Es complicado saber qué pasará en año y medio, a partir del 29 de marzo de 2019, cuando Reino Unido abandone oficial y definitivamente la Unión Europea. A priori, las consecuencias no parecen buenas para las empresas españolas. Al menos, ese es el sentir mayoritario de los directivos y empresarios: un 45% afirma tajantemente que la salida del Reino Unido no les deparará nada bueno.
Sin embargo, un 19% cree que el Brexit traerá alguna oportunidad a sus negocios y luego están quienes en este mar de incógnitas, no son capaces de calibrar si los efectos, que seguro habrá, serán buenos o malos para ellos, estos representan un 36%.
El sector de servicios profesionales es optimista.
DIFERENCIAS POR SECTORES
La percepción varía sobremanera en función del sector de actividad. Para la automoción y la industria el futuro es más oscuro. Tan sólo un 7% y un 8% respectivamente ven algún tipo de oportunidad de negocio. Por el contrario, el sector de servicios profesionales, donde se encuadran desde abogados hasta consultores, publicistas o auditores, entre otros, es considerablemente más optimista. Un 56% cree que el futuro de Reino Unido fuera de la Unión Europea les deparará alguna oportunidad empresarial, frente a un 19% que no lo ve así. Son, con diferencia, quienes más aspectos positivos destacan del Brexit, seguidos, aunque a distancia, por el sector financiero, donde uno de cada tres directivos ve oportunidades o el de infraestructuras, donde uno de cada cuatro es optimista al respecto.
Estas conclusiones se desprenden de un estudio elaborado por la consultora KPMG a través de encuestas a 3.000 directivos españoles. Con el título La empresa española ante el Brexit, el informe analiza aspectos como cuál es el nivel de exposición de las firmas nacionales en Reino Unido, a qué retos se enfrentan y dónde notarán más los efectos de la salida del mercado único del quien hasta ahora es el cuarto cliente para las empresas españolas.
Un porcentaje importante de empresas trabaja con filiales o bien tiene sucursales allí.
La principal relación con Reino Unido de las empresas encuestadas radica en la exportación. Sin embargo, un porcentaje importante también trabaja con filiales o bien tiene sucursales allí. Como cabría esperar, el vínculo vía exportaciones es mayor en sectores como la automoción, la industria y la distribución, para los que su exposición al Brexit se sitúa entre el 30% y el 40%. Por contra, sectores como el de infraestructuras, el sanitario, los relacionados con nuevas tecnologías, energías y el financiero están más expuestos a través de sus filiales.
DEPARTAMENTOS AFECTADOS
Por todo ello, los efectos que la salida del Reino Unido pueda tener sobre sus cuentas de resultados no son unánimes. No cabe duda de que es en las finanzas de cada empresa donde más se notará cualquier cambio. Pero no es la única área expuesta. Para la mayoría de las empresas consultadas el modelo de negocio sufrirá los efectos del Brexit y habrá que replantearlo, al igual que habrá que analizar los efectos, tanto en fiscalidad como en el área legal.
Las empresas creen que el modelo de negocio variará tras el brexit.
Otra de las áreas empresariales más afectadas será la cadena de suministros, especialmente para la automoción, la industria, la distribución y el transporte. Más del 50% de los encuestados de estos cuatro sectores creen que precisamente esa área será la más vulnerable a cualquier cambio. Para el sector del turismo y el ocio, en cambio, las mayores preocupaciones radican en cómo quedará su modelo de negocio a partir de abril de 2019. El resto de sectores apunta al área financiera como la más expuesta, aunque en el caso de las energías renovables y la educación, ésta compite de igual a igual con la fiscalidad.
EFECTOS ACTUALES
A la espera de lo que pase realmente en 2019, lo cierto es que a día de hoy ya se notan algunos efectos. Por de pronto, la libra ha comenzado a resentirse y esa depreciación se señala como un problema por seis de cada diez empresarios españoles. Una libra más débil merma el poder adquisitivo inglés y, con menos dinero, compra menos. Todo ello podría llevar a una contracción de la economía británica, riesgo que apunta la mitad de los empresarios encuestados. Y, a todo ello, se suma el miedo a cualquier posible cambio regulatorio y a la imposición de barreras arancelarias una vez que Reino Unido deje de lado la normativa europea.
Ante esta situación, hay ya empresas que han decidido elaborar un plan de contingencias para plantar cara a los efectos que la salida pueda tener sobre sus cuentas de resultados. A principios de año, según el informe de KPMG, un 19% de las empresas con relación con Reino Unido ya contaba con uno. Se trata principalmente de las enmarcadas en el sector financiero (un 55% ya tenían un plan), constructoras (31%), infraestructuras (30%), turismo (25%) y servicios profesionales (25%). Además, un 43% preveía elaborarlo a corto plazo con el objetivo de estar preparados ante cualquiera que sea el desenlace final.