viernes, 26 abril 2024

Una carrera de 20 años

Begoña Echeverría, directora del centro Médico Estético Belar celebra dos décadas dedicadas a su pasión, el mundo de la belleza


Pamplona - 27 mayo, 2017 - 05:59

“He formado parte de la vida de muchas clientas-amigas. He vivido con ellas su primer trabajo y me he ilusionado con ello, he vivido cada detalle de su boda, mirando al cielo para que no lloviese. He compartido sus bodas, embarazos,  una mala noche que compensaban con un masaje; He vivido grandes alegrías y también tristezas. Belar siempre ha sido un refugio, un lugar para relajarse y liberarse de todo…”,  así habla en su pequeño relato autobiográfico Begoña Echeverría, directora del centro Médico Estético Belar que ha escrito enmarcado dentro de los actos preparados para celebrar su 20 aniversario.

“De pequeña los regalos de Reyes siempre estaban relacionados con la estética. El Maletín de la señorita Pepis, lleno de paletas de colores, sombras, lápices labiales y esmaltes de uñas, es uno de los mejores recuerdos que conservo de cuando apenas tenía ocho años”. Era su sueño desde muy pequeña, y ese futuro no sólo llegó, sino que además, Begoña Echeverría ha conseguido hacerse su propia imagen y con éxito dentro del mundo de la belleza y la estética con la creación de su Centro Médico Estético Belar e incluso ha creado el primer grupo de Runners femenino de Navarra.

Begoña ha celebrado este importante aniversario con un cóctel en el Museo de la UN. “Quería combinar el arte con la belleza y compartirlo con las personas que han contribuido a que Belar haya cumplido 20 años de éxito

Para festejar este importante aniversario, Begoña ha celebrado un cóctel en la terraza del restaurante del Museo de la Universidad de Navarra. “Quería combinar el arte con la belleza y compartirlo con las personas que han contribuido a que Belar haya cumplido 20 años de éxito, de trabajo, de esfuerzo y de pasión por el mundo de la estética y la belleza”.

PIONERA EN EL MUNDO DE LA ESTÉTICA

Begoña estudió Peluquería y Estética en el Instituto Ibaialde de Burlada y se formó en quiromasaje y masaje deportivo. “Durante años me seguí integrando en el universo de la cosmética avanzada y en las diferentes marcas de lujo. Asistí a infinidad de cursos, muchos de ellos impartidos por personajes ilustres en el mundo de la belleza. Años más tarde me especialicé en estética antienvejecimiento en la Maison de Beauté de París. En mi compromiso con el bienestar me especialicé también en Estética Oncológica en la Clínica Planas de Barcelona”, recoge en su pequeña biografía.

belar-20-años-12Antes de abrir su propio centro, trabajó en Simone Mahler, uno de los mejores salones de belleza de Pamplona hasta su cierre, momento en el que Begoña decide crear su propio negocio. Fue en 1997 cuando abren BELAR: una mezcla de los nombres de las dos propietarias, BEgoña y piLAR (Pilar Gorría que fue su socia durante 11 años).

“La verdad, no sé cómo pudimos apañarnos para colocar tantas cabinas con la aparatología de aquella época en tan poco espacio. Aunque en aquellos años, todo sea dicho, había pocas máquinas y casi todo se hacía manual. Recuerdo que los masajes de una hora era el servicio más demandado, junto con la depilación de cera tibia. Las ganas de trabajar a los 27 años, la ilusión por cuidar la piel con mimo y con los mejores avances era, sin duda, lo que nos mantenía con fuerza para seguir innovando en este campo”, recuerda Begoña.

Siempre a la vanguardia, la innovación ha sido la constante en Begoña Echeverría, de ahí que se le considere una pionera en su sector puesto que entre otras cosas por ejemplo, fue la primera en traer a Pamplona el solárium vertical. Siempre ha apostado por la cosmética de lujo, firmas especializadas en el retraso del envejecimiento, que dedicaban sus beneficios a la investigación, y que dieran siempre garantías de alta calidad. “Nos costó una barbaridad traer una firma de cosmética de lujo y, sobre todo, nos costó mucho convencer a Carita, una de las más importantes del mundo”.

Siempre a la vanguardia, la innovación ha sido la constante en Begoña Echeverría, de ahí que se le considere una pionera en su sector.

En el XII Premio Nacional Joven Empresario 2010 Begoña pudo conversar con la entonces Princesa de Asturias, hoy Reina de España, Letizia Ortiz, quien se preocupó por su labor profesional y le trasladó su interés por la belleza.

En estos 20 años el mundo de la estética ha cambiado mucho. “Cuando yo comencé, los clientes eran principalmente personas que se cuidaban y tenían un alto poder adquisitivo. Los principales servicios que se ofrecían se centraban en masajes y depilaciones a la cera. El resto, acudía para celebraciones especiales o para prepararse para la etapa veraniega. Ahora sin embargo, hay mayor investigación en productos de alta calidad y se utiliza aparatología”, explica Begoña.

EL RUNNIG EN SU VIDA

Con la crisis en 2008 y la salida de su socia del centro de belleza, Begoña se dedica ella sola al negocio y encuentra en el running una vía de escape para liberarse de las horas de trabajo. Era un deporte que le brindaba la posibilidad de hacer ejercicio sin la rigidez de horarios, y en el que solo dependía de sí misma. “Era un ejercicio que me aportaba libertad, momentos de soledad, liberación mental, satisfacción personal y una sonrisa al finalizar. Sin pretenderlo, había encontrado una nueva pasión que cambió mi vida para siempre”.

En 2015 el trabajo en Belar empezó a subir y había que continuar incorporando novedades. Seguía necesitando canalizar toda esa energía que me genera Belar, y lo hice dedicada en cuerpo y alma al running”. Así que hace dos años creó un grupo de Facebook para correr junto a otras mujeres. Una iniciativa para fomentar el deporte femenino, sin más pretensiones, y que poco a poco ha ido creciendo hasta llegar a más de 750 seguidoras. En ese momento nació el Club de Mujeres que Corren en Pamplona – Running Women, ahora ya convertido en un Club Deportivo con el que organizan cada año la Carrera de las Mujeres.

A Begoña, estos 20 años no le han restado ni un ápice de ilusión. Mantiene la energía y pasión por su trabajo, por la belleza, la estética y la salud desde aquellos años en los que abría el maletín de la señorita Peppis y engañaba a su hermana para que se dejara maquillar.


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