El balance comercial entre Navarra y Cataluña es muy equilibrado. A falta de que se conozcan las cifras oficiales, los resultados provisionales de 2016 señalan que Navarra importó bienes y servicios de Cataluña por importe de 1.082 millones de euros, y le vendió por un total de 1.100 millones. La Comunidad foral ocupa el puesto 12 por volumen de compras en Cataluña entre las 17 comunidades autónomas, mientras que es la sexta que más vende a los catalanes, empatada con Galicia.
Si comparamos estos datos con el conjunto de todas las exportaciones de Navarra al mercado nacional, que en 2016 ascendieron a 7.948 millones de euros, las ventas a Cataluña representan el 13,8% del total, un porcentaje significativo para la economía foral. El 48% de las ventas navarras al exterior tienen como destino el mercado nacional. Cataluña, por su parte, vende al resto de comunidades 38.861 millones de euros y les compra por importe de 21.313, con un saldo a su favor de 17.548 millones.
PREOCUPACIÓN EMPRESARIAL
Basándose en estos datos, el presidente de la Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), José Antonio Sarría, opina que “si Cataluña se independizara de España ambas se verían afectadas, Cataluña muchísimo más, y en consecuencia Navarra evidentemente también se vería afectada, mucho menos que Aragón, que compra en Cataluña por importe de 9.709 millones y le vende por un total de 3.623, o que Valencia, que le compra productos y servicios valorados en 5.000 millones, o Madrid. Pero espero que la situación se reconduzca y no se llegue a ese extremo, sería algo estúpido”.
Sarría califica de “demencial” la situación de Cataluña, cuyo Gobierno “ha vulnerado la ley y las normas de su Parlamento sistemáticamente, al margen de lo que opina el conjunto de los catalanes, y ha protagonizado una especie de golpe de estado”. A su juicio es la culminación de una labor de años de adoctrinamiento escolar, a los que se ha enseñado “una historia falsa” mezclada con “consignas” antiespañolas.
José Antonio Sarría: “El Gobierno tiene los resortes para resolver el asunto, y sabrá hacerlo de forma ordenada y pacífica”
El presidente de la CEN comparte la “preocupación” del resto de la ciudadanía española, “pero con la esperanza de que el Gobierno y las fuerzas políticas, al menos las constitucionalistas, encuentren una solución” que, a su juicio, es difícil que proceda del diálogo: “Hay que hablar, siempre, pero de lo que hay que hablar, no de incumplir la ley. Debe resolverse el asunto, el Gobierno tiene los resortes para hacerlo y no me cabe duda de que sabrá hacerlo del modo más ordenado y pacífico”.
Por su parte, el presidente de la Cámara Navarra de Industria y Comercio, Javier Taberna, coincidió con Sarría al señalar que la Comunidad foral se vería afectada por una hipotética declaración de independencia de Cataluña por la interdependencia comercial que existe entre ambas en un grado que no es posible evaluar por el momento “y en la medida en que también lo hará al conjunto del país”.
Para Taberna, “Cataluña es una parte fundamental de España y espero que siga siéndolo, porque España no puede ni debe prescindir de cualquiera de sus regiones”. Agrega, además, que es “una economía próspera y supone el 18 % del PIB español siendo, por lo tanto, uno de los principales pilares económicos del país. La prosperidad de Cataluña depende fundamentalmente de la economía de española y de la Europa y por lo tanto sería impensable, diría ilusorio, pensar en una Cataluña independiente en pleno siglo XXI”.
Javier Taberna: “Una ruptura unilateral supondría un auténtico descalabro para las empresas catalanas”
El presidente de la Cámara Navarra manifiesta que “una ruptura unilateral, y por lo tanto sedicente con España supondría, además de un golpe de estado, un auténtico descalabro para las empresas catalanas y por lo tanto para la economía catalana y el bienestar de su sociedad y por ende del resto de España, Navarra incluida”
UN ZARPAZO PARA LA ECONOMÍA
El presidente de la Asociación Navarra de Empresas Familiares, Pachi Esparza, se muestra “muy preocupado” porque la crisis política de Cataluña se produce en un momento en el que “en España crece el empleo, el PIB y la estabilidad, pero con todo esto baja la confianza en el país. Es un zarpazo para nuestra economía”.
Pachi Esparza: “La situación es crítica, no se puede solucionar nada con la crispación que se está creando”
El presidente de Adefan afirma que las consecuencias ya se notan “porque Cataluña, estos días está parada, la gente está con la mente en otras cosas y quien tenga negocios allá se ha visto afectado, y lógicamente también se ven afectadas las empresas navarras que venden y compran en Cataluña”. Pachi Esparza reclama “alguien que ponga orden y sensatez en lo que está ocurriendo” porque la situación “es crítica, y no se puede solucionar nada con la crispación que se está creando”.
José Antonio Olangua, presidente de ANEM (Asociación Navarra de Empresarios del Metal) y gerente de Gestamp Navarra, empresa que forma parte de un grupo con plantas en Cataluña, también alude a la crispación social: “Igual que ha pasado en las familias, donde hay miembros que no se hablan, ocurre en las empresas. Hay personas de un departamento que no se hablan entre ellas. Y esto influye en la eficacia”. No cree que las empresas del grupo vayan a salir de Cataluña, “pero a la hora de invertir lo hará donde no haya vaivenes jurídicos”, declaró a Diario de Navarra.
La Confederación Española de Asociaciones de Jóvenes Empresarios aprobó un comunicado, con la abstención de AJE Navarra, en el que calificaba de “irresponsable e ilegal” la actuación del Gobierno de la Generalitat, cuya deriva condenaba porque “está dividiendo a la sociedad catalana, arrastrando fuera de la ley a muchos catalanes y al desamparo y la discriminación a muchos otros que no comparten los delirios identitarios del Gobierno autonómico”.
Los jóvenes empresarios rechazaban en el comunicado “la pérdida de tiempo y de recursos y la incertidumbre generada por el populismo secesionista, y reclamamos el retorno inmediato del debate político a las cuestiones que afectan al bienestar y al futuro de todos los españoles, en un país como España que sigue recuperándose de la peor crisis de su historia, que mantiene a millones de personas en el paro y que no puede permitirse quedarse atrás en los retos a los que conduce la globalización y la revolución tecnológica que estamos viviendo”.