martes, 19 marzo 2024

Alex Katz conquista el Thyssen a sus 94 años

Este artista es una de las principales figuras de la historia del arte americano en el siglo XX. Por primera vez, sus característicos retratos, envolventes paisajes y particulares flores aterrizan en España. De hecho, ya se pueden disfrutar expuestos en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. La galería madrileña alberga una colección compuesta por un total de 35 óleos que permiten realizar un completo recorrido por la carrera de Katz. Se podrá disfrutar hasta el 11 de septiembre.


Pamplona - 13 agosto, 2022 - 00:08

La obra del pintor estadounidense persigue la verdad que reside en la superficie. (Foto: cedida)

El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza presenta por primera vez en España una retrospectiva del pintor norteamericano Alex Katz.(Nueva York, 1927), Es una de las principales figuras de la historia del arte americano del siglo XX y, a sus 94 años, todavía sigue en activo.

La exposición está comisariada por Guillermo Solana, director artístico del museo, y cuenta con el apoyo del propio artista, que ha seguido en detalle el desarrollo del proyecto. Se han logrado reunir 35 óleos de gran formato, acompañados de algunos estudios, que permiten realizar un completo recorrido por los temas habituales de Katz: sus retratos individuales, múltiples y de grupo, alternados con sus reconocibles flores y envolventes paisajes de vivos colores y fondos planos.

La muestra, que cuenta con la colaboración de la Comunidad de Madrid, y de Las Rozas Village para la visita virtual, presenta las obras cronológicamente y cubre casi seis décadas de su trabajo, desde 1959 hasta 2018, revelando la renovación constante a la que el artista se ha sometido a lo largo de su carrera, en la que ha recurrido siempre a los mismos temas, pero sin dejar de introducir nuevas perspectivas.

Durante la exposición, que permanecerá instalada en la capital hasta el próximo 11 de septiembre, entre los diferentes estilos por los que ha transitado el artista también se recoge el cutouts. Una curiosa técnica en la que se presentan 17 cabezas pintadas sobre una mesa. Katz la comenzó a desarrollar esta práctica en 1959 casi de manera fortuita. A través de esta, otorga cierta tridimensionalidad a la pintura.

UN RECORRIDO POR LA VIDA DEL ARTISTA

El repertorio incluye piezas fundamentales de varias décadas durante la carrera del artista, que nació en Brooklyn y creció en Queens.

Hijo de inmigrantes rusos, interesados por el arte y la poesía, comenzó sus estudios en el instituto Woodrow Wilson, un centro que combinaba la formación académica y artística. En 1946 ingresó en la escuela de arte Cooper Unión, de Manhattan, donde se inició en las teorías y técnicas del arte moderno.

Tras su graduación, en 1949, obtuvo una beca de verano en la Escuela Skowhegan de pintura y escultura en Maine, donde le animaron a pintar al aire libre, algo que resultaría fundamental en su desarrollo como pintor y que todavía marca su trabajo en la actualidad: le dieron “una razón para dedicar mi vida a la pintura”, como él mismo explica. Un año después, repitió la experiencia. En 1950, Katz se instaló por primera vez en Manhattan y vivió en lofts económicos de la parte baja de la ciudad. Se ganaba la vida trabajando en una empresa de enmarcados y realizando pinturas murales. En 1951 inauguró una primera exposición junto a su mujer, Jean Cohen, en la Peter Cooper Gallery, y en 1954 expuso en solitario en la Roko Gallery, ambas en Nueva York.

Leyenda viva de la figuración y pionero del arte pop, protagoniza su primera retrospectiva en España.

A finales de la década de 1950, y tras un periodo de dudas creativas, Katz comenzó a interesarse cada vez más por el retrato. Pintaba a su círculo de amigos y, sobre todo, a su segunda esposa y musa, Ada del Moro, a la que conoció en 1958. Se convirtió en su modelo más frecuente, siendo la protagonista de más de 1.000 obras. Este creador explica que sólo quería plasmar el aspecto del retratado, su superficie, sin implicarse emocionalmente.

Fue entonces, cuando se inició en los fondos planos, monocromáticos, que se convertirían en una de las características de su estilo. La figura se presenta separada del fondo, en un espacio desnudo, sin referencias espaciales, objetos ni fuentes de luz. Y poco después, influenciado por la pantalla de cine y las vallas publicitarias, Katz optó por las pinturas a gran escala, lo que supuso un punto de inflexión en su carrera. Quería llevar la pintura figurativa al lienzo grande como puede verse en The Red Smile (1963) y Red Coat (1982), donde prevalece el rojo por encima de todo.

En 1977, le encargaron un gran mural en Times Square, donde podría competir directamente con las vallas publicitarias. Titulado Nine Women, estaba compuesto por 23 primeros planos de mujeres, de 6 metros de altura, dispuestos en un panel de 75 metros de largo y coronado por una torre de 18 metros de alto en la intersección de Times Square con la calle 42 y la Séptima Avenida. «Descubrí que mi pintura era más potente que cualquiera de las vallas publicitarias que la rodeaban», afirma Katz. «Fue una de las grandes experiencias de mi vida».

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