martes, 15 abril 2025

Pedro Luis Antón ‘conserva’ el sabor de la empresa fundada por sus padres en Lodosa

Sus padres envasaban espárragos y pimientos que recolectaban en sus propias tierras. Así, hace más de tres décadas fundaron una empresa que, desde hace veinticinco años, dirige su hijo, Pedro Luis Antón. Con sede en Lodosa, la compañía trabaja con unos 90 productos agroalimentarios y cerró 2024 con una facturación de 14 millones. Las últimas incorporaciones de la firma son los caldos y los alimentos infantiles. 


Lodosa - 11 abril, 2025 - 11:42

Desde hace veinticinco años, Pedro Luis Antón ejerce como gerente de la empresa familiar. (Fotos: Maite H. Mateo)

Sus raíces se encuentran en tres productos muy concretos (y muy navarros): el pimiento del piquillo, el espárrago y la alcachofa. Hijo de agricultores, su niñez transcurrió entre cultivos, donde el sol acariciaba la tierra con la promesa de una cosecha generosa. En cada surco sembrado, en cada brote que asomaba, Pedro Luis Antón encontraba una tranquilidad inexplicable. Las mismas manos que plantaban esos tres tesoros culinarios también creaban algo más que alimentos: cultivaban un legado, una tradición que, aunque mudada de la tierra al plato, hoy sigue latiendo con la misma intensidad.

Su padre, también llamado Pedro Luis, fundó con su mujer, Corona Campo, una empresa de conservas con su mismo nombre. Ubicada en Lodosa, donde nuestro protagonista nació y creció, la compañía lleva 37 años en pie. «A finales de los años 60, mi padre y mi tío empezaron a envasar los frutos que recolectaban en sus propias tierras», apunta su hijo, gerente de la firma desde hace veinticinco años, mientras nos muestra una foto de sus familiares recogiendo pimientos en el campo.

Aunque en un inicio la firma se dedicaba únicamente al pimiento, el espárrago y la alcachofa, más tarde amplió sus líneas de negocio. De hecho, hoy trabaja con unos 90 productos. Legumbres, tomate, cardo, borraja, mermelada… «Nuestras últimas incorporaciones han sido los caldos y la alimentación infantil. En concreto, hoy estamos trabajando con alubia roja. Venid conmigo, os explico el proceso», anuncia justo después de entregarnos una bata blanca y un gorro desechable. 

UN PROCESO «MUY BONITO»

El proceso comienza hidratando el producto en grandes recipientes. Concretamente, la legumbre se hidrata unas doce horas. Después, el género se «escalda» y un sistema de visión artificial lo escanea para detectar si existe alguna anomalía. «Por ejemplo, rechaza alubias rotas, ramas o trocitos de palo que se hayan podido colar. Es una máquina capaz de analizar el color, la forma y la densidad», detalla.

Con sede en Lodosa, Conservas Pedro Luis trabaja con unos 90 productos agroalimentarios.

Con sede en Lodosa, Conservas Pedro Luis trabaja con unos 90 productos agroalimentarios.

El siguiente paso consiste en embotar el producto. Un peso se encarga de medir la cantidad exacta que debe contener cada tarro de cristal y, en fila, los recipientes se deslizan por una cinta mecánica hasta aterrizar en un sistema que enrosca una tapa para cerrarlos. «Es un proceso muy bonito. Cuando el envase está listo, se le hace una radiografía para comprobar si tiene algún contaminante. Lo más habitual son pequeñas piedras», concreta contemplando satisfecho el vistoso color rojizo de la alubia. 

Unos metros más allá de esta nave, se ubica el almacén. A lo largo y ancho de unos 9.000 metros cuadrados, grandes palés con toda clase de productos colman las instalaciones. «Nuestro punto fuerte es el control del stock. Es importante prever una buena o mala cosecha porque, al final de todo, el cliente espera un buen servicio y una continuidad. La climatología cada día es más adversa, por eso hemos diversificado hacia las legumbres o los caldos», expresa para acto seguido recalcar que lo más vendido es, sin duda, el tomate. 

PIONEROS EN LO ECOLÓGICO

Conservas Pedro Luis fue pionera en la producción ecológica (se adentró en ella en 1991). Hoy, el 50 % de su volumen de negocio recae en este tipo de alimentos: «Comenzamos con esta rama cuando el desconocimiento sobre la agricultura ecológica era todavía grande. Se dan muchas adversidades y hay bastante sobrecoste productivo, pero nuestra apuesta es firme».

«Confiamos en nuestra empresa y todos los años tratamos de progresar en cuanto a productividad»

Después de veinticinco años al frente de la compañía, nuestro protagonista asegura que esta ha mantenido desde sus inicios un crecimiento estable. De hecho, cerró 2024 con una facturación de 14 millones de euros. «Nunca nos hemos obsesionado con las cifras. Lo cierto es que el 65 % del volumen de mercado lo constituye la marca blanca, y eso provoca que queden huecos pequeñitos para los fabricantes como nosotros. Pero confiamos en nuestra empresa y todos los años tratamos de progresar en cuanto a productividad», constata al tiempo que menciona que la firma está trabajando en la mejora de una segunda línea de etiquetado.

El almacén de Conservas Pedro Luis goza de unos 9.000 metros cuadrados.

El almacén de Conservas Pedro Luis, cuya sede se encuentra en Lodosa, cuenta con unos 9.000 metros cuadrados.

La materia prima que emplea la empresa proviene principalmente de Navarra, a excepción de las legumbres, que llegan de distintas zonas de España. «Hay que defender lo local y lo regional. Si consumimos productos cultivados aquí no solo conseguiremos calidad, sino que también generaremos riqueza en el entorno. Y eso es importante», defiende.

PASIÓN Y CORAZÓN

Con la filosofía de «devolver a la sociedad parte de lo que ella nos da», Conservas Pedro Luis colabora con distintas fundaciones y organizaciones sin ánimo de lucro. «Estos dos  últimos años hemos llegado a 100.000 unidades donadas de nuestros productos», apostilla orgulloso.

Lo cierto es que «corazón» y «pasión» son dos términos que trata de llevar allá a donde va. De hecho, no percibe la evolución de su compañía sin ellos. Ahora que la falta de mano de obra en el sector «se hace notar», es importante entender que estas dos palabras «pueden mover montañas». Padre de cuatro hijos, Pedro Luis tiene claro que, si desean continuar con el negocio familiar, deben «ponerle alma»: «Esta empresa hay que vivirla».

Ciclismo, piragua, escalada… Más allá de liderar la compañía, nuestro invitado es un gran apasionado del deporte. Con cierta nostalgia, desvela que, hace tiempo, recorría los montes navarros subido en su moto. A sus 47 años, todavía conserva las botas, el casco y la chaqueta motera. «Ahora, mi objetivo es enseñar a mis hijos a esquiar», concluye ilusionado.


To Top

Has decidido rechazar las cookies

Al aceptar las cookies no solo acepta publicidad personalizada, sino que también está apoyando un servicio de información de calidad, basado principalmente en contenidos periodísticos de elaboración propia. Por tanto, favorece que Navarra Capital pueda seguir ofreciéndole, sin necesidad de pagos ni suscripciones, toda la actualidad del tejido empresarial de la Comunidad foral.

Si lo desea, puede aceptarlas pulsando el botón inferior. Además, siempre podrá volver a rechazarlas en el apartado 'Configuración' en la página de política de cookies.