La sede del CNTA, en San Adrián, acogió a una delegación de la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Senado de España para contrastar con los técnicos del citado centro tecnológico su visión sobre el desperdicio alimentario, sus principales causas y como evitarlo.
Se calcula que aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen en el mundo se desperdician. Concretamente, según los datos ofrecidos por el informe Fusions´2016, en la Unión Europea se desperdician anualmente 88 millones de toneladas, que tienen un coste asociado de 143 billones de euros. España es el séptimo país que más desperdicia de Europa y, según un informe de MAPAMA del tercer trimestre de 2015, España desperdicia 7,7 millones de toneladas de alimentos en un año.
España es el país que más desperdicia alimentos de Europa: 7,7 millones de toneladas anuales frente a los 88 registrados en el resto del Continente.
El grupo estaba formado por los senadores del Grupo Parlamentario Popular: Diego Sánchez y Blanca Azucena; los senadores del Grupo Parlamentario Socialista: Jesús Manuel Alonso y Guillermo José del Corral, así como José María Cazalis, del Grupo Parlamentario Vasco, además estuvieron acompañados por Luis Molina, Letrado de las Cortes Generales, y Rosa Orozco, responsable de Área de la Dirección de Relaciones Institucionales del Senado.
Fueron recibidos por el Director General de CNTA, Héctor Barbarin, y por la Directora de I+D+i Inés Echeverría quienes realizaron una presentación del centro. Durante la reunión se vieron una serie de posibles acciones orientadas a reducir el desperdicio alimentario.
Se habló de la importancia que tienen los tratamientos de conservación que la industria aplica a los alimentos. Elegir para cada producto el tratamiento de conservación más adecuado hace que éste llegue al consumidor con los máximos nutrientes y características sensoriales posibles, además de gozar de una vida útil prolongada que facilita su consumo y previene su desperdicio.
INFORMACIÓN PARA EL CONSUMIDOR
También se habló de la necesidad de concienciar a los consumidores de la diferencia que hay entre “fecha de caducidad” y “fecha de consumo preferente” en el etiquetado de los alimentos. A este respecto, desde CNTA aclaran que la fecha de caducidad aplica únicamente a productos perecederos, microbiológicamente sensibles, que, una vez superada la fecha señalada, el alimento no se considera seguro.
Una buena medida para evitar el desperdicio sería concienciar al consumidor de la diferencia entre ‘fecha de caducidad’ y de ‘consumo preferente’.
Estas fechas vienen expresadas en día, mes y año, y afecta principalmente a productos que se encuentran en el supermercado en el lineal de fío. Por ejemplo: jamón cocido, gulas, productos pasteurizados, como la nata, etc. La fecha de consumo preferente viene representada por mes y año, y no hace referencia a un día concreto.
Una vez pasada esta fecha el alimento puede haber perdido nutrientes y han podido alterarse sus características sensoriales como color, olor, texturas… pero su consumo no supone un riesgo. Algunos de estos alimentos son, por ejemplo: conservas, huevos, jamón serrano, etc.
Finalizada la reunión, los visitantes conocieron las instalaciones de CNTA y algunos de los servicios y proyectos que se están llevando a cabo de mano de la la Directora de I+D+i y por Javier Ignacio Jaúregui, director de Servicios Tecnológicos del centro.
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