Desde hace dos años, Ochagavía cuenta con un rincón mágico que brinda experiencias únicas al paladar. Su nombre es Restaurante Tapla, y se ha convertido en el refugio perfecto para los amantes de la buena cocina, pues conquista a comensales de aquí y de allá desde el primer bocado. Lo cierto es que todo comenzó hace unos cuantos años, con un sueño compartido…
El restaurante Tapla, ubicado en la calle Zatalarrañas, suma diez profesionales en plantilla.
Los veranos de Rubén Carmona transcurrieron en Ochagavía, rodeado de calles empedradas y paisajes de ensueño. Cuando conoció a su mujer, Edurne Iturri, tanteó la posibilidad de poner en marcha un proyecto conjunto enfocado en la hostelería e instalarse allí. Y ambos se pusieron manos a la obra. Ella trabajaba como educadora infantil, y él como arquitecto técnico. Juntos decidieron combinar sus habilidades y pasiones para crear un espacio único. «Era una apuesta arriesgada, pero decimos hacerlo. Buscamos un terreno y construimos un edificio para habilitar un hotel, un restaurante y un bar», relata Rubén, de 38 años.
Además de carta, el restaurante posee un original ‘Menú de la tierra’, que se modifica cada cierto tiempo.
UNA EXPERIENCIA GASTRONÓMICA ESPECIAL
Tapla es el restaurante del Hotel Silken Puerta de Irati, ubicado en la calle Zatalarrañas, y ofrece tanto carta como una experiencia gastronómica especial, denominada ‘Menú de la tierra’. En concreto, este incluye un aperitivo, dos entrantes, carne o pescado y postre. «Por ejemplo, ahora tenemos espárragos de Navarra con anchoa, borrajas con almejas y cococha de bacalao, ternera de cordero asado y cuajada con leche de oveja. Pasados unos días, cambiamos el menú. Ese es nuestro funcionamiento, con productos que funcionan bien y que nos hacen sentir en casa», explica Rubén segundos antes de recalcar que, además, la carta posee productos tan emblemáticos como la chistorra o los pimientos del piquillo.
El establecimiento, abierto de lunes a domingo, atiende a diario a entre 70 y 80 comensales.
Con diez profesionales en plantilla, el establecimiento atiende a diario a entre 70 y 80 comensales. Cifra que se amplía en diferentes eventos, en los que la cifra ha alcanzado los 170. «Abrimos de lunes a domingo y acuden todo tipo de clientes. Tanto huéspedes que se alojan en el hotel, como turistas que están de paso o vecinos que desean celebrar algún acontecimiento especial», apunta Rubén para acto seguido añadir que, en total, se han celebrado cuatro bodas en el local y hay otras tres previstas que se festejarán a lo largo de este año.
Conoce el local en https://restaurantetapla.com/
Para materializar su sueño, los propietarios de Tapla contaron con el apoyo de Grupo Jacar, una empresa familiar navarra especializada en la construcción y la rehabilitación de fachadas. «Llevábamos mucho tiempo con este proyecto en la cabeza. Comenzamos desde cero las obras del edificio y, en 2022, nos mudamos de Burlada a Ochagavía con una ilusión muy grande», apostilla.
En total, se han celebrado cuatro bodas en el local y hay otras tres previstas a lo largo de este año.
En concreto, el restaurante toma su nombre de una formación montañosa cercana que da acceso a la Selva de Irati, moldeada por el agua, la roca y el viento. Se trata de un paraje que, como la cocina de Tapla, supone todo un viaje gastronómico, que acaricia desde los sabores de siempre hasta una cima de matices sorprendentes. «Si vas desde Ochagavía a la Selva de Irati, pasarás por un puerto llamado Alto de Tapla. Nos pareció bonito bautizar así a nuestro proyecto».
