadores, habituados a grandes desafíos, e igualmente, la capacidad legislativa foral se antoja clave, diferenciadora y una excelente oportunidad en la seguridad del cambio. No perdamos ni un segundo más.
Guzmán Garmendia
Parlamentario foral. Grupo Parlamentario Partido Socialista de Navarra
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