El Ejecutivo navarro cree que cumplirá el objetivo del déficit, fijado para este año en el 0,7 por ciento, siempre y cuando el Estado cumpla con el compromiso que llegó con el anterior Gobierno de Navarra de no computar a estos efectos un total de 73 millones de euros correspondientes al pago de las liquidaciones de años anteriores e impuestos. Así lo ha afirmado el vicepresidente de Desarrollo Económico, Manu Ayerdi
En su intervención, el vicepresidente ha recalcado también la voluntad de la nueva Administración autonómica foral de realizar un seguimiento detallado de la evolución de los ingresos y gastos, para lo cual se realizarán análisis mensuales, así como de cumplir con el calendario de dos de los principales objetivos en el ámbito económico -Presupuestos 2016 y Reforma Fiscal-, proyectos ambos en los que ya está trabajando su Departamento. Ayerdi ha anunciado, además, que en septiembre se reunirá con los agentes económicos y sociales para avanzar en otro de los grandes retos, como es la creación de empleo.
Según ha explicado, con los datos conocidos hasta junio, los ingresos no financieros obtenidos por el Gobierno de Navarra a final de 2015 ascenderían a 3.327 euros (46 millones más que la previsión inicial) y los gastos no financieros serían de 3.499 millones (133,7 millones más de los previstos). Por su parte, los ajustes de contabilidad nacional obligarían al pago de 28 millones (11 menos de los previstos).
En virtud de estas cifras, el déficit a final de año ascendería a 200 millones de euros, el 1,09 por ciento del PIB, por encima, por lo tanto, del objetivo fijado por el Estado en el 0,7 por ciento. No obstante, Manu Ayerdi ha explicado que dicho objetivo se podría alcanzar “al milímetro” si el Estado cumple lo anunciado al anterior Ejecutivo foral de dejar fuera del cómputo un total de 73 millones de euros, correspondientes al pago de aportaciones de ejercicios de años anteriores y de impuestos como el de hidrocarburos y energía eléctrica. A la vista de estos datos, el vicepresidente ha recalcado la necesidad de “prudencia y cautela” a la hora de elaborar los Presupuestos de 2016.
