A pesar de los vaivenes del mundo, la exportación española está logrando tasas históricas de crecimiento. Mercados como Francia e Italia, claves para la exportación española, y muchos emergentes, como Brasil, Rusia y China, en 2015 sufrirán un aumento de las insolvencias en un mundo marcado por tasas de crecimiento más modestas en mercados avanzados y emergentes.
El mercado interior era capaz de asimilarlo todo en los años previos a la crisis. Después, todo cambió. Con independencia de cuánto fuesen capaces de producir las empresas españolas, era posible vender aquí y ahora y cobrarlo siempre, porque la financiación no tenía límites. La crisis nos dejó sin mercado interior y obligó a muchas empresas que no habían abordado los mercados internacionales a buscar clientes fuera de nuestras fronteras, a competir en un mundo global, a internacionalizarse. Como resultado, a lo largo de esta crisis, el sector exterior no ha dejado de ganar peso. No sólo exportamos más, sino que lo hacemos, también, más lejos. Sin embargo, el entorno económico mundial plantea algunos interrogantes.
Nuestros últimos informes alertan del bajo crecimiento. Frente a los primeros pronósticos para 2015 de hace seis meses, el crecimiento económico mundial está mostrando una debilidad mayor de la esperada. A pesar de los bajos precios del petróleo, las condiciones económicas mundiales se han debilitado. Quizás, la pregunta más reveladora que cabe hacerse es porqué el crecimiento mundial sigue siendo tan modesto desde una perspectiva histórica.
La respuesta es que podemos estar ante una nueva normalidad de crecimiento tanto en mercados avanzados como emergentes. Habría dos grandes motivos. El primero tiene que ver con los niveles de endeudamiento agregado de los Estados, las empresas y los hogares, que no han dejado de crecer desde 2008 y se han desplazado hasta niveles difícilmente sostenibles en la eurozona, Estados Unidos y China. El segundo motivo es mucho más estructural: las tasas de crecimiento potencial, tanto en las economías desarrolladas como emergentes, se han reducido entre un 20 y un 30% por el envejecimiento de la sociedad, la ralentización en la aplicación de nuevas tecnologías, la menor inversión y la falta de infraestructuras.
Cuanto más despacio crece el mundo, más se arriesga al cerrar una venta. Crecemos más despacio y cambia el patrón de crecimiento. El mejor consejo que puedo darles en esa tarea es que conozcan a sus clientes. El mundo del análisis de riesgo es muy complejo. Hablar de mercados buenos y malos, hablar de sectores buenos y malos es una simplificación. Incluso mezclar estos dos conceptos para hablar de cómo se comporta un sector en un mercado es una simplificación. Al final sólo hay empresas, centenares de millones de empresas, a las que hay que conocer para hacer negocios, sabiendo diferenciar los riesgos comerciales de las oportunidades comerciales para crecer de forma rentable. Ese es el reto al que invitan estos tiempos tan interesantes que nos han tocado vivir.
Emiliano González
Director sucursal Navarra-La Rioja
CRÉDITO Y CAUCIÓN