PREGUNTA (P): En el Plan estratégico 2011-2016 se indicaba que la Administración Foral “es el sector al que la Cámara quiere dedicar mayor atención”, y en concreto consideraba prioritario analizar la gestión del gasto sanitario, de educación y de los servicios sociales. ¿Sigue siendo válida esta previsión de trabajo?
RESPUESTA (R): Creo que sí, sobre todo porque son áreas que absorben la mayor parte de los Presupuestos Generales de Navarra. Seguirán estando entre nuestras prioridades.
(P): También se decía en el Plan que la selección de los programas y actividades debería hacerse teniendo en cuenta la sensibilidad social ante los temas objeto de auditoría. ¿Va a mantener ese criterio?
(R): Es que esa sensibilidad social nos llega a través de las numerosas peticiones que nos hacen desde el Parlamento, que se hace eco de los asuntos que están en la calle. La Cámara aprueba un programa de trabajo anual, con iniciativas propias y las que nos encomienda la normativa, que luego se ve ampliado o modificado por las peticiones parlamentarias, que tenemos que atender porque es lo que nos indica la ley.
(P): Entonces, ¿su gestión va a ser continuista?
(R): En cuanto a las prioridades sí, pero me gustaría potenciar las auditorías operativas. Ahora hacemos auditorías de regularidad, que se cumple la ley y que las cuentas expresan de manera fiel, lo que son auditorías de legalidad y financieras. Hemos hecho muchos trabajos, pero nos hemos quedado un poco cortos al analizar si se gastan los fondos públicos con economía, eficiencia y eficacia, que en eso consiste la auditoría operativa. Y también la auditoría informática, es que cada vez está más informatizado todo, los procedimientos, la documentación, nos encontramos con expedientes electrónicos…
Asimismo, quiero potenciar la auditoria de los ingresos, que son los grandes olvidados, siempre miramos los gastos, están más definidos, tienen una finalidad, son limitativos y no se pueden superar, pero también hay mucho que hacer en el apartado de los ingresos.
(P): Hace unos días comentaba que no había que descartar que en Navarra se hubiesen producido casos de corrupción, pero que era muy difícil descubrirlos. ¿Va a tomar alguna iniciativa en ese sentido?
(R): No es un objetivo de la Cámara investigar la corrupción, sí prevenirla. Tenemos unas normas, unos procedimientos que seguir para valorar lo que son áreas de riesgo, y si tenemos indicios fundados de que se ha producido un caso de corrupción lo pondremos en conocimiento del fiscal. Ahora existe una norma técnica sobre el fraude que incide más en una serie de pruebas que debemos realizar para detectar indicios, pero nosotros siempre intervendremos preventivamente, no tenemos medios para investigar la corrupción. Estaremos alerta, promoveremos la transparencia y la rendición de cuentas, pero la corrupción es difícil de detectar, no está en los papeles, suele destaparse por denuncias… El otro día asistí a una conferencia del juez Pablo Ruz en la que le preguntaron si hay corrupción en la Justicia, y él decía no me atrevería a decir que no hay. Pues en Navarra igual: puede haber, no me atrevería a decir que no hay.
“La corrupción es muy difícil detectarla, no está en los papeles”
(P): La Cámara ha elaborado informes de auditoría de las obras e inversiones más controvertidas de las acometidas por el Gobierno: pabellón Navarra Arena, Canal de Navarra, compra y venta de acciones de Iberdrola, autovías… sin descubrir nada denunciable más allá de la oportunidad de emprenderlas. ¿No ha sido corrupto el Gobierno?
(R): Al fiscalizarlas no detectamos indicios de corrupción, lo que no quiere decir que no la hubiera, sino de mala gestión. Estaban mal planificadas, no se justificaba su necesidad, su utilidad, carecían de estudios de viabilidad económica, de coste-beneficio…
(P): Si no está en ese tipo de obras, ¿dónde puede estar la corrupción?
(R): Sí puede estar, porque de hecho las grandes infraestructuras, en las que se mueven grandes cantidades de dinero, son áreas de riesgo con la adjudicación de las obras, su ejecución, otra cosa es que no hayamos visto nosotros algo. También son áreas de riesgo la concesión de subvenciones, el urbanismo…, pero insisto que es muy difícil verlo en los expedientes que nosotros manejamos, los sobornos que puede haber van por otro lado.
