El ‘Teaming’ es un proyecto de solidaridad en equipo que consiste en agrupar microdonaciones que realizan los empleados de una empresa, en este caso, Cinfa. Las personas que lo desean aportan un euro de su nómina mensual, que se destina a un proyecto concreto y tangible elegido por los mismos trabajadores. La empresa colabora duplicando la cantidad.
Durante los primeros meses de 2018, Cinfa ha entregado una nueva ayuda reunida por el ‘Teaming’ a cuatro proyectos sociales, que completan la sexta edición de esta filosofía de microdonaciones que desde 2012 se lleva a cabo en el laboratorio. Quienes han recibido en cada caso los 3.500 euros reunidos por los trabajadores, junto con la propia empresa, son:
- Programa de Terapia con animales: ‘Cuatro patas, mil sonrisas’
- Una asociación de personas con discapacidad
- Asociación Síndrome de Down de Navarra
- Una niña con una enfermedad neurodegenerativa
Con estas iniciativas, son ya 40 las personas o asociaciones con las que Cinfa ha colaborado, sumando más de 140.000 euros donados en estos 6 años de andadura con el ‘Teaming’.
CUATRO PATAS, MIL SONRISAS
En el programa ‘Cuatro Patas, mil sonrisas‘ se unen la atención a menores de 0 a 16 años que presentan dificultades en su desarrollo con la Terapia Asistida con Animales (TAA). Llevada a cabo por la asociación navarra ‘Biak Bat’, una de sus psicólogas, Josune Azpiroz, explica que “realizamos sesiones individuales en las que buscamos favorecer el desarrollo de los niños a través del juego y del vínculo que surge con el animal. Consensuamos previamente con las familias los objetivos que queremos abordar con cada niño, que van desde mejorar el lenguaje, la psicomotricidad o las habilidades sociales”.
En cada sesión, intervienen, además de un perro o un gato, dos profesionales de ‘Biak Bat’, por lo que no es un tipo de actividad asequible económicamente para todas las familias. Pero gracias al ‘Teaming’, se ha podido dar continuidad a la actividad de varios niños usuarios del programa. Por eso, el agradecimiento llega por ambas partes, desde ‘Biak Bat’, que mantiene su proyecto, y también en palabras de Lucía Seminario, trabajadora de Cinfa e impulsora de esta candidatura. Como madre de Aitor, un niño con Síndrome de Prader Wllli que también ha recibido esta terapia, asegura que “los niños la viven como algo lúdico, lo que tiene mucho valor, porque su vida cotidiana supone un esfuerzo extra para alcanzar otras habilidades”.
LEUCODISTROFIA, CASO ÚNICO EN NAVARRA
Haizea es una niña de 7 años con Leucodistrofia. La travesía de sus padres hasta conocer este complicado nombre, que la convierte en un caso único en Navarra, ha sido larga y llena de trabas, como cuenta su madre, Janett. “Cuando tenía menos de un año, vimos que no hacía las cosas que suelen hacer los bebés a esa edad y ahí comenzó nuestra pelea: entre pediatras que nos ignoraron, numerosas pruebas, segundas opiniones y mucho insistir, conseguimos saber que padece una enfermedad neurodegenerativa que no se cura; el peor diagnóstico para unos padres”, expresa.
Para intentar mejorar su movilidad y que no pierda la que ya tiene, Haizea ha pasado en cuatro años por varias operaciones muy complicadas: de cadera, de pies, de alargamiento de tendones… La pequeña nunca había podido estar de pie, pero lo ha conseguido hace poco gracias a esas intervenciones y a un tratamiento de neurorehabilitación que comenzó en una clínica privada, junto a las terapias que sus padres se esfuerzan por ofrecerle.
Los 3.500 euros reunidos por los trabajadores de Cinfa se han invertido en cubrir durante un tiempo los tratamientos para la niña. “Ha sido un desahogo recibir esta donación, porque ella necesita muchísimas cosas que nosotros solos no podemos ofrecerle. Nuestro agradecimiento es difícil de explicar, pero lo valoramos muchísimo, porque tampoco ha sido fácil tomar la decisión de dar a conocer el caso de Haizea”, termina Janett.
CAPACITACIÓN LABORAL Y MÁS MOVILIDAD
“Aprendemos haciendo, no mirando”, el programa de prácticas no laborales en empresa ordinaria de la Asociación Síndrome de Down de Navarra, también ha recibido el apoyo del ‘Teaming’ para seguir permitiendo que jóvenes puedan acceder a este recurso de capacitación laboral, como ya hicieron 27 de ellos en 2017. Araceli Echaide, directora del Servicio de Promoción de la Autonomía Personal (Itaca- SEPAP) de la asociación, en el que se enmarca dicho programa de prácticas, resume su funcionamiento: “Tenemos convenios con entidades y empresas a las que ofrecemos diferentes perfiles profesionales (administración, mantenimiento, restauración…) que previamente hemos analizado según las capacidades de nuestros socios. Llegamos a un acuerdo entre todos para ajustar el horario, las funciones y la duración de las prácticas -que suele ser de tres meses-. Se trata de que el joven se encuentre en una situación real de trabajo para que pueda fortalecer sus recursos personales y entrenarse en su autonomía personal”.
Esta dinámica requiere de la figura de un preparador laboral, un profesional de la asociación, que acompaña físicamente al joven con Síndrome de Down en su puesto de trabajo. “Es nuestra metodología ‘Empleo con Apoyo’ (ECA), que garantiza una integración exitosa para todas las partes, gracias a un seguimiento exhaustivo, el apoyo a la plantilla de la empresa y una valoración conjunta al final, todo ello en favor de tres objetivos: igualar las oportunidades de los chicos y chicas con Síndrome de Down con las de otros jóvenes, sensibilizar a las empresas y a toda la sociedad y conseguir la inclusión social”, apunta.
ZANCADAS SOBRE RUEDAS
La última iniciativa que se ha abordado con el ‘Teaming’ tiene muchos protagonistas: las casi 40 personas de Astus (Asociación Tutelar de las Personas con Discapacidad) que han disfrutado de una carrera, una salida al monte o un paseo por Cartagena, su ciudad. Han podido hacerlo gracias al programa ‘Zancadas sobre ruedas‘ por la que adquirir una silla todoterreno Joëlette diseñada para el desplazamiento de personas con movilidad reducida por cualquier tipo de terreno, incluso de montaña.
“Los usuarios de Astus son, en su mayoría, personas con discapacidad intelectual y/o parálisis cerebral cuya movilidad es reducida y no se imaginaban la posibilidad de acceder a este tipo de actividades al aire libre”, indica Juan Ernesto.
700 trabajadores de Cinfa continúan reuniendo donaciones para, durante 2018, abordar los 10 proyectos que acaban de seleccionar.
Al contar con un nutrido grupo de voluntarios, también aficionados al running y dispuestos a llevar la silla, la mecha de la ilusión ante esa oportunidad se prendió rápidamente en todos los niveles de la entidad. “Nos movimos mucho para conseguir financiación y gracias al ‘Teaming’ pudimos comprar la silla. Recibimos una formación para su correcto uso y a principios de año comenzamos con las salidas en grupo. Desde entonces, habremos realizado unas 80, entre carreras, talleres, paseos… Recuerdo especialmente a una niña de 13 años que, por primera vez, pudo acompañar a sus amigos de clase en una excursión escolar; o a otra chica joven a quien su médico redujo la medicación a las 3 semanas de empezar a salir con la silla”, cuenta Juan Ernesto.