El arte, la música, la pintura o la danza benefician (y mucho) a la salud: escuchar música ayuda, por ejemplo, a controlar el nivel de glucosa en la sangre; la música mejora el sistema inmunitario y la gestión del estrés; bailar proporciona beneficios en todo el cuerpo y la mente; y la pintura o la escultura ayudan en los estados depresivos. Tal y como demuestran diferentes estudios emprendidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la realización de estas disciplinas artísticas producen efectos beneficiosos como la disminución de tensión arterial, el dolor o la ansiedad e influye en alteraciones de la diabetes, la obesidad y la mala salud mental.
En este sentido, en un estudio publicado recientemente la OMS concluye que hay muchas evidencias de que las artes promueven un estilo de vida saludable y destacan el gran poder de la cultura en la prevención de enfermedades. Es más, actualmente se está convirtiendo en una parte fundamental en el tratamiento de ciertas enfermedades. Y poco a poco se van investigando terapias relacionadas con este tema humanizando los procedimientos hospitalarios.
Doctor Felipe Rivas: “Visionar obras de arte incrementa los niveles de hormonas responsables del bienestar”
Un hecho que el Grupo Sannas Dentofacial tiene muy presente. En busca del beneficio integral de sus pacientes, han fusionado los tratamientos clínicos que realizan en Sannas Dentofacial con las pinturas del reconocido artista navarro Carlos Ciriza. Los diferentes espacios de la clínica han sido ornamentados con la obra del pintor, un monográfico que contempla su relación con la odontología.
“Admiramos el trabajo de Carlos Ciriza. La forma en la que trasmite y expresa los sentimientos a través de su arte. Es un verdadero placer poder escuchar su interpretación de la relación de su obra con la salud. En concreto la salud oral, sus miedos, y las sensaciones que recorren al acudir al dentista”, señala el doctor Felipe Rivas, director médico de la clínica.
A lo largo de su vida el artista se ha interesado por investigar y generar experiencias mediante los lugares que ocupan sus piezas. Lo que pretende con cada pintura, y más en un espacio “tan especial” como este, es “crear una historia con expresiones de sentimientos que se van formando y transformando. Y en un determinado momento conseguir que cada abstracción se convierta en un encuentro entre el autor y el espectador y esa estrecha relación con el lugar que ocupa”, admite el galardonado escultor.
Carlos Ciriza: “El arte expresa, depura y limpia de algún modo nuestra dimensión psicológica, anímica y social. Y la salud abarca también este ámbito”
Tras estudiar la arquitectónica del centro, Ciriza se puso a crear una pintura específica para cada rincón del edificio hasta transformarlo “con gusto estético y bienestar emocional”. Ha conseguido darle una nueva percepción, permitiendo así “sentir ese mismo espacio desde otra perspectiva enriquecida”, expresa el propio autor.
Como adelanta la OMS, arte y salud van de la mano y así lo han querido reflejar Rivas y Ciriza con la fusión sus oficios (odontología y pintura) en un mismo espacio. Por su parte, el doctor Felipe Rivas, especialista en la primera disciplina, afirma que “visionar obras de arte incrementa los niveles de hormonas responsables del bienestar”. Por ello, se muestra entusiasmado con la colección que el artista pamplonés ha realizado para la clínica. Gracias a ella busca conseguir un “bienestar mayor de los pacientes”, vaticina. Y es que, como añade Ciriza “el arte tiene la capacidad de sanar el alma y alegrar el corazón. Expresa, depura y limpia de algún modo nuestra dimensión psicológica, anímica y social. Y la salud abarca también este ámbito”, asemeja.
Asociar arte, disfrute y salud ya es una realidad generalizada. Cada vez resulta más común introducir esta disciplina en todos los aspectos de la vida cotidiana.
UN CASO DE ÉXITO
En 2019, el Hospital Vall d’Hebron y el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC) presentaron un programa conjunto para trabajar con grupos de terapia fuera del ámbito hospitalario.
El objetivo de esta colaboración médica y cultura es reforzar las facetas de la vida que no sean la enfermedad. Ya que, al alejarse del entorno del hospital, el espacio deja de centrarse en la condición de los pacientes. Como señaló en su momento el doctor Ramos-Quiroga, jefe del servicio de psiquiatría, el museo debe entenderse “como un espacio terapéutico, comunitario e integrador”. Además, se espera poder demostrar en un futuro los resultados positivos que se empiezan a intuir en las actividades artísticas.