“Debe promoverse una cultura del deber fiscal, hay que pagar los impuestos”
(P): ¿Qué opinión tiene de lo ocurrido con Caja Navarra?
(R): La Cámara hizo un informe en el que no auditamos Caja Navarra porque no podíamos hacerlo al no ser una entidad pública. Lo único que podíamos decir, y lo dijimos, fue que el Gobierno no había hecho la actuación inspectora a que estaba obligado.
(P): ¿Y sobre el ‘caso Osasuna’?
(R): Es un caso que está en instancias judiciales, ya se pronunciarán. La Cámara hizo otro informe en el que criticó una ley foral aprobada por el Parlamento porque se hizo ad hoc para un contribuyente particular, para Osasuna.
(P): Antes de que nos sacudiera la crisis ¿vivió Navarra por encima de sus posibilidades?
(R): Es que eran unos tiempos en los que Navarra tenía superávit y su deuda pública no era muy significativa, y no sé si se puede decir que derrochó pero desde luego se metió en grandes infraestructuras que no han sido suficientemente utilizadas o no eran del todo necesarias, o estaban sobredimensionadas. Eran buenos tiempos y, no sé, igual no se invirtieron los fondos públicos de forma eficiente y eficaz. Y no sólo es la Administración Foral, ahí tenemos el Museo de los Sanfermines que al final se quedó en nada después de gastar mucho dinero, con dos proyectos…
(P): La consecuencia de todo eso es que la deuda de Navarra se ha multiplicado estos últimos años, en los que paralelamente se ha reducido los ingresos tributarios y no parece que vayan a crecer gran cosa a corto plazo. ¿Estamos ante un problema sin solución?
(R): Tenemos un problema, sí, porque la deuda es muy elevada y la Administración Foral no está generando recursos ordinarios para hacer frente a esa deuda porque cada vez que tiene un vencimiento tiene que volver a endeudarse. Parece que se está recuperando la recaudación, poco a poco, pero no llega a las cifras que había antes. Pues tendríamos dos problemas, uno de deuda y otro de generación de recursos. ¿Soluciones? Habría que aumentar los ingresos, hay una reforma fiscal que va a hacer que crezcan algo, y también se podrían reducir los gastos sin que se vea afectada la calidad de los servicios, claro. Y siempre hay que buscar una mejor gestión de los fondos públicos, hacer más con menos, ésa es una asignatura pendiente para los gestores, ser más eficientes.
“En los años de bonanza no se invirtieron los fondos públicos con eficacia”
(P): Entonces, en general, ¿se administran bien los recursos públicos en Navarra?
(R): Lo que son las entidades locales, nosotros auditamos anualmente todos los ayuntamientos con más de 9.000 habitantes, todos cuentan con un interventor que garantiza un buen control interno, y lo mismo ocurre en la Administración foral. El control interno es muy importante, igual habría que reforzarlo, porque es preventivo. Así como la Cámara actúa a posteriori, el interno se hace antes de la aprobación de un acto administrativo, los gestores son conscientes de ello y eso previene también malas prácticas.
(R): No sé ni si los tiene Hacienda, se hablaba de que la economía sumergida suponía el 20 por ciento, pero sí que es verdad que la lucha contra el fraude debe intensificarse, entre otras cosas porque generaría unos ingresos. Se acaba de aprobar una comisión que va a velar por el cumplimiento de las medidas del Plan antifraude, que vence en 2017 y que va a ser renovado, y junto a eso debe promoverse una cultura del deber fiscal, los ciudadanos tenemos que comprender que es necesario pagar los impuestos que nos correspondan.
(P): La Cámara de Comptos ha abogado siempre por la racionalización del mapa municipal, que es un objetivo que enuncia cada Gobierno cuando inicia su mandato. ¿Cuándo va a acometerse en serio esa reforma?
