El Grupo Viscofán cumple este año 40 años. Fundado en 1975 en Navarra, el Grupo ha experimentado un fuerte crecimiento hasta convertirse en el líder mundial de la fabricación y comercialización de envolturas artificiales para productos cárnicos. Viscofan dispone de fábricas en 9 países y, precisamente, ese carácter internacional le ha permitido hacer frente con fuerza a los efectos de la crisis. Basta con mirar los resultados del primer trimestre de 2015, en los que Viscofan cerró con un beneficio neto de 30,4 millones de euros, un 35,8% más que el registrado en el mismo periodo del año pasado.
José Domingo de Ampuero y Osma, reelegido presidente del Grupo por el Consejo de Administración la semana pasada, apunta que “no todo el mundo está en crisis, y aunque estamos en un mundo cada vez más global, no se ha dado una crisis global porque el PIB mundial ha seguido creciendo”. El carácter internacional de la compañía les ha permitido, por tanto, continuar con el crecimiento del Grupo, apoyado en fundamentos muy sólidos: crecimiento poblacional, hábitos alimenticios y la búsqueda de productividad y nuevos productos por parte de los procesadores cárnicos.
RETOS 2015
Por eso, para Ampuero y Osma el reto en los próximos meses “es crecer, pero seguramente un reto mayor es hacerlo de manera competitiva y rentable en un mercado con grandes competidores en países desarrollados y emergentes”. Para lograrlo, asegura, la clave será “el compromiso de nuestra gente, su flexibilidad y su capacidad para mejorar el know-how”. Un equipo humano con el que Viscofan espera mantener el 15% de la cuota de mercado de envolturas, a nivel mundial.
Para el próximo 2015, Ampuero y Osma espera que sea “otro año de crecimiento para Viscofan, a tasas más normalizadas de lo que veíamos en los años precedentes, y en la que tenemos que consolidar las mejoras operativas alcanzadas en nuestro plan estratégico Be MORE”. Un plan estratégico que se sustenta en cuatro pilares fundamentales: Mercado en crecimiento, Optimización, Rentabilidad y Excelencia.
Con este comportamiento orgánico y una divisa más favorable después de la debilidad vista en 2014, el presidente de Viscofan espera “crecimientos de doble dígito en las principales magnitudes financieras de ingresos, EBITDA y Resultado neto”.
INNOVACIÓN
Conscientes de la competencia mundial que existe en el sector industrial, el Grupo Viscofan apuesta por ser líder en tres aspectos clave: servicios, tecnología y coste. Los productos comercializados por Visofan se caracterizan, asegura Ampuero de Osma, por la “sencillez de uso y apariencia, que contrasta con el elevado componente tecnológico que reside en el proceso productivo, y que sólo ha desarrollado un reducido número de empresas a nivel mundial”.
Ejemplo de ello son las más de 10.000 referencias que la compañía ha vendido en 2014. Cifras que demuestran que la innovación es otro factor clave y una forma de hacer las cosas en Viscofan. “Nuestros clientes son cada vez más exigentes en términos de calidad y productividad y es nuestra obligación estar constantemente ofreciéndoles lo mejor”.
Para ello, el Grupo colabora con instituciones o centros de investigación, tanto de naturaleza pública como privada, en España, Estados Unidos, Alemania y China. Procesos de innovación que, en el caso de Viscofan, viene liderada por los centros de excelencia que tiene en Cáseda (Navarra) y en Weinheim (Alemania). Ambas fábricas “son la referencia y el impulso tecnológico para el resto de empresas del Grupo”, afirma su presidente.
INTERNACIONALIZACIÓN
La internacionalización es otro de las señas de identidad del Grupo. Presente en más de 100 países, Ampuero de Osma es partidario de buscar el equilibrio entre presencia local y rentabilidad. “Nosotros siempre vamos donde nos lo pida el mercado, pero si tuviéramos plantas en todos los países, Viscofan no sería un líder rentable”. Por eso, se tienen que dar las condiciones como las que se han dado, por ejemplo, en China. Primero, explica, tiene que haber mercado, “porque la inversión de una planta tiene que estar respaldada por volúmenes”, pero también una mano de obra competitiva, que permita desarrollar un trabajo que requiere unas capacidades determinadas y “donde podamos atraer talento para desarrollar la tecnología”.
Esa es la razón por la que Viscofan no tiene un planteamiento prefijado en términos de país o de cuándo toca hacer la próxima inversión. Cualquier alternativa es válida, siempre que venga acompañado de los requisitos de mercado y competitividad.