La cocina se ha convertido en el último espacio que han conquistado las impresoras 3D. Es más, las oportunidades y ventajas que aportan su uso las han convertido en una auténtica “tendencia” dentro del sector de la alimentación y la restauración.
No solo hablamos de unas máquinas que simplifican procesos de fabricación. También permiten un nivel de personalización que ya es posible una composición personalizada de alimentos en virtud de las gustos o las tolerancias de quien los va a consumir.
Pepsi o Barilla en el caso de las multinacionales o; el MIT o la Universidad de Jiangnan, se han tomado muy en serio la tendencia del 3D en alimentación.
Las posibilidades que se plantean son tan numerosas y el campo de investigación es tan amplio que multinacionales como Pepsi o Barilla ya las han trasladado, aunque sea de forma experimental, a sus líneas de negocio. Así ocurre, también, con los estudios que han impulsado centros tan reputados como el MIT o la Universidad de Jiangnan.
Todos, en fin, se han puesto a trabajar en la búsqueda de ese nuevo “El Dorado” representado por una mayor variedad de alimentos para el consumo humano nacida a partir de una “revisión” de las composiciones y los ingredientes utilizados para elaborar “las recetas de toda la vida”.
“Estamos trayendo el mundo artístico, el de la arquitectura y el de la ingeniería a la cocina”, Daniel Rico (Cocuus).
Pues bien, Navarra también se ha apuntado a esa tendencia de futuro de la mano de Daniel Rico y Patxi Larumbe, promotores de ‘Cocuus, Creative Kitchen Engineering System‘, el primer sistema de ingeniería creativa del que se habla en nuestra región y que, según aseguran, “revolucionará el mundo de la restauración y alimentación”.
En concreto, Rico y Larumbe han desarrollado un prototipo que incluye un cabezal láser, una fresa y una extrusora de viscosos “que permite al cocinero multiplicar sus posibilidades de cocinar de manera creativa”, informan para añadir a continuación que “con esta tecnología no hay más límite que el que se ponga uno mismo”.
SISTEMA DE TRABAJO
La máquina impresora 3D de ‘Cocuus’, por lo tanto, utiliza un cabezal láser capaz de focalizar la temperatura deseada en un punto concreto de tal forma que permite diseñar formas, puzzles, grabados o cortes de precisión en cualquier plato. Tal y como apuntan sus creadores, “estamos trayendo el mundo artístico, de la arquitectura y la ingeniería a la cocina”.
Así quedó demostrado en un encuentro organizado recientemente bar restaurante Baserriberri, de Pamplona, en el que los pinchos de las más variadas formas empezaron a salir configurando platos nunca antes vistos. Fue el caso de las deliciosas crestas de gallo rellenas que se sirvieron bajo la forma que todos las conocemos u obleas con forma de pez, pirámides rellenas de hongos, caballitos de pan de molde o manzanas grabadas con el escudo de un equipo de fútbol, entre otros ejemplos.
“Con esta tecnología no hay límites. El cocinero puede multiplicar sus posibilidades creativas”
Para Oihane Larrañegui, propietaria de Baserriberri,Cocuus “es el futuro, la innovación que nos va a permitir avanzar en la gastronomía y nos permite desarrollar la cocina creativa”. Junto con Luken Vigo Echeverría, su jefe de cocina, han destacado “las enormes posibilidades que nos está permitiendo configurar pinchos que jamás habríamos imaginado. Somos un restaurante vanguardista y Cocuus nos permite ser pioneros”.
El bar restaurante Baserriberri se ha convertido en la casa del primer prototipo de Cocuus por la apuesta por la innovación y la creatividad en la cocina de su chef Iñaki Andradas, con el que “van a poder desarrollar todo el potencial de la máquina”, aseguran sus creadores.
También el Hotel Castillo de Gorraiz ha mostrado su interés, y en breve instalarán otro prototipo porque tienen “unas necesidades diferentes”, explica Daniel Rico, “más enfocado a otros retos y horarios: desayunos para un público diferente”.
ORIGEN Y FUTURO
Rico explica, también, que “un día se nos ocurrió aplicar la tecnología a los alimentos y como somos cocinillas, preparamos una cena con los colegas y vimos tanta expectativa que nos planteamos hacer un prototipo con ayuda de CEIN y Sodena”.
Ahora se encuentran inmersos en un proceso de aceleración “cargados de nuevas ideas y nuevos retos”, explica. Entre ellos destaca la creación de lo que llama ‘Universo Coquus’ y la usabilidad del prototipo.
Daniel Rico aclara que muchos propietarios de bares y restaurantes han manifestado su interés por su prototipo, pero que en la cocina despierta cierto ‘recelo’, por lo que trabajan en hacer su uso más sencillo. Y luego está el tema del valor añadido, que tiene su reflejo en el desarrollo del ‘Universo Coquus’, base de datos donde los chef podrán encontrar tantas creaciones como la máquina permite crear, sin limitaciones. A partir de ahí, ya solo queda alcanzar su sueño: convertir su desarrollo en el ‘must’ de todos los hogares. Veremos si lo consiguen…