MIEDO con mayúsculas. Es lo que muchos sienten cuando se les ofrece la oportunidad de salir en un medio de comunicación. Palpitaciones, sudores incontrolados, nerviosismo y balbuceo son algunos de los síntomas de esta extraña enfermedad. Lo más sorprendente de esta patología es que afecta a muchas más personas de las que podamos imaginar, algunas de ellas con un nivel intelectual y profesional altísimo. ¿Qué le hace a un director de una empresa con 800 empleados temblar ante la simple perspectiva de tener que hablar en la radio?
Ser noticia o ser entrevistado es una oportunidad de oro para lograr que nuestro proyecto multiplique sus posibilidades de ser conocido. ¿Cuánto pagarías por organizar un evento en el que hablar de tu empresa a 1.000 posibles clientes? Aparecer en un periódico te brinda la ocasión de que sepan de ti miles de personas (millones si es de tirada nacional). Por éste, y por muchos más motivos, es esencial estar preparado para poder decir “Sí, entrevístame cuando quieras”.
Por ello, quisiera ofrecerte una serie de pautas útiles a tener en cuenta que lograrán que te sientas más cómodo en un mundo que no es el tuyo.
1. Definir los mensajes principales que deseas transmitir. Uno, dos, tres, pero no más. Lo importante es que tengas muy claro qué quieres decir.
2. Procura adaptarte a la demanda del periodista. Muchos cometen el error de tratar de posponer la entrevista semanas, incluso meses. Los periodistas trabajan generalmente con muy poca antelación y muy pegados a la actualidad. Hoy ha caído un rayo y buscan la opinión de un electricista. No les digas que te llamen la próxima semana, porque 7 días después nadie se acuerda del rayo. Te necesitan en ese momento y no en otro.
3. Sé muy breve: los medios por lo general no disponen de mucho espacio o tiempo. En la radio, 10 minutos de conversación se consideran una entrevista larga. Entérate de cuánto tiempo dispones y ajusta tu mensaje. No te enrolles, sé claro y conciso ¡y nada de monólogos!
4. Di adiós al lenguaje excesivamente técnico y complicado: el objetivo es que se te entienda. Adiós a siglas y abreviaturas desconocidas para el público en general. No es necesario nombrar leyes. Si vas a mencionar un tecnicismo, explícalo con palabras sencillas a continuación, pon ejemplos, cuenta anécdotas, personaliza, acerca la información al público en general y trata de introducir las ideas claves de forma clara y sencilla y rápida.
5. Conversa y sonríe. En demasiadas ocasiones olvidamos que una entrevista es simple y llanamente una conversación. Concéntrate en disfrutar y en responder las preguntas que te hacen. No hay tanta diferencia entre una charla de sobremesa con amigos y una conversación con un periodista. Por supuesto, hay temas más complejos y delicados enmarcados en la comunicación de crisis que requieren otras pautas diferentes a éstas.
6. Concentra tu mirada en el periodista y procura abstraerte del entorno y obviar la presencia de cámaras, técnicos, etc. Como en el teatro, ¡apaga el móvil! Evita cualquier distracción.
7. Ponle pasión a lo que cuentas, muestra tu personalidad, habla desde el corazón. Poner énfasis en aquellos aspectos que consideres importantes ayuda, y mucho, a que la entrevista no sea aburrida. A todos nos encanta oír hablar a alguien con entusiasmo, incluso cuando el tema no nos interesa a priori. Algo se despierta en nosotros que nos hace prestar atención. Los discursos planos no llegan.
8. Si la entrevista es en una publicación impresa, jamás pidas que te la pasen antes de publicarla para revisarla. Es algo que irrita a muchos periodistas que ven así agredida su libertad de expresión y profesionalidad.
Existen otros muchos consejos específicos para radio, tele o prensa que dejaremos para otro momento, pero éste puede ser un primer resumen que te permita coger las riendas de la situación y ganar confianza.
Y recuerda: los periodistas no muerden, los dentistas no son ogros y las arañas no se comen vivas a las personas. Todo son leyendas urbanas…
Cristina Ochoa