Una década tuvo que pasar para que se volviera a hablar de los antiguos locales Unzu en la calle Mercaderes de Pamplona. Tras diez años cerrados a cal y canto, en septiembre del año pasado se hizo público el proyecto Vive Unzu para dar uso a lo que fue un establecimiento emblemático de la capital navarra.
Impulsado por la promotora navarra Serypro Mercaderes, planteaba una propuesta novedosa para Pamplona, combinando diez viviendas con un ‘hostel’ de 54 habitaciones y 277 camas. Un cambio de manos hizo que el proyecto recayera después en la promotora RGA Screen. Ahora es ella la que defiende a capa y espada una iniciativa que pretendía estar lista para 2019, pero que se ha encontrado con la oposición frontal de una parte de la ciudadanía y el cambio normativo del Ayuntamiento que podría dejarla en el aire.
PREGUNTA (P): ¿Quién es RGA Screen?
RESPUESTA (R): Es una promotora de capital 100% español. Hemos escuchado bastante, y de forma repetitiva, que éramos una promotora que venía de Estados Unidos y no es así. Llevamos casi 100 años realizando actividades de promoción y construcción, sobre todo, en Madrid. Y de ahí surge RGA Screen para todos estos proyectos en los que se unen viviendas y otras actividades como hostel, etc.
«Esperábamos una reticencia inicial, pero no algo tan continuado y frontal».
(P): El proyecto lo inicia Serypro Mercaderes. ¿Por qué se interesa RGA por él?
(R): Ellos tenían ya diseñado inicialmente el proyecto de viviendas+hostel+local comercial. Nos contaron el proyecto y nos encantó. Luego, surgió la oportunidad de continuar con él porque, encaja completamente con nuestra filosofía, ya que no es una promoción al uso. Vive Unzu viene añadida con una actividad cultural, una promoción que incluye temas solidarios y, por eso, nos gustó mucho y lo asumimos.
Álvaro Martín.
(P): ¿Por qué un hostel en Pamplona?
(R): Los últimos estudios hablan de nueve millones de usuarios de hostel en España y vimos que en Pamplona, pese a ser súper turística, había una carencia de este tipo de turismo. El hostel, frente a los apartamentos turísticos, es perfecto para regular el turismo. Porque tiene una recepción, un registro de personas que entran y salen, está sujeto a la limitación horaria que viene fijada por ley. Este hostel sería el único, en una zona perfecta y en un edificio histórico que no sufriría ninguna modificación porque se va a conservar exactamente igual…
(P): ¿Se esperaban la respuesta que está habiendo en algunos sectores?
(R): No. Para nada. De hecho, nunca nos había pasado. Al menos no tan frontal. Esperábamos una reticencia inicial, pero no tan continuada ni basada en argumentos que no son verdad y sin ninguna intención de dejarse rebatir. En Madrid, por ejemplo, rehabilitamos el centro cultural Conde Duque, que es un cuartel militar del siglo XVII. Montamos un cine de verano con una antesala gastronómica y sí que es verdad que los comerciantes de la zona al principio nos llamaron preocupados por si era una competencia feroz para ellos. Sin embargo, a las semanas nos dijeron que había crecido un 40% el público en sus terrazas al atraer público al barrio con esta nueva oferta.
(P): ¿Se plantean alguna medida para rebatir esos argumentos, como comenta?
(R): Hemos intentado contactar con la asociación Convivir en lo Viejo, que es la que más oposición está mostrando. Nos hemos personado en las asambleas vecinales para presentarnos y para decirles que, cuando quisieran, podíamos presentarles el proyecto. Lo hemos pedido también por correo. Pero no tenemos ninguna contestación. No entendemos muy bien por qué surge este movimiento, la verdad.
(P): Las principales quejas giran en torno al turismo que atraería: un turismo mochilero, de poca calidad y que hace poco gasto.
(R): El turismo mochilero va a los albergues, donde el precio por habitación está entre los 5 ó 10 euros. Aquí el precio medio por cama es de 20-23 euros. Aparte, todas las habitaciones tienen baño privado. Es un concepto hotelero totalmente diferente a los albergues. No tiene nada que ver. Nuestro público objetivo son los millennials, personas de entre 35 y 45 años y familias jóvenes; gente que no quiere renunciar a la calidad, pero quiere invertir su dinero o sus posibilidades dentro del ocio de la capital. Y no hablo de salir de fiesta sino de ir a museos, a rutas turísticas y vivir la cultura de la ciudad. De hecho, hemos calculado el retorno estimado para Pamplona, bastante por lo bajo, y sería de unos 3,5 millones de euros al año.
«El proyecto supone una inversión de 7,4 millones de euros y generará unos 150 empleos directos e indirectos».
(P): A las quejas vecinales se une también que en enero el Ayuntamiento plantea una modificación del Plan Especial de Protección y Reforma del Casco Antiguo (PEPRI) que, a priori, deja el proyecto en el aire…
(R): Nos ha hecho polvo totalmente. Nosotros presentamos un proyecto donde se estaba tramitando la licencia. Los arquitectos, que son de Pamplona, habían hecho una consulta previa para presentarlo en el Ayuntamiento y sus técnicos supervisaron el proyecto para que cumpliese la normativa. Incluso había declaraciones de Bildu y de otros partidos políticos que alababan el proyecto… La sorpresa ha venido cuando se ha parado el PEPRI por este movimiento ciudadano.
(P): ¿Cuál esperan que sea la resolución final?
(R): Estamos muy desconcertados. Hemos intentado hablar con los diferentes grupos políticos para que al menos ellos nos dejaran explicar el proyecto… Pero no sabemos cuál va a ser la resolución. Confiamos en que salga para adelante, porque creemos mucho en el proyecto y pensamos que es ideal para la ciudad y para el centro de Pamplona.
Una habitación del proyecto del hostel Vive Unzu.
(P): El proyecto prevé un hostel de 277 camas, diez viviendas y locales comerciales. ¿Qué inversión supondría?
(R): Estamos hablando de unos 7,4 millones de euros y de generar alrededor de 150 empleos entre directos e indirectos, incluyendo los trabajos de construcción, que serían unos 30, y todos los derivados del hostel, que rondarían los 100 ó 120, entre recepción, limpieza, seguridad, cafetería… Realmente, el generador de empleo es el hostel. Además, parte de ese empleo vendría de fundaciones solidarias y ONGs. Por eso es tan importante para el proyecto solidario que el hostel salga adelante.
(P): Si finalmente el hostel no puede ver la luz, ¿un proyecto sólo de viviendas sería viable?
(R): Ahora mismo no nos planteamos descartar el hostel, porque para nosotros los proyectos tienen sentido si tienen un componente más que el puramente residencia o la pura promoción. No sé si se podrá hacer ahora o tendremos que esperar, pero vamos a trabajar en este proyecto hasta el final. Si finalmente es inviable, entonces tendríamos que reformular el planteamiento, porque tenemos todo hecho en función de esta triple actividad.
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