La historia de Aitziber Sanz demuestra la validez de la conocida como ‘teoría de los puntos’ que el malogrado Steve Jobs reumió billantemente de este modo: “desde la perspectiva del destino está claro que, estemos donde estemos, hoy es la consecuencia de que cada cosa que ha pasado en nuestra vida nos ha traido hasta el momento en el que estamos”.
Trasladado a la figura que nos ocupa, si justo en este momento podemos decir de nuestra protagonista que es una de las sastras con uno de los currículos más completos dentro del panorama artístico nacional, se debe a todo el trabajo, toda la dedicación y todo el esfuerzo (muchas veces abnegado y silencioso) que ha desarrollado hasta la fecha. Alguno, como decimos, anónimo y poco conocido, como en el caso de esas pequeñas producciones catalogadas como ‘de autor’ y; otras, por el contrario, llenas de relumbrón y glamur como la que supone su participación en la próxima gira de La Fura dels Baus con la ópera “La Creación” de Haydn. Un trabajo que le llevará a poder disfrutar en primera persona de espacios como el Lincoln Center de Nueva York, “uno de los grandes templos del arte escénico en todo el mundo” o del Kursaal de San Sebastián, entre otros. Dos referencias que Aitziber Sanz afronta con una “ilusión especial” por estar ahí, ser parte de ‘la’ historia.
Ese relato que, en su caso, empieza gracias a la invisible conexión de tres puntos geográficos y culturales tan distantes como diferentes. Hablamos, en primer lugar, de Pamplona y, sobre todo, de ese barrio de La Milagrosa, su casa materna. Seguimos con Tenerife donde se tuvo que trasladar por un compromiso familiar y donde reforzó los conocimientos que ya traía. Y, por encima de todo, esa Barcelona que define como “la ciudad más innovadora en diseño”. Allí donde empezó todo y donde se ha gestado -junto con Madrid- gran parte de su aventura y de su reputación artística como sastra.
EL INICIO
Precisamente, la ciudad condal fue donde, hace 20 años, y de la mano de María Araujo, empezó su aprendizaje como ayudante para estilistas y figurinistas. Un primer paso imprescindible que completó los estudios de Artes Gráficas que había realizado anteriormente en Tenerife y con los que, en gran medida, buscaba dar respuesta a un doble objetivo. Por un lado, satisfacer su deseo por desarrollarse en “algo creativo” y, por el otro, que “ese algo” estuviera vinculado al mundo de la costura y el textil, un ámbito que le resultaba atractivo y muy conocido puesto que fue la principal dedicación de su familia paterna. Porque, tal y como ella misma nos cuenta, “conozco las máquinas de coser desde pequeña, veía como mis tias hacían arreglos en las tiendas que trabajaban, cómo conjuntaban, lo estilosas que iban siempre…”. En ese primer acercamiento también jugó un papel muy importante su padre, quien le aleccionaba sobre los tipos de tejidos primero para la realización de bolsos y, después, para fundas.
Todo eso no solo se le quedó grabado, sino que le permitió desarrollar un original gusto personal sobre el que Aitziber no ha dejado de trabajar. Porque, si por algo sobresale Aitziber es porque tiene como hábito intentar actualizarse y obtener todos los conocimientos posibles tanto para desarrollar lo mejor posible su profesión como para ofrecer las creaciones “más realistas” y que mejor se adapten a las exigencias artísticas de un desfile o del guion, ya sea para el teatro o para una producción audiovisual (cine, vídeo, corto o largometraje). Ahí, los retos son máximos puesto que no solo se trata de prendas que sufren continuos traslados en condiciones no siempre más favorables sino que, además, deben cumplir su función de ambientación y, por si fuera poco, facilitar a las actrices y actores comodidad y, ante todo, que puedan ser fáciles de poner y quitar. De ahí que, cuando no esté trabajando, nuestra protagonista siempre esté participando de cursos, encuentros y workshops que le permiten acceder a nuevas técnicas o tendencias como, por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la electrónica aplicada al vestuario, “algo a lo que estoy totalmente enganchada”, reconoce.
En todo caso, ese empeño en la formación, en conocer, en actualizarse y en buscar es lo que le ha permitido construir una trayectoria que le ha llevado a recorrer medio mundo y a encontrarse con mucha gente como, por ejemplo, el Orfeón Pamplonés, Comdiantas, La Fura dels Baus (con el que viene colaborando en los últimos 10 años) o sus trabajos en la película Baztán (la historia de los Agotes en Elizondo protagonizada por Unax Ugalde), Abracadabra (en la que trabajó con el equipo de Paco Delgado, dos veces nominado a los Oscar), la gira de Amor Brujo, El Fuego y la Palabra, los primeros meses de temporada en Barcelona de “Rouge Fantastic Love” o el estreno hace un año de “La Creación”. También cabe mencionar su participación en el rodaje de la biografía de Picasso protagonizada por Antonio Banderas. Por todo ello, concluye, “he tenido mucha suerte con quien me he encontrado” y lo que, todos los que la conocemos, sabemos que le queda porque, como dijimos al principio, en su caso la ‘teoría de los puntos’ sigue ahí… ¡Suerte Aitziber!