Creció a mitad de camino entre las ciencias y las humanidades. Su padre, Jesús Miguel García, es catedrático de Química, y su madre, Ana Poyo, de Griego y Filología Clásica, ambos por la Universidad de Navarra. A sus 42 años, reconoce que esa ecléctica herencia la ha ayudado a formarse y a crecer como profesional aunque, «desafortunadamente» para su madre, tanto Ana García Poyo como su hermano, Alejandro, optaron por carreras científicas. Él eligió Farmacia y hoy trabaja en Barcelona, mientras que ella cursó Ingeniería Industrial en la Universidad Pública de Navarra (UPNA).
Pero parece evidente que Ana no se equivocó de camino. De hecho, acaba de ser nominada a los ‘Women Startup Awards’ en la categoría ‘Ideación’. «Por momentos parece que la ingeniería es la mejor manera de solucionar cualquier problema pero, desde que ejerzo un puesto de liderazgo, me considero más una ingeniera humanista. Tengo mucho más trato con personas que con máquinas», apunta a Navarra Capital.
«El diagnóstico del TDAH se realiza con entrevistas o análisis de síntomas. En Bitsphi queremos ser los rayos X de psiquiatras y neurólogos»
Desde hace un año, la pamplonesa es directora de Operaciones en Bitsphi Diagnosis, empresa madrileña de neurotecnología que pretende mejorar la forma de realizar diagnósticos médicos. Actualmente, investiga el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), una enfermedad que afecta al 5 % de la población pediátrica y que está directamente relacionada con el fracaso escolar, según detalla la directiva navarra. «Si te rompes una muñeca, vas al traumatólogo para que te hagan una radiografía, mientras que el diagnóstico del TDAH se realiza a través de entrevistas y análisis de síntomas. En Bitsphi queremos ser los rayos X de psiquiatras y neurólogos», avanza.
Para ello, la compañía ha diseñado un electroencefalograma con 64 electrodos que mide el comportamiento de las neuronas en el cerebro de los niños mientras estos realizan una tarea durante veinte minutos. «Contamos con un modelo que nos indica cómo se debe comportar el cerebro. El software analiza los datos y emite un veredicto que determina si padece TDAH o no», desgrana.
La firma madrileña estima que el 23 % de los diagnósticos de TDAH son incorrectos y que el 50 % de los casos vienen asociados a otra afección adicional, como la dislexia o trastornos de la conducta. Ante esta tesitura, Ana señala que muchos padres deben tomar la difícil decisión de medicar o no a sus hijos en edades tan tempranas: «Ahora mismo hacen falta entre nueve y doce meses para recibir un diagnóstico correcto, y son necesarios varios especialistas. Nosotros podríamos hacerlo en solo veinte minutos y con un único doctor».
Recientemente, Bitsphi Diagnosis a levantado 3 millones de euros en una ronda semilla liderada por Bullnet Capital, mientras finaliza un ensayo clínico con 162 niños en el Hospital Universitario Puerta de Hierro (Madrid). «El siguiente paso es la regulación y pasar a la validación», avanza la ingeniera.
SU CARRERA
Ana cursó el programa Erasmus en la universidad alemana de Darmstadt debido a que muchos ingenieros de «su quinta» tenían al país germano como una referencia internacional en la que mirarse. Y allí dio sus primeros pasos tras graduarse, que se enfocaron en el diseño de máquinas de litografía óptica para la empresa Karl Zeiss. «Cuestan entre 20 y 30 millones cada una», resalta. Además, se implicó en un proyecto relacionado con la extrema ultravioleta para fabricar microchips con gran precisión.
En 2013, realizó un Global Executive MBA por el Instituto de Empresa mientras trabajaba para la antigua Flores Valles entre Estados Unidos y España, lo que le permitió adentrarse en el mundo de la alta dirección. «Esos quince meses fueron la entrevista de trabajo más larga de mi vida. Un compañero era además dueño de un management buyout y me contrató después como directora general en Polyoptics«, narra. Así empezó a vivir en Kleve, una ciudad cercana a Düsseldorf. «Tuve el apoyo de los accionistas de una empresa que facturaba 15 millones de euros y dirigí una planta de fabricación con sesenta trabajadores durante cuatro años», evoca.
Posteriormente, recibió una llamada de Martín Varsavsky, empresario y fundador de Jazztel, entre otras compañías. «Buscaba un perfil de operaciones para Overture Life, una startup de fertilidad. El objetivo era automatizar y mejorar los tratamientos de fecundación in vitro gracias a inversiones de capital riesgo en Silicon Valley. De hecho, nos convertimos en la primera startup en España invertida por Google Ventures«, incide para indicar acto seguido que, durante los cinco años que trabajó en Overture, levantó 37 millones de euros. «Uno de cada siete niños en España nace por fecundación in vitro, aunque la tasa de éxito no supera el 35 % y mucha gente no se lo puede permitir», esgrime.
Antes de su llegada a Bitsphi, permaneció un año en Prefree, una startup del Hospital Charité en Berlín, donde desarrolló una herramienta de diagnóstico por Inteligencia Artificial para mujeres con alto riesgo de preeclampsia. Hoy en día conviene no perder de vista la ética y la filosofía. Creo que las humanidades han vuelto a coger peso porque la tecnología empieza a jugar un rol muy importante en lo que hasta hace poco eran tareas humanas. Eso sí, el médico seguirá acompañando por muchos avances tecnológicos que logremos», remata.