La apertura de la jornada del viernes correrá a cargo de Ignacio Matías, director del ISC, y de Ramón Gonzalo, vicerrector de investigación de la UPNA
La sesión está dirigida a investigadores y profesionales, técnicos municipales, empresas, centros tecnológicos y organismos vinculados al sector. En ella, ponentes del sector público y privado presentarán casos de éxito, nichos de negocio emergentes y oportunidades de financiación, y debatirán sobre los nuevos retos a abordar. En paralelo, una sesión de pósteres presentará resultados I+D de investigadores en formación del ISC.
El contenido completo del programa, así como el formulario de inscripción, puede consultarse en este sitio web de la Universidad.
CRÓNICA SEGUNDA JORNADA
Los ponentes que intervinieron en la jornada del Instituto INAMAT, la segunda de las sesiones destinadas a los institutos de investigación de la UPNA, trataron de dar respuesta, entre otras cuestiones, al desafío de crear nuevos materiales y aplicar las tecnologías a este proceso, así como a las oportunidades de financiación
Así, José Manuel Barandiarán, director de BC-Materials (Basque Center for Materials), dio cuenta de algunas investigaciones que se están desarrollando en torno a materiales magnéticos avanzados, donde algunas de las líneas prioritarias son las siguientes:
- actuadores mecánicos basados en aleaciones con memoria de forma controlados mediante campos magnéticos externos; o
- nanopartículas de hierro, producidas por bacterias, para aplicaciones médicas; así como
- la síntesis de nanopartículas con geometrías y propiedades específicas e
- imanes permanentes con bajos porcentajes de materiales estratégicos, como lantánidos y actínidos.
Por su parte, Jesús Santamaría, subdirector del Instituto de Nanociencia de Aragón (INA), ofreció la visión desde el diseño de materiales, centrándose en la aplicación de la nanotecnología a la medicina, en concreto, el uso de nanopartículas como herramienta de diagnóstico y terapia de enfermedades.
El reto de los investigadores de este campo, según explicó Santamaría, se focaliza en conseguir el control espacial y temporal de la acción de las nanopartículas, que pueden actuar como diminutos “caballos de troya” que pueden ser incorporados al organismo de forma que no sean detectados por el sistema inmunológico del receptor.
Dichos nano-objetos transportan en su interior medicamentos específicos y pueden ser dirigidos a objetivos concretos mediante funcionalización de su superficie o mediante agentes externos, y son capaces de liberar su carga de forma controlada en el tiempo. A futuro, como concluyó en su intervención Santamaría, la idea es poder aplicar terapias que no requirieran fármacos.
FINANCIACIÓN Y AUTOMATIZACIÓN
Por su parte, Mª Pilar de Miguel, de la Dirección de Promoción y Cooperación del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad, explicó las oportunidades de financiación para materiales avanzados en Europa.
La ponente desgranó las distintas vías de financiación a través de los programas nacionales e internacionales, así como las oportunidades de colaboración con las comunidades autónomas. Explicó algunos detalles y particularidades de las convocatorias indicando que, según de la que se trate, los institutos universitarios pueden acceder a ellas en las mismas condiciones que una empresa o siendo subcontratadas por estas.
En último lugar, intervino Jorge Castillo, director general de EiNA (Estudios de Ingeniería Avanzada), empresa dedicada a la automatización de procesos industriales y al desarrollo de sensores avanzados para la robótica, mediante aplicaciones que no están actualmente en el mercado y poseen alto valor añadido.
Castillo explicó que los materiales compuestos por fibras embebidas en polímeros son una alternativa a los metales y aleaciones tradicionales, especialmente, porque ofrecen mayor resistencia por unidad de masa y la mayor resistencia a la fatiga mecánica. Por ello, se emplean en aeronáutica y vehículos de alta gama. Sin embargo, también señaló que los materiales compuestos son más caros que los metales, principalmente, porque se fabrican por procesos poco automatizados.
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