La empresa navarra Viveros Villanueva, que “produce y distribuye plantas de viña por toda Europa, hace años que trabaja con el sector vitivinícola de Baleares, sobre todo con variedades autóctonas; y ahora hemos conseguido que se traslade a la isla para salvar las plantas de este año”, explicó el Gobierno Balear en un comunicado.
Todos los años, la compañía navarra traslada el material vegetal de Baleares a sus instalaciones en Larraga para injertarlo y procesarlo; pero este año, debido a las medidas fitosanitarias cautelares por la plaga de ‘Xylella fastidiosa’, ha optado por instalarse en Mallorca, alquilando almacenes y terreno, además de contratando nuevo personal: “No fue una decisión fácil, porque siempre hemos trabajado desde nuestras instalaciones en Larraga y trasladarnos suponía un desembolso importante, tanto de personal como de maquinaria. Sin embargo, no podíamos permitir que clientes de tantos años perdieran la temporada debido a una enfermedad que ha llegado desde Italia y que le podía haber tocado también a la península”. explica a Navarra Capital Víctor Villanueva, gerente de Viveros Villanueva.
PROYECTO DE MESES
Es la primera vez en cinco generaciones de existencia que la compañía traslada sus plantas de producción fuera de Navarra: “Unas veces por unos y otras por otros, había que hacer el esfuerzo de trabajar con Mallorca y estamos encantados porque todo está saliendo bien, tanto para nuestros clientes de la Isla, como para nosotros, que estamos viviendo una experiencia nueva, positiva y, por supuesto, beneficiosa”. También es la primera vez que los bodegueros baleares realizan los injertos de vid en la Isla.
El jefe del Servicio de Agricultura de la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Andreu Joan, explicaba a los medios y agencias de comunicación baleares que “con esta medida excepcional, como no se puede sacar el material vegetal hacia Navarra, todo se producirá aquí (en Baleares) y se salvarán los viñedos mallorquines“. La empresa vitivinícola foral ha decidido instalar campos de multiplicación de viña en dos zonas de la isla (Felanitx y Manacor) y, desde el 21 de febrero, un equipo de unas treinta personas de Villanueva trabaja para llevar a cabo la tarea de los injertos en las instalaciones de la bodega de Biniagual, precisamente, la gerente de la bodega, Charlotte Miller, destacaba a los medios que es “una suerte” que los navarros se hayan trasladado a la isla: “Dependemos de alguien que haga el trabajo y, ahora que no se puede exportar, nos habríamos quedado de brazos cruzados”.
Este mes de marzo se acabará el proceso del injerto, después se tiene que estratificar (unir las dos plantas, la variedad con el patrón) y, finalmente, plantarlo en el campo. En total, se han producido trescientas cincuenta mil plantas que ya están destinadas a la vendimia de 2018.
LLEGADA DE XYLELLA FASTIDIOSA
La firma navarra es la principal empresa a nivel nacional en la producción y comercialización vitivinícola y un socio preferente del sector en Baleares por su interés en variedades autóctonas mallorquinas como callet, manto negro, moll, giró ros y gorgollassa. Hasta hace unos meses, responsables de los viveros acudían a la isla en busca de mudas de estas variedades. Posteriormente, las trasladaban a Navarra, donde realizaban los injertos en las plantas que, por último y de vuelta a Mallorca, ofrecían a los viticultores locales. Estos son en última instancia los que se ocupan del cuidado de las viñas y de la extracción del vino.
La llegada de la Xylella fastidiosa lo ha cambiado todo. La propagación de la bacteria, conocida popularmente como el ébola de los olivos, llevó al Ministerio de Agricultura y Pesca a prohibir la exportación de material vegetal de las Islas mediante una resolución de finales del pasado mes de enero. Una medida fitosanitaria obligada para contener el avance de la plaga. En ese momento, los directivos de la empresa navarra decidieron que la solución pasaba por “llevar la montaña hasta Mahoma”. Así, los nuevos campos de multiplicación de viña instalados en Felanitx y Manacor dibujan un remedio rentable a lo que en principio parecía un callejón sin salida.
Según el jefe de Servicio de Agricultura: “si estos viveros no hubieran optado por venirse a la isla, la única solución habría pasado porque el payés hubiera plantado el pie y lo hubiera injertado directamente, pero eso habría comportado un año de pérdida ya que el proceso de criar una planta dura unos 18 meses”. La solución finalmente adoptada, el traslado de los campos de multiplicación de viña navarra a Mallorca, “es una solución rápida, eficaz y muy buena para el sector”, subraya Andreu Joan. En el mismo sentido se explica el gerente de Viveros Villanueva: “Antes, recogíamos en Mallorca las yemas, las traíamos a Navarra y, en un año, se llevaba allí la planta. Esta vez, nosotros somos quienes estamos continuamente viajando a la isla para controlar el proceso de la planta en los campos baleares; que por cierto, van evolucionando muy bien”.
El cambio de la mecánica de trabajo ha conllevado el traslado de 19 trabajadores a las nuevas instalaciones mallorquinas; además, han contratado a trabajadores de la isla que, en estos momentos ya dedican su tiempo a perfeccionar lo que será el viñedo de 2018. En todo caso, Villanueva resalta lo curioso de la situación para la empresa, cuyo origen estuvo ligado al de otra plaga, la de la filoxera de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. “Yo pertenezco a la quinta generación de esta empresa que surgió a raíz de otra plaga que afectó a la planta, la filoxera. No obstante, es la primera vez en la historia que nos vamos a producir fuera”, asegura.
FOTOGRAFÍAS cedidas por Viveros Villanueva.