Las categorías LEB Plata y Liga Femenina Challenge representan el techo actual del baloncesto masculino y femenino navarro. Pero años atrás, la Comunidad foral vivió una época dorada, en la que equipos como el CBN, el UNB Obenasa o el Señorío de Zuasti tocaron la cumbre de este deporte o estuvieron cerca de hacerlo. Un tiempo que recuerdan con cariño Jesús Criado y Alexis Fuentes. Ambos soñaron con jugar en una gran liga, pero la vida les llevó a cambiar de rumbo.
A los ocho años, Criado probó con el minibasket, pero su equipo se disolvió en cadetes. “Entonces tenía catorce. Y un compañero me dijo que buscaban árbitros, así que decidí apuntarme y, al mes, ya estaba arbitrando”, rememora este joven de 28 años para Capital Sport.
Fuentes jugó hasta los dieciséis. Y, después de vivir una temporada fuera de Pamplona, se reencontró con este deporte. “Mi vecina, que era secretaria de la Federación Navarra de Baloncesto, me comentó que no había muchos árbitros y me animó a probar. Aquí llevo desde 2010″, detalla este navarro de 35 años.
“Te permite vivir, pero es recomendable tener un ‘plan B’ por lo que pueda pasar”
En estos momentos, son los únicos colegiados de la Comunidad foral que pitan en estas categorías. “Por ahora, son nuestro techo”, apuntan.
En total, el número de árbitros en las categorías profesionales del baloncesto español supera los 400. (sin contar la ACB, que es una liga privada). Cada año, la Federación Española de Baloncesto los reúne para plantear la temporada. “Acabamos de terminar, y el 18 de agosto tendremos el encuentro de la siguiente, donde nos explicarán las novedades de cara al próximo curso. En dos meses estamos de vuelta con la competición”.
Ambos viven de este trabajo. De modo que, hasta que comienza la temporada regular, arbitran en categorías inferiores navarras. Además, también preparan unas oposiciones. “El arbitraje te permite vivir, pero es recomendable tener un ‘plan B’ por lo que pueda pasar”, constata Criado.
Él nació en Málaga, pero vive en Pamplona desde los once años. Estudió Laboratorio de Diagnóstico Clínico y arbitra en categorías FEB desde que tenía 21. Por su parte, Fuentes compagina el arbitraje con su puesto de vicepresidente del Comité de Árbitros y director técnico de estos en Navarra.
ARBITRAJE COMO FORMA DE VIDA
Los árbitros cobran por partido y su contrato comprende los meses de competición. “Ganamos 200 euros brutos por partido. A esta cantidad hay que añadir las dietas, desplazamientos…”, específica Criado. “Lógicamente, estamos mutualizados. Pero si te lesionas, no cobras, igual que los meses en los que no hay liga. De hecho, eso también les pasa a muchos jugadores, de ahí que estén intentando cambiarlo”, secunda Fuentes.
“En la antigua Tercera de fútbol, que para nosotros sería Liga EBA, cobran cerca de 300 euros”
Su categoría se equipara actualmente a la de un equipo de la antigua Segunda B de fútbol. La pregunta, por tanto, resulta inevitable: “¿Hay diferencias económicas reseñables entre ambas disciplinas?”.
La respuesta de Criado es clara: “En estas categorías están a años luz. En la antigua Tercera, que para nosotros sería Liga EBA, cobran cerca de 300 euros. Lo entiendo porque es el deporte que más se sigue y todavía se nota esa brecha salarial. También es cierto que el salto de nuestra categoría a la siguiente (LEB Oro) es más del doble. Allí, los árbitros superan los 450 euros”.
Nike es el patrocinador oficial de la FEB y, tal y como ocurre con los equipos, cada temporada también proporciona equipaciones a los colegiados. “Tenemos dos diferentes por año, igual que los equipos tienen de local y visitante”, añade.
EL DÍA A DÍA
El arbitraje es una carrera en la que se vive entre exámenes. Para ascender de categoría, además de realizar una buena actuación durante los partidos, hay que pasar diferentes pruebas. “A los árbitros se les selecciona por sus aptitudes. Una vez aquí, puedes seguir ascendiendo. No importa que en la comunidad autónoma donde vives no exista la categoría a la que te postules”, atestigua Fuentes.
“Cada domingo, recibimos un informe donde nos evalúan. Si lo hacemos bien en los campeonatos, nos van promocionando”
Durante el desarrollo de las ligas, la federación les asigna un técnico, que se ocupa de darles feedback de forma constante. “Son como nuestros entrenadores. Después de cada jornada, nos hacen una evaluación del arbitraje”, agrega. “Cada domingo, recibimos un informe donde nos evalúan. Si lo hacemos bien en los campeonatos, nos van promocionando”, concreta Criado.
Los dos son árbitros de cancha, y en cada encuentro están acompañados por cuatro oficiales de mesa. Estos últimos dependen de la comunidad autónoma donde se juega, pero nuestros protagonistas sí suelen viajar los fines de semana. “¡A mí todavía no me ha tocado Pamplona! He estado en Tenerife, Mallorca, Burgos, Zaragoza, Granada…” exclama Criado. “Todo muy bien comunicado”, bromean ambos. Por lo general, cada cinco jornadas tienen una de fiesta. Los partidos se designan con un mes de antelación, y ellos se organizan el desplazamiento.
FÍSICO, TÉCNICA Y PSICOLOGÍA
Su trabajo requiere una importante preparación técnica, física y psicológica. Por un lado, estudian previamente los partidos junto al compañero con quien vayan a pitar. “Lo llamamos labor de scouting y básicamente se centra en el análisis. Vemos los vídeos de los partidos anteriores de cada equipo, sus puntos débiles y fuertes, entrenadores, jugadores…”.
“Como los jugadores, también nos ponemos a doscientas pulsaciones. No nos gusta que nos griten o nos digan lo malos que somos”
Los deportistas a los que arbitran son profesionales, lo que les exige contar con una preparación física y teórica de alto nivel. “Me gustaría destacar que nosotros también tenemos una gran preparación por detrás. Debemos estar muy en forma y pasamos exámenes mensuales de reglas y videotest”, subraya Criado.
Además, su labor tiene un importante componente psicológico, que deben cultivar. En este sentido, los dos árbitros coinciden en la importancia de mantener la mente fría para que nadie pueda condicionar sus decisiones. “Debes seguir haciendo tu trabajo aunque te chillen”, apostilla Fuentes.
“Somos personas como los jugadores y también nos ponemos a 200 pulsaciones. No nos gusta que nos griten o nos digan lo malos que somos. Los árbitros estamos todo el partido en la pista y tomamos muchas decisiones. Eso se debería valorar”, reivindica Criado.
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