El café puede ser un gran aliado si se consume en el momento adecuado del día, ya que su contenido de cafeína afecta los niveles de energía y concentración. Por eso, aquí te dejamos algunas sugerencias de qué tipo de café podrías tomar según la hora del día:
1. MAÑANA (7:00 – 10:00 a.m.)
- Café filtrado o americano: Ideal para empezar el día. Este tipo de café tiene un contenido de cafeína moderado, perfecto para activarte sin sobrecargar tu sistema nervioso.
- Café con leche: Si prefieres algo más suave, puedes optar por un café con leche, que combina una cantidad equilibrada de cafeína con la cremosidad de la leche.
2. MEDIA MAÑANA (10:00 – 12:00 p.m.)
- Espresso: Si ya llevas unas horas despierto y necesitas un “boost” rápido, un espresso puede darte esa dosis concentrada de cafeína sin ser demasiado pesado.
- Café cortado: Una opción intermedia entre el espresso y el café con leche, ya que incluye una pequeña cantidad de leche.
3. DESPUÉS DEL ALMUERZO (1:00 – 3:00 p.m.)
- Macchiato o cortado: Después de comer, es habitual sentirse un poco somnoliento, y una pequeña dosis de cafeína puede ayudarte a mantenerte despierto sin interferir con el sueño más tarde.
- Café descafeinado: Si eres sensible a la cafeína por la tarde, puedes optar por una versión descafeinada para disfrutar del sabor sin los efectos estimulantes fuertes.
4. TARDE (3:00 – 5:00 p.m.)
- Café suave o con leche: A esta hora, si aún necesitas un impulso de energía, puedes optar por algo suave, como un café latte o un café con leche. Evita los cafés muy concentrados, ya que la cafeína tarda unas cuatro o seis horas en salir del sistema y puede afectar tu sueño.
- Café frío: Si hace calor o prefieres algo refrescante, un café frío (como un cold brew) puede ser una opción adecuada, con menos impacto en el sueño nocturno si lo consumes en pequeñas cantidades.
5. NOCHE (Después de las 6:00 p.m.)
- Café descafeinado o tisanas de café: Por la noche, lo mejor es evitar la cafeína para no interferir con el sueño. Un café descafeinado o incluso una tisana de café (infusión con sabor a café pero sin cafeína) es ideal para aquellos que disfrutan del sabor sin los efectos estimulantes.
Es importante considerar tu sensibilidad a la cafeína y ajustar las cantidades a lo que te funcione mejor, pero en general, respetar estos momentos puede ayudarte a maximizar los beneficios del café sin alterar tu ritmo natural de energía durante el día.
¿Y qué tal un buen capuccino? Lo cierto es que es una excelente opción, pero es importante elegir el momento adecuado para disfrutarlo. Aquí te explicamos cuándo es ideal tomar un cappuccino:
1. MAÑANA (7:00 – 10:00 a.m.)
El cappuccino es perfecto para las primeras horas del día. En Italia, por ejemplo, es muy común tomarlo en el desayuno, ya que combina espresso, leche vaporizada y espuma, lo que lo hace suave y cremoso, pero con suficiente cafeína para empezar el día con energía. Es muy recomendable para el desayuno, ya que la leche que contiene lo hace más saciante y suave que un espresso puro, por lo que se combina muy bien con un desayuno ligero o incluso una pieza de pan o croissant.
2. MEDIA MAÑANA (10:00 – 12:00 p.m.)
Todavía puedes disfrutar de un cappuccino a media mañana, especialmente si no lo tomaste en el desayuno. Es una buena opción para hacer una pausa y mantener un nivel de energía estable sin ser demasiado fuerte.
3. POR LA TARDE
Es recomendable evitarlo, sobre todo después de las 12:00 p.m. En muchos países europeos, como Italia, no es común tomar cappuccino después del mediodía, principalmente porque contiene bastante leche. Se considera más pesado para la digestión, especialmente después del almuerzo. Además, en la tarde podría interferir con el sueño, en caso de que seas sensible a la cafeína. Si tienes ganas de algo similar, podrías optar por un macchiato o un café con leche más ligero.