Actualmente, la Organización Mundial de la Salud indica que lo idóneo es que la ratio de odontólogos sea de un profesional por cada 3.500 habitantes. En España, la media es de uno por cada 1.700. Es decir, más del doble de lo recomendado. Sin embargo, para 2020 se espera que esta ratio se incremente hasta un profesional por cada 900 habitantes.
Estos datos se explican porqué nos encontramos con 22 facultades de Odontología, tanto públicas, como privadas, de las que salen al mercado laboral 1.700 licenciados al año. Un profesor de la Universidad Complutense de Madrid afirmaba que un 25% de ellos no llegará nunca a ejercer su profesión.
¿Cómo está influyendo esta realidad en el sector? El hecho de que exista esta amplia oferta, que incluso podría tacharse de “burbuja” ha traído consecuencias positivas, como una cierta “democratización” de los servicios de odontología y su repercusión en la salud de la población. En los últimos 30 años, cada vez más pacientes han podido beneficiarse de ellos, ya que, en el pasado, había pocos profesionales y tarifas inaccesibles. Cabe destacar el papel que ha tenido la entrada de las franquicias, que han proliferado por toda la geografía. Estas incrementaron su facturación en 2016 más de un 13%.
Sin embargo, hay múltiples datos que indican que esta situación también está afectando negativamente a la calidad del servicio. Según los Colegios de Dentistas de España, las clínicas odontológicas marquistas y franquicias acumularon, entre 2013 y 2015, el 48,6% de las quejas, a pesar de representar tan solo el 4% del total de clínicas en ese periodo. Eso, sumado a casos mediáticos de fraude o intrusismo, ha supuesto un impacto muy negativo en la imagen de un sector en el que el gasto medio por persona es de 600-650€/año.
Nueva competencia
Otra de las tendencias que veremos consolidarse en los próximos años será la irrupción del mundo de los seguros y mutuas en el campo de la odontología. Hasta ahora, estas derivaban sus pacientes a clínicas especializadas con las que establecían un acuerdo. Sin embargo, la línea estratégica de muchas de ellas pasa actualmente por impulsar sus propias redes de centros para prestar a sus afiliados servicios odontológicos.
Por otro lado, asistimos a como una entidad bancaria de renombre ha adquirido, recientemente, una conocida franquicia dental. Esto debe llevarnos a pensar que, definitivamente, la nuestra es una actividad que mueve un importante capital de negocio y en la que están interesados numerosos sectores.
Ante la masificación, tecnología y servicio
En 2016 hemos asistido al estancamiento del modelo de clínica dental “de proximidad” y a la moderación del crecimiento de las franquicias y las clínicas de las aseguradoras. Esto podría aventurar un futuro cambio en la evolución de la “burbuja” del sector dental
Al igual que sucede en otros sectores, frente a estos modelos de negocio, crece un perfil de centro especializado que, ante la masificación y la pérdida de calidad, apuesta, sin embargo, por equipos multidisciplinares en los que conviven varios especialistas, y en los que la tecnología y la innovación tienen un papel clave.
El servicio al paciente también se convierte en un elemento de valor, introduciéndose, para su comodidad, tratamientos con sedación o la odontología de alto rendimiento, que permite minimizar el número de visitas y mejorar la gestión del tiempo.
Centros que, en colaboración con las diferentes administraciones públicas, y a través de conciertos de prestación de servicios, tienen, además, un importante papel en la prevención y en la mejora de la salud buco-dental general de la población. El Programa de Asistencia Dental Infantil, en el que participamos, ha conseguido, por ejemplo, disminuir sensiblemente la prevalencia de las caries en los más pequeños.
Como profesionales, y ante los efectos perjudiciales que la masificación del sector ha traído consigo, no nos queda más que renovar nuestro compromiso con la calidad, la innovación y la atención exquisita a nuestros pacientes. Nadar a contracorriente de algunas de las tendencias que han alimentado el crecimiento de la “burbuja” dental. Y hacerlo, no solo como modelo de negocio, sino también como filosofía, ya que de ello depende tanto el futuro del sector, como lo más importante, la salud de nuestros pacientes.
Dr. Felipe Rivas
Director Médico del Grupo Sannas