Cuenta atrás para el Festival de Cine de San Sebastián. Cuenta atrás para que la ciudad vuelva a acoger a uno de sus festivales más rentables.
Del 22 al 30 de septiembre próximos, el Kursaal volverá a reunir a un gran elenco de estrellas del celuloide que traerán al Norte todo el glamour del séptimo arte. En esta edición, el principal atractivo será la presencia del actor argentino Ricardo Darín, premio Donostia 2017.
San Sebastián, por lo tanto, será de nuevo foco de interés y de negocio. Porque detrás de los autógrafos de los fans a las puertas del Maria Cristina, de los estrenos o de las diversas actividades vinculadas al séptimo arte, el cine también es industria y es negocio.
Sirva un primer dato como referencia puntual de todo lo que se mueve en este encuentro. Un informe al respecto de Hosteltur, el portal líder en noticias de turismo, afirma que el nivel de ocupación de los hoteles de la capital guipuzcoana durante esos días roza el «lleno completo» con niveles de hasta un 97% de habitaciones reservadas.
Un buen Festival de Cine es una mezcla de películas, industria y glamour, es decir, un punto de encuentro para artistas, profesionales de la industria cinematográfica y los espectadores
En el caso de Navarra, por ejemplo, el Festival se ha convertido en el mejor escaparate para hacer proselitismo de unos incentivos fiscales que han atraído numerosos rodajes que han utilizado los paisajes de la Comunidad foral como escenarios naturales para poder desarrollar su historia.
Como caso paradigmático, el antes y el después que ha supuesto para el Baztán la grabación de la trilogía de El Guardián Invisible que llevara a su director, el también navarro Fernando García Molina y a su equipo de rodaje a visitar la zona para filmar las partes dos y tres a finales de este año.
Así que, con estos precedentes, el sector cinematográfico navarro volverá sus ojos hacia una capital guipuzcoana donde, según nos ha podido adelantar Javier Lacunza, director general de NICDO, la sociedad pública que da soporte a la Navarra Film Commission, este año espera dar un «anuncio muy importante» de esa magnífica relación que se ha establecido entre el cine y nuestro territorio.
En esta edición se hará una apuesta fuerte por los nuevos talentos, se fortalecerán el Encuentro de Estudiantes y el Foro de Coproducción Europa-América Latina, habrá nuevas actividades de Industria y, «por supuesto, estrellas de todo el mundo»
Con estos precedentes, está justificado que nos preguntemos: ¿y cuál es el beneficio económico que un Festival de Cine de estas características puede reportar a la capital guipuzcoana?
Qué impacto puede suponer para su hostelería y turismo pero, también, en cuestión de imagen, posicionamiento y reputación para la Bella Easo.
Para esa demanda de información también hay respuesta. El último informe disponible promovido desde las propias instituciones guipuzcoanas cifran el rendimiento económico de su Festival de Cine en unos 30 millones de euros.
Hablamos de una actividad generada en tan solo siete días por lo que supone un buen negocio para una ciudad que, según ese mismo estudio, también se beneficia de otros 11 millones generados por su no menos populoso e importante Festival de Jazz y los 5 millones de la Quincena Musical. Un total de 46 millones de euros que el primer edil donostiarra, Eneko Goia, definió en su momento como «riqueza y capital social, humano y económico para la ciudad».
Cifras en definitiva que vienen a demostrar que la cultura también desempeña un papel dinamizador fundamental de la economía más próxima. Por mucho que la belleza de una ciudad como San Sebastián y el brillo de las estrellas de cine sitúe estos datos en un segundo plano.
Como un actor secundario, efectivamente. Pero de un valor tan enorme que como suelen firmar los críticos de la materia «ha logrado trascender el papel y quedarse en parte con el foco de interés del público y la pantalla».
