En marzo de 2020, justo un día antes de que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia del Covid-19, la Comisión Europea presentó la Estrategia Industrial de la Unión Europea. Esta transformación industrial era y es necesaria para mejorar la competitividad, contener la pérdida de soberanía tecnológica y asegurar la supervivencia del tejido industrial.
Sin embargo, la nueva perspectiva postCovid nos obliga a revisar algunas estrategias como esta. Por ello, acorde a esta nueva realidad, se presentó el pasado 5 de mayo la ‘Actualización de la nueva estrategia industrial de 2020: reforzar el mercado único para la recuperación de Europa’.
Esta actualización tiene como objetivo principal responder a las lecciones aprendidas de la crisis para impulsar la recuperación de Europa a la vez que reforzamos nuestra autonomía estratégica, cuestión nada sencilla en estos tiempos. Por ejemplo, durante los primeros meses de la crisis, tuvimos que lidiar con la imposibilidad de adquirir material médico para hospitales, la falta de mascarillas o que profesionales de la salud estuviesen más expuestos al contagio por falta de los medios necesarios.
Todos los países se vieron afectados y la economía de la UE retrocedió un 6,3 %. En el caso de España, según el Índice de Producción Industrial publicado por el Instituto Nacional de Estadística, se cerró el año pasado con un retroceso del 9,4 % en la actividad industrial, el mayor descenso experimentado desde el año 2009.
Para abordar estos problemas, se han creado tres líneas de actuación.
En primer lugar, reforzar la resiliencia del mercado único llevando a cabo una evaluación profunda sobre qué aspectos o ámbitos han sufrido más durante la pandemia y proponer así medidas específicas que refuercen su funcionamiento. Entre ellas, se puede destacar la creación de un Instrumento de Emergencia del Mercado Único para garantizar la libre circulación de personas, bienes y servicios en caso de crisis futuras.
Además, dado que el 60 % de las pymes declararon una disminución de su volumen de trabajo en 2020 y que se espera que los problemas de insolvencia continúen, la Comisión está trabajando en crear un capital específico de inversiones de apoyo para pymes bajo el marco de InvestEU, que apoyará su recuperación, ayudará a que cumplan con las prioridades europeas a largo plazo y dará soluciones ante problemas de insolvencia o retrasos en los pagos. Se estima que se podrán activar alrededor de 45.000 millones de euros para finales de 2030 y también se facilitará un intercambio de buenas prácticas sobre medidas e incentivos adoptados por varios Estados miembros.
“Es importante mantener los corredores verdes para garantizar el flujo comercial dentro del mercado interior y poder abastecer sin interrupciones”.
Cabe destacar el establecimiento de los denominados corredores verdes como una buena respuesta de la UE para mantener el flujo comercial dentro del mercado interior y para poder abastecer sin interrupciones cuando se complica el funcionamiento en las cadenas de suministro. Es importante mantenerlos, ya que ayudan a dar una respuesta coordinada y proporcionada a nivel europeo en situaciones de crisis.
Para lidiar con estas dependencias de terceros países como China, Vietnam o EEUU, la Comisión Europea ha llevado a cabo un análisis exhaustivo (seis estudios sobre materias primas, baterías, ingredientes farmacéuticos activos, hidrógeno, los semiconductores y las tecnologías de computación en nube y de vanguardia), que analiza las debilidades en cada sector para luego proponer medidas específicas que ayuden a reducirlas.
También se ha anunciado que se creará una nueva oficina relacionada con la capacidad estratégica de la UE, que se pondrán en marcha alianzas industriales con terceros países en ámbitos estratégicos y que se invertirá en la mejora de las capacidades, formación y el reciclaje profesional.
Por último, se trabajará en acelerar la doble transición verde y digital para alcanzar los objetivos de la Década Digital de Europa y el objetivo de reducir en un 55 % nuestras emisiones de gases efecto invernadero. Debemos trabajar intensamente para lograr estas ambiciosas metas para 2030 y, con ese fin, se crearán itinerarios conjuntos para la transición o planes de acción en los que colaborarán tanto la industria como las autoridades públicas, los interlocutores sociales y más partes interesadas.
“En el caso de España, estamos ante una gran oportunidad para transformar nuestro tejido industrial”.
Del mismo modo, se diseñará un marco regulador para asesorar a las pymes en materia de sostenibilidad, modelos de negocio u opciones de capacitación y reciclaje profesional. No debemos olvidar que los fondos europeos serán la gran palanca para poner en funcionamiento esta Estrategia Industrial europea. En el caso de España, estamos ante una gran oportunidad para transformar nuestro tejido industrial, dado que los 19.000 millones de euros que se espera lleguen al país a lo largo de 2021 deben asociarse a proyectos concretos y estos fomentarán la digitalización y sostenibilidad de la industria en múltiples áreas.
El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ya ha confirmado que ha recibido más de 750 solicitudes que abarcan sectores como el agroalimentario, la automoción, el turismo, la economía circular, el naval o la aeronáutica, lo que podría movilizar una inversión público-privada en torno a 30.000 millones de euros. En resumen, la nueva Estrategia Industrial para la UE quiere posicionar la industria de Europa en el centro de los esfuerzos para mejorar nuestra competitividad internacional.
Adriana Maldonado
Eurodiputada socialista