(R): Bueno, al menos hay ahora una comisión que se ha dado un plazo creo que de dos años para hacer una propuesta de ley foral. Va a analizar con expertos tanto lo que son las competencias locales, la financiación y la planta, el mapa local con el fin de conseguir lo que la Cámara recomienda en sus informes: lograr una prestación de servicios más racional. Es que hay 272 municipios, 348 concejos, 65 mancomunidades, 18 agrupaciones y 5 entes tradicionales, claro, es una estructura administrativa excesiva para prestar los servicios con eficiencia y teniendo en cuenta que Navarra no llega a los 650.000 habitantes. Pero sí, yo entré en la administración local en 1988 y ya se hablaba de esto…
(P): La Cámara de Comptos es un órgano independiente de fiscalización del sector público. ¿Le constan presiones ante la elaboración de algún informe especialmente incómodo? ¿Funciona la diplomacia cuando hay que censurar a alguien?
(R): ¿Presiones? No, no que yo conozca, no creo que a nadie se le ocurriría intentarlo. Cuando los técnicos hacen la tarea de campo encuentran muchas deficiencias que no son significativas y mientras están trabajando les indican a los gestores oye, pues mejorar esto, cambiar aquello… son sugerencias. Y sí que cuidamos el lenguaje, no es cuestión de ensañarse contra el ente fiscalizado, controlar no es amenazar, es ayudarles a mejorar, decimos de forma contundente todo lo que sea deficiente, pero sin hacer sangre.
LA PRIMERA PRESIDENTA, Y DE ‘LA CASA’
Asunción Olaechea es natural de Betelu (1966), diplomada en Empresariales (Escuela Pamplona) y licenciada en Dirección y Administración de Empresas (UPNA), master en Dirección y Gestión Pública por la Universidad Pública de Navarra, experta en gestión de Haciendas Locales por la UPNA y experta en auditoría financiera por la UNED. En lo tocante a su experiencia profesional, ha sido asesora económica del departamento de Administración Local del Gobierno de Navarra para las zonas de Santesteban y Lekunberri, Técnica de Auditoría de la Cámara de Comptos y Auditora del citado órgano fiscalizador desde 2005.
(P): Usted es la primera mujer que va a presidir la Cámara de Comptos no sólo en su etapa moderna, sino también desde que fuera fundada allá por el siglo XIII. ¿Eso confiere a su mandato un plus de responsabilidad?
(R): No, no es que me lo plantee con más responsabilidad por el hecho de ser mujer, es que el cargo en sí es de muchísima responsabilidad y más desde mi óptica como auditora. Por ser mujer no precisamente, es algo que hoy en día la sociedad tiene muy asumido.
(P): Es también, la primera persona de la casa que llega a la presidencia. En principio parece un factor favorable ya que conoce su funcionamiento, la plantilla…
(R): Sí, yo entré hace casi 20 años como técnica de auditoría y luego pasé a ser auditora. Conocer la institución, su funcionamiento y procedimientos, me llevó a aceptar el cargo. He trabajado en la realización de los informes, primero haciendo el trabajo de campo y luego dirigiendo un equipo de auditoría, lo que conlleva planificar, supervisar y elaborar los informes. Conozco las cosas que se han hecho bien, que habrá que potenciarlas, y las que hay que mejorar.
“A ningún auditado se le ocurriría presionar a la Cámara de Comptos”
(P): La propuesta de nombramiento fue de EH Bildu y la asumieron el resto de fuerzas del cuatripartito. ¿No teme poder ser objeto de críticas por el sesgo político de esos partidos?
(R): No, no creo porque esta institución tiene mucha credibilidad debido a que la objetividad y la independencia son dos de las máximas que dirigen nuestra labor, las tenemos muy interiorizadas y los partidos lo saben. Sí que es verdad que fue una propuesta del cuatripartito que luego fue apoyada por el PSN, y si hubiese sido nombrada por unanimidad mucho mejor, pero vamos a seguir trabajando así, con objetividad, independencia e imparcialidad.
(P): ¿Le sorprendió que la eligieran como candidata cuando hay auditores que llevan más tiempo trabajando en la Cámara y quizás pudiera pensarse que tenían más opciones, al margen de la valía y por el hecho de ser más veteranos?
(R). La verdad es que no me planteé por qué yo sí y no otro… Sí tienen más experiencia, llevan más tiempo, pero cuando me dijeron que querían a alguien de dentro y que podía ser yo no pensé por qué no eligen a los otros, valoré más lo que podía ofrecer. Bueno, y como decía antes ya llevo aquí casi 20 años, también tengo una experiencia y una capacidad.