Éramos pocos y… ahora resulta que llega el Marketing Sensorial, una nueva palabreja para añadir a nuestro sobrexplotado disco duro. Pero hazme caso, borra alguna carpeta de las que no te sirven y hazle un hueco a este nuevo concepto. Podrás aplicarlo a todo lo que haces, personal y profesionalmente, y notarás la diferencia.
Quizá hemos vivido épocas en la que la comunicación era más plana, pero ya no funciona lo de antes. Si queremos lograr que nuestro mensaje despierte a los demás, debemos emocionarles y hacer que algo dentro de ellos se mueva. Si no, tu producto, tu servicio, o tú mismo, seréis uno más. Uno más del montón.
¿QUÉ ES EL MARKETING SENSORIAL?
Lo sabe bien Ana Calvo, emprendedora navarra que con su proyecto Encanto Rural ofrece al Turismo Rural de Navarra la oportunidad de innovar en sus alojamientos a través de las técnicas de Marketing Sensorial. Su reto es hacer que desde el primer instante en el que el visitante abra la puerta, sienta el lugar a través de todos los sentidos. Si nos encontramos en la gloria al envolvernos en la suavidad de las mantas, los armarios huelen a lavanda, el espacio visualmente nos atrae y sorprende y escuchamos el movimiento de las hojas del bosque… estamos generando emociones difíciles de olvidar. Podremos olvidar los detalles, pero no lo que hemos sentido. Todo ello se puede provocar de modo que el huésped quiera regresar y recomendar el lugar a su gente más cercana… y objetivo conseguido: fidelizamos al cliente, logramos que nos prescriba y que el negocio crezca.
¿Más experiencias? Olorama es el nuevo reto de Raúl Porcar, un ingeniero valenciano, que ha diseñado una tecnología para dotar de olores a productos audiovisuales. ¿Te imaginas ver Avatar en el cine y oler la hierba mojada? ¿O que mientras los protagonistas de una película cocinan puedas oler los platos que preparan? Es otra manera de sentir y de vivir. Una filosofía que comparte el navarro Iñaki Aldanondo, creador de Feeling Essences, una empresa especializada en Marketing de Aromas y Aromatización Profesional capaz de recrear un aroma personalizado para un local, establecimiento o evento.
Curioso, y cariñoso, el giro que la empresa de comunicación La Vaca Púrpura le dio a la campaña “Déjate Abrazar” de la Consejería de Turismo del Gobierno de Navarra. Si el lema es ése, ¿por qué no ir directos al abrazo? Eso debieron pensar a la hora de proponer y diseñar un juego de realidad aumentada que permite “abrazar” a diferentes personajes característicos de nuestra comunidad como Caravinagre o el Oso Camille. Déjate de decirme que me deje abrazar y dame ya ese abrazo. Y de paso, nos divertimos.
En definitiva, el reto es hacer sentir emociones. ¿Para qué explicártelo si puedes vivirlo tú mismo en primera persona? Quizá esto nos obligue a detenernos a pensar si estamos logrando que nuestro público experimente aquello que podemos ofrecerles. En esa línea avanzan muchos negocios, en especial en el mundo digital, y en particular en las pequeñas empresas y profesionales freelance que tratan de hacerse un hueco. ¿Cómo voy a lograr que confíes en mí si no me conoces? En ese campo la fórmula de compartir y experimentar cobra fuerza. Comparto contigo parte de lo que sé, te regalo un tutorial, un libro descargable, una hora de asesoría, un hangout,… y tú ves, sientes, tocas… lo que puedo aportarte. Sin trampa, ni cartón. Sin intermediarios, ni largas parrafadas.
Por supuesto, como todo lo que se presenta como novedad, tiene algo de perenne y un fuerte vínculo con el sentido común del ser humano. Los maestros queseros dominaban el Marketing Sensorial desde antaño y no dudaban en darte a probar su queso. El sabor conquistaba tu paladar mientras las manos, secuestradas por la tentación, buscaban el dinero para comprar el rico manjar.
Un último apunte en el terreno más personal… Comunicamos sin darnos cuenta: somos mucho más de lo que decimos y provocamos sensaciones en los demás. Cuida cómo te mueves, cómo saludas, cómo miras a los ojos cuando hablas, cómo entras y cómo sales de un sitio. Transmites tu personalidad en cada instante y, saberlo, te ayudará a hacerlo conscientemente. Genera emociones… y ya que estamos, procura que éstas sean positivas. ¡En tus manos está